Sunday, November 20, 2005

De regreso a la colonia "San Felipe de Jesús"

Por ese entonces la colonias San Felipe; y la vecina “25 de julio”, eran reconocidas como de las más peligrosas. Se manifestaba la descomposición social en toda su expresión: pandillas, drogadictos, rateros de toda clase, etc. ¡Claro, también existía un comercio en auge que hacía atractivo el rumbo para los grupos antes citados.

Tuve la oportunidad de integrarme a cualquier grupo si lo hubiese deseado, pero nunca estuvo en mis planes hacerlo. Sin embargo, puedo asegurar, aunque no presumir, que prácticamente conocí a todos esos grupos y a sus integrantes

Los fines de semana, iniciando los viernes por la tarde noche; agudizaba el oído para descubrir cualquier sonido que pareciera música, me daba un baño a jicarazo; utilizando una cubeta, vestía mis mejores “atuendos” y me desplazaba al lugar. Gracias a que en esos tiempos las fiestas se realizaban a “puertas abiertas”, entraba “triunfante” saludando a los presentes aunque no los conociera e identificando a los dueños de la casa y familiares. Haciendo gala de Socializador me sumaba para atender a los “invitados” y a los invitados también, contaba chistes, identificaba los temas de interés de los grupos más grandes o de mayor peso en la fiesta y me integraba de manera activa. ¡Desde luego!, al compartir el pan y la sal, de ninguna manera me relegaba, por el contrario precisamente era en donde con más ahínco participaba, sin dejar de reconocer que también en el baile le ponía muchas ganas; previa identificación de la muchacha más bonita o bien de la festejada. Muchas veces terminaba durmiendo cómodamente en la casa de la fiesta, ¿Por qué no?, si ya éramos “grandes amigos” desde la noche anterior, más aún, haciendo acopio de mi indudable gratitud me quedaba al recalentado.

Claro, hacía las veces de “payaso con careta desgastada”, como lo dice el gran cantante Javier Solís en una de sus canciones, “Ante el mundo estoy riendo y dentro de mi pecho el corazón sufriendo”. No me interesaba dar a conocer la situación en que vivía, por el contrario quienes me trataban añoraban mi “libertad”.

Si, llegué a tener problemas con muchachos que integraban pandillas, pero siempre trataba de ser exclusivo; buscando al jefe de la banda para arreglar de una forma u otra el asunto, de esta manera mi estatus en este ambiente se veía bien librado.

Una noche como cualquier otra, ya estaba dormido cuando golpearon la puerta un grupo de muchachitos; donde el mayor no llegaba a los 16 años, este era el jefe de una pequeña banda le decían “el sargento”. Abrí la puerta y.-Queremos tomarnos esta botella aquí en tu cuarto, danos chance.- dijo el jefe.-No, no puedo; mañana tengo que ir a trabajar temprano, otro día les doy chance.-Cerré la puerta y me dispuse nuevamente a descansar, mientras recordaba que al llegar del trabajo los había visto en la banqueta de la calle “espulgando” (quitando las semillas a la marihuana). Todavía no conciliaba el sueño, cuando un fuerte ruido y unos vidrios rotos cayeron sobre mi pecho, habían roto los cristales de la pequeña ventana que se encontraba precisamente en la parte superior de donde estaba mi catre. Tomé la navaja (007) que utilizaba para cortar las legumbres cuando preparaba mis alimentos. Abrí la puerta y ahí estaban, encabezados por “El sargento”, el “morongas”, el “zorrillo” el “yuca” y otros que no viene al caso recordar.- Vamos a entrar, dijo el “Jefe”, poniendo cara de malo, que a decir verdad no creo que hiciera mayor esfuerzo. ¿Quién es el primero? Pregunté al tiempo que le empujaba la navaja en una pierna, alcanzó a decir un .-¡”p´us yo mero! Y luego un ¡ay ya me chingaste! .- volví a preguntar, en un tono un poquito más agresivo ¿Quién más quiere pasar?.- Mi “invitación” no tuvo respuesta y me fui a dormir.

Hubo represalias, en dos ocasiones, después de llegar de trabajar encontré los vidrios de la puerta rotos, piedras y tierra dentro de mi “residencia”. Decidí enfrentar según mis costumbres al jefe del jefe de la banda.

Me dirigí al “Cemerca”, así le decían a un lugar donde había un mercado con puestos ambulantes; pero fijos en las calles, este se ubicaba donde hacían cruce el río de los remedios y el gran canal, zona de verdad muy peligrosa en ese entonces y no dudo que hasta la fecha. En mi camino encontré a “la Xochitl” y a la “Torombola” , muchachas que en sus ratos de ocio iban a las escuelas para quitarles dinero y demás pertenencias a las estudiantes, pero lo suyo, su oficio o ocupación era el servir de apoyo a su pandilla, atendiendo a los “judiciales”, o restituyendo con sus atenciones alguna fechoría de sus “cuates” (amigos) aprovechando que eran muchachas de moral distraída.

Mostrando aplomo, me interné en el corralón de carros desmantelados, obviamente no se trataba de ningún taller de hojalatería y pintura, al menos esa no era la principal razón por la que ahí se encontraban. Hablé con el Jefe del territorio.- ¡Ya sabes lo que pasó con “el sargento”?.- ¡Si cabr…,! que lo enfierraste,¿ no? .- Si “carnal” , se quiso pasar de vivo.- contesté procurando entonar la frase al más puro estilo chilango .- ¿Y que paso como está?, pregunté, aparentando gran preocupación.- Ya está bien, “no´mas” cojea un poco.- “Pós” dile que ya estuvo, ¿no “carnal?”, porque sigue chingando y la verdad tú me conoces, no quiero darle en su madre.- dije esto último tratando de evitar sonara muy agresivo. Sabía que mi estatus era reconocido por diferentes asuntos tramitados a golpes con algunos jefecillos de la colonia y colonias aledañas, también corría el rumor, mismo que nunca quise desaprobar, que yo pertenecía a una banda muy fuerte que le decían “los vaqueros”. Sale “carnal” ya estuvo, pero no te pases de listo con los “chavos”.- “Órale la vemos”. Fue mi despedida, y el asunto se había solucionado.

Continuaba trabajando en el taller de tejido, resultó que José, el dueño del negocio era paisano, originario de Lagos de Moreno Jalisco, razón por la que pienso una noche de trabajo me invitó a tomar, Llevaba una botella de tequila, aunque por su estado; parecía ya había dado cuenta de una más anteriormente. .- Yo te pago el día de trabajo, pero acompáñame con ésta botella.- Nos sentamos en unas cajas que contenían las bolas de estambre y salud una y otra vez, hasta que no quedó ni una gota en la botella. Él agachado por el efecto del alcohol, arrastraba las palabras con voz garrasposa diciendo.- Ya no aguanto, me siento mal.- En el momento pensé que se refería a su estado físico y me dije.- ¡como no “chiquito” si tomaste como si se fuera acabar!.- Trataba de ayudarlo a incorporarse para que fuera a descansar a su cuarto; que estaba a un costado del taller. .- Ya no aguanto.- repitió, .- Quiero decirte algo, tu eres mi paisano y no vas a rajar.- continuo lagrimeando y dijo.- Es mi conciencia la que no me deja en paz, maté a muchos inocentes.- Ya no dijo más, se levantó para ir a dormir. Yo me sentía mareado pero estaba consciente, sin embargo decidí no trabajar y esperar a que amaneciera para irme a dormir a mi “cuartito”.

Respecto al comentario o confesión que José me había hecho sólo pensé, “cosas de borracho”. Sin embargo, unos días más y la historia se repitió, después de tomar durante varias horas, nuevamente José comenzó con su tristeza y lágrimas, pero esta vez iría mucho más allá de lo que me imaginaba o peor aún de lo que creía sólo eran mentiras.- Te voy a contar lo que pasó, una vez estando en un palenque se armó el pleito y hubo disparos cruzados entre mis compañeros y el otro grupo; pero había personas inocentes, mujeres y niños; y algunos salieron heridos y otros murieron.- Yo escuchaba atento pero hasta ese momento sin creer una sola de sus historias.- Es por eso que no estoy tranquilo.-continuó.- pero de ahí, de este trabajo he sacado a mi familia adelante.- se refería a sus papás y hermanos porque él era soltero.- ¿Trabajo?, pregunté intentando que viera que aún estaba despierto escuchando, porque el tequila ya hacía su efecto.- Sí trabajo para una persona muy importante y me paga muy bien, por cada “Trabajito” que hago son $20,000.00 del águila (pesos), y si no hay trabajos especiales son cinco mensuales, ¿si quieres te invito para que le entres? .- Su propuesta me hizo despabilarme de inmediato, supongo que la cara que puse; fue una mezcla de asombro y de incredulidad y antes de que dijera algo.- Si, si quieres te presento al jefe, pero aunque seas mi paisano, si dices algo yo mismo te mato..- Ahora el comentario me pareció insultante y agresivo por lo que solo atiné a reír un poco con cierto sarcasmo, cosa que él no le dio mucha importancia y que bueno para mí; por lo que unos minutos más tarde pude ver. Salió unos momentos del taller y regresó con un pequeño baúl de madera protegido con un candado que se veía desproporcionado para el tamaño de la caja, lo abrió y me mostró algunas armas, pistolas y unas metralletas conocidas como “coconitas” estás últimas desarmadas, luego unos contratos bancarios que en suma rebasaban los $350,000.00, que para ese entonces representaban toda una fortuna..- Ya bien consciente de lo que pasaba, porque con todo esto, la borrachera había pasado a un segundo término, procurando aparecer tranquilo y mostrando seguridad le dije.- Mira por el momento pienso seguir así trabajando, si algún día cambio de opinión yo te aviso para haber si hay “chance”, por lo otro no te preocupes no acostumbro “rajar”.

Nuevamente mi destino se complicaba, no podía renunciar al trabajo que tenía, sospecharía que yo me había espantado y podría meterlo en problemas si lo denunciaba.

Así me mantuve trabajando en el taller un tiempo, mientras se me ocurría un pretexto para renunciar y obviamente alejarme de José; que sabía me podría involucrar en una de sus fechorías.

Otra ocasión me pidió que lo acompañara a una fiesta a la colonia “20 de noviembre”, celebraban la salida de la cárcel de Guerrero de uno de sus primos, según me dijo.
Antes de llegar a la casa donde se llevaría a cabo la “fiesta”, en la calle nos encontramos a un grupo de muchachos desalineados, quienes de inmediato fueron a nuestro encuentro, no tuve tiempo de suponer, me di cuenta de inmediato que eran conocidos de José a quien saludaron con mucho gusto y luego a mí; mostrando menos entusiasmo. Nos ofrecieron un “toque” (marihuana) José tomó el cigarro y una vez que le dio tremendas fumadas me lo ofreció.- Gracias “ahorita” no tengo ganas, mejor al rato.- nadie le dio importancia a mi respuesta y continuaron fumando hasta que el cigarro les quemaba los dedos.

La “fiesta” ya estaba en marcha, era un pequeño departamento de dos niveles, había mujeres y hombres fumando y tomando, la música a todo volumen, algunos bailaban o intentaban hacerlo, ya que sus pasos eran ridículos y sus movimientos cargados de morbo, mientras que evidentemente sus manos estaban muy ocupadas hurgando debajo de los vestidos de las mujeres, que por sus risotadas; seguramente eran muy cosquillosas y felizmente aparentaban tratar de evitarlo.

José se mezcló entre los demás invitados, yo aparentando tranquilidad no me movía de la equina del sillón tratando de pasar desapercibido, me sentía realmente espantado y muy confundido. El ambiente que prevalecía era nuevo para mí, la “fiesta” degeneraba en una orgía en la parte de arriba del departamento, con discreción veía como subían la escalera las parejitas que se acariciaban sin ningún pudor, pudiendo enterarme que algunos de los invitados aún traían la pistola clavada al frente o atrás de la cintura.

Me terminé el brandy que me ofrecieron al llegar, después ya nadie ofrecía; sólo se tenía que agarrar y servirse, en la primera oportunidad que tuve le dije a José que tenía que irme, sin mayor objeción me despedí de él, de la demás gente no había necesidad.

El pretexto que esperaba encontrar para dejar el trabajo y alejarme de José, llegó pronto sin que lo provocara. Resulta que seguramente debido a mi poco control en la alimentación, empecé a sentirme mal del estómago y a pocos días con fiebre y luego obraba mucosidad con sangre y aunque me atendía preparándome uno y otro té que recordaba mi mamá utilizaba en casos similares, la enfermedad no cedía, al contrario llegó el día en que no pude más salir a trabajar.

Días antes ya había tomado mis precauciones y le comenté a José que estaba enfermo quien me dijo que si necesitaba unos días no había problema, claro el taller como les dije en principio era irregular por lo que no había mayores prestaciones.

Me costaba trabajo incorporarme de mi catre, la comida y el dinero se habían escaseado y por primera vez pensé este es el final.
Contaba con un poco de aceite, una mitad de jitomate un poco seco y media bolsita de pasta para sopa, pero no tenía hambre, irónicamente ¡no tenía hambre! Y recordé una de las frases de mi papá “Si te vas te morirás de hambre”, sonreí para mi y pensé al menos esa parte no se cumplirá.

Bajo esas circunstancias me propuse a luchar y tomé mi máquina de escribir resultando lo siguiente:

IRONÍA

La vida es una ironía
si analizas te das cuenta
que a cada paso aumenta
la ironía en esta vida

Unos ya se mueren de hambre
otros “sufren” en la opulencia
hay quien lucha por comer
otros no tienen conciencia

Muchos decimos amar
luchamos por libertad
mas en nuestro corazón
hay poca tranquilidad

Cuantos se sienten muy justos
que hasta quieren gobernar
olvidando las promesas
que hicieron para ganar

Hay quien llora de dolor
por la foto equivocada
y quien lo hace de alegría
al ver que fue la acertada

Unos se mueren de sed
entre arenas del desierto
otros se mueren ahogados
hasta el agua maldiciendo

Cuantos sufren por “amor”
que hasta marchitan su vida
ignorando que la “flor”
por dentro estaba podrida

Otros quieren conocer
los astros que están afuera
y quizá nunca se enteren
que les dio la luz primera

Los que buscan “un amor”
sufren porque no lo tienen
si lo llegan a encontrar
se enteran cuando lo pierden

No entiendo a los que se empeñan
en ahorrar tanto dinero
y noche con noche sueñan
¡será feliz mi heredero!

Hay quien nace siendo rico
y mal gasta su dinero
al poco tiempo lo vemos
como humilde limosnero

Cuantos explotan sin son
a costa de la ignorancia
fingiendo tener razón
ocultando su arrogancia


Escuche que tocaban la puerta, primero con golpecitos razonables y después más fuertes por lo que haciendo un esfuerzo me levanté a ver de quien se trataba.- Hola ¿como estás? Me saludó José Antonio Sánchez Pérez, “El tony”, un muchacho compañero del equipo de fut- bol, iba a buscarme porque había faltado a jugar y quería que siguiera asistiendo - Mira como estoy.- le dije.- como podrás ver no puedo ni pararme, menos jugar fut-bol .-¡Sí te ves mal!.- exclamó sin disimular.- ¿Porque no regresas a tú casa, con tú familia?.- De hecho él la conocía, pues antes de que se mudara a Guanajuato, cuando viví un tiempo en mi casa, él y algunos otros compañeros de equipo y amistades visitaban la casa frecuentemente bajo el “título” de compañeros de fut-bol de Gerardo, aunque la realidad era para platicar con mi hermana Margarita, menor que yo casi dos años; pero que pronto había dejado la figura de niña por la de una jovencita muy atractiva.

.-¡No!, Prefiero morir aquí que regresar derrotado y en estas condiciones.- Yo traigo un poco de dinero; vamos a la farmacia para que te receten algún medicamento.-Subí a su V. W. azul cielo, la farmacia realmente no estaba lejos, me recetaron algunos medicamentos que él pagó; y de regreso, como parte de mi aportación vomite un líquido baboso dentro del carro; la otra quedó embarrada en los cristales laterales. Me disculpé y regresé a mi catre, él me dijo.- No te preocupes, yo te voy ayudar. Por la tarde de ese mismo día regresó con una pequeña despensa, incluyendo un bistec ya preparado; jugos de fruta y algunos otros comestibles.

Durante varios días no me faltaron comida ni medicamentos, José Antonio (Tony) cumplía con su palabra. Habló con sus cuñados y le regalaron ropa para mí, en unos días me recuperaba y además con la nueva ropa me sentía hasta elegante.

Tony , como le decían en su casa y los amigos más cercanos estudiaba en la UNAM, la licenciatura de sociología y trabajaba en una empresa que vendía aspiradoras, llevando a cabo la investigación para créditos y también realizaba la cobranza para la empresa.

Un día me invitó para que lo acompañara a realizar su trabajo, nos encaminamos rumo a “Villa de las flores” un lugar del norte del estado de México, íbamos platicando sobre temas que él estudiaba y que me parecían de mucho interés. Se hizo una pausa y sin pensarlo mucho le pregunté.- ¿Porque haces todo esto? Seguramente haciendo una mueca de desconfianza.- De inmediato contestó muy enojado.- ¡No soy puto! si es lo que estas pensando.- No claro, no pienso eso, lo que pasa es que nadie se había portado así conmigo, le conteste apenado.

A partir de ese entonces fue y seguramente seguirá siendo mi mejor amigo, me ofreció que podría sacar algo de dinero si le ayudaba a realizar las investigaciones de crédito y sin pensarlo acepté.

Yo acudía a los domicilios para hacer las investigaciones y se las entregaba; para que a su vez él las presentara en la oficina, él dinero obtenido por estás investigaciones era para mi.

Así trabajé unos meses, pero se presentó la oportunidad en la misma empresa para entrar a trabajar de manera oficial como investigador de crédito y cobranza. Necesitaba un carro, era requisito indispensable para entrar, por lo que me hizo recordar que yo tenía una vaca en el rancho y jamás la había vendido o reclamado, le comenté a Tony y más pronto que lo que les platico; acordamos ir de visita al rancho de mis papás y ver la viabilidad de vender el animal.

Hacía poco tiempo, que gracias al apoyo de Tony y buena voluntad de sus papás ya residía en su casa, donde cooperaba con $200:00 pesos semanales. Contaba con baño con agua caliente, comida y cama donde dormir, no claro, no era una habitación para mí solo; de hecho compartimos la recamara.

Llegamos al rancho muy temprano, mis hermanos mayores aún estaban trabajando en el corral; los más pequeños me veían con cierto recelo, después me enteré de la razón. José luis Padilla Márques, un paisano que conociera desde mis aventuras en el río de los remedios a quién indebidamente omití; ya que igual que con su hermano Juan Manuel compartimos muchos momentos gratos. Resulta que José luis, ocasionalmente visitaba a la familia y había llegado a engañar a mis hermanitos, dado que poco me veían, diciéndoles “soy “lalo” no me van a saludar”, aprovechando su parecido conmigo y la expresión utilizada por mi mamá y algunos tíos para mi nombre cuando era pequeño.

Una vez que saludamos a mi mamá y hermanos, esperé a saludar a mi papá, sin darle tiempo para alguna interpretación equivocada a la razón de mi visita,.- Vine para vender mi vaca y hoy mismo regreso a México, agregando con la intención de que viera con buenos ojos mi decisión acelerada de regresar, mañana tengo que ir a trabajar.- Acepto que aproveche al máximo el tiempo para platicar con mis hermanos y hermanas, dándoles una síntesis de lo vivido y más aún, para hacerles algunas bromas.

La vaca se la vendí a mi hermano Ignacio en $5,000 pesos y nos regresamos ese mismo día por la noche. De regresó a México Tony me comentó que le gustaba mi hermana Alicia, (la que le sigue en edad a Margarita),y que pensaba pedirle fuera su novia, a lo que yo simplemente dije .- Tu eres mi amigo y ella mi hermana y la decisión es de los dos, yo solo te puedo decir que las costumbres en la familia son muy diferentes a las que existen en México. Una vez lo puse al tanto de cómo debería ser su comportamiento en caso de llegaran a ser novios, el dijo.- Está bien, no me importa que únicamente podamos platicar a través de las rejas de la ventana, me gusta y pronto voy a regresar para pedirle que sea mi novia.

Con el dinero de la vaca y un poco que tenía ahorrado di el enganche para mi primer carro, un V.W. color azul marino y blanco, arreglado con rines anchos, aletas en los cristales inferiores traseros, respaldos altos en los asientos delanteros y otros detalles, en fin era modelo “viejito”, pero bien conservado.

“Tony” me presentó con la dueña de la empresa, bastó una charla para formalizar mi ingreso al trabajo, claro no tenia prestaciones mayores que la comisión de $ 30:00 pesos por investigación y $8:00 por cada cobro presentado.

Cabe mencionar, que “Tony” hacía honor a la carrera de sociología que estudiaba, siempre estaba pendiente de sus amistades y más muchas veces de sus necesidades, al grado que llegó a “quitarle” los zapatos a su hermano menor “El Chato”, para regalármelos.

Un día que el dinero estaba escaso, fuimos a visitar la taquería de Salvador “Chava”, Un tipo humilde y muy amable, provenía de Zahuayo Michoacán, gracias a la amistad con “Tony” el “descuento” en el consumo fue del 100%.

Resulta que esta taquería era visitada con cierta frecuencia por Pedro Soto, paisano mío y portero del equipo América de primera división; e inclusive alguna vez seleccionado Nacional. En ocasiones lo acompañaba Prudencio “El Pajarito Cortés”, también mi paisano y jugador muy famoso de fut-bol, ambos vivían en la San Felipe, el primero con sus papás y el “pajarito” con sus tíos.

Un buen día, me fui con Pedro y Prudencio a probar suerte en el equipo América, según lo que me dijo el profesor responsable de ver los nuevos talentos, tenía buenas condiciones para hacer una carrera en el fut-bol. Las “carreras” que por ese entonces me preocupaban eran realmente otras, no tenía el apoyo como para dedicarle 3 o 4 días a la semana a jugar, asistí unos cuantos partidos con un equipo de fuerzas básicas y desistí.

El trabajo iba bien, no tanto en lo económico, pero si en otros aspectos. Cuando algún cliente se atrasaba en los pagos, uno de los del área de crédito y cobranza hacía las veces de abogado, profesión que llegué a “ejercer” sin mayor problema. Recuerdo que así fue como conocí a Juanita Silva, una mujer atractiva de 32 años según me confesó.

Ese día me presenté muy temprano en el domicilio de la Sra. Juanita, toqué el timbre adoptando una actitud seria frunciendo un poco el seño. – Hola buenos días, ¿que se le ofrece? .-Aunque su actitud y presencia me pusieron un tanto nervioso, me mantuve impasible, ¡como todo un hombre de mundo de 18 años cumplidos! .- Buenos días, ¿la señora Juanita Silva?.- Sí, soy yo, dígame.- Mire soy del departamento legal de Filter Queen, la razón de mi visita es porque debe algunos pagos.- Dije todo esto rápidamente.- Debería evitar me pidiera alguna identificación. No fue necesario.- Si Joven, no se preocupe, ¿Trae el protector para boucher?, quiero liquidar lo que debo; pero con mi tarjeta de crédito.- No señora, únicamente en la oficina se tiene este protector, pero dígame cuando puedo pasar y lo traigo para que me pague.- No se preocupe, la próxima semana iré a pagar a la oficina, créame sucede que no he tenido tiempo, o ¿cuando puede venir y le doy en efectivo, porque ya me habían visitado anteriormente y pasó exactamente lo mismo.- El próximo miércoles vengo, ¿como a las 8:00 am. Esta bien? .- Sí , joven claro que sí.

El día acordado llegué puntual, ella barría el patio de su casa por lo que no fue necesario tocar el timbre, me quedé callado al verla, dudé en saludarla pues todavía no se percataba que ahí estaba yo, mirando como se transparentaba en su camisón blanco, si largo hasta los tobillos pero….bueno. - ¡Hola, como esta, por lo que veo es puntual.- Sí señora como quedamos a las 8:00 am.- Sentí muy tonta mi respuesta pero ante las circunstancias me trabé. Una vez me pagó, seguimos platicando, resulta que su esposo era dueño de una mueblería y entre otras cosas vendía aspiradoras pero a ella le gustaba la de Filter Queen, también me dijo que él ya era mucho mayor que ella y andaban en el proceso de divorcio y muchas otras cosas más, que entendí rápidamente. Quedamos de salir a tomar un café la siguiente semana.

Nos vimos en el Vips de aeropuerto, llegó tarde 15 minutos y muy acelerada, pues sin más me comentó que debería ir por un amigo a la escuela, quedamos en una próxima cita y nos despedimos.

Al llegar a la casa le platique a Tony sobre el caso, el soltó la carcajada,.- me parece que me estás cuenteando, ¿tú con una señora una cita?.- Sí; y si quieres darme un raite para que te desengañes. El día llegó, y pienso que más por curiosidad y morbo él y otros amigos me acompañaron a mi cita, unos metros antes de llegar al burger boy de la avenida insurgentes me bajé del carro y caminé decididamente al encuentro de Juanita, sabía que mis amigos seguían pendientes por lo que; con cierto disimulo volteaba para checar sus reacciones; y para darle mayor impacto, al saludarla agregué un beso en su mejilla.

Continuamos conociéndonos, “por lo largo de otra cita más”, esta vez fue en su casa. Me comentó que podía ir a verla, que su esposo muy rara vez la iba a ver ya que continuaban con los trámites de su separación. Puso música en un tocadiscos, sacó la botella y recordé a Silvia la señora de Mazatlán. Mandó por jamón a su hijo como de unos 8 años, al menos eso me dijo porque el chamaco no regresó antes de que yo me fuera. Nos encontrábamos disfrutando de una bonita pieza musical; cuando un ruido de motor de carro me llamó la atención, corrí ligeramente la cortina de la sala y pude ver un carro moderno que se estacionaba frente a la casa. .- ¿Juanita, conoces el carro que acaba de estacionarse?. Se asomó y rápidamente me dijo, .- Sí, es mi esposo , háblame “normal”,.- entendí “de Usted”.- Yo me encargo. Subió corriendo y sacó la aspiradora al descanso de la escalera. El señor abrió la puerta y ella se le acerco a recibirlo.- Hola mi amor, te presentó al joven, es el técnico de Filter Queen, vino a reparar la aspiradora..-¡Todo una seguridad pasmosa!.- Que tal mucho gusto, le dije aparentando ser el técnico.- Mucho gusto.- contestó, agregando ¿y que tenía la aspiradora? .- Nada serio, sólo que fue necesario cambiarle los filtros.- contesté, tratando de ser lo más convincente posible.- Que bueno, dijo.- Siga tomando su refresco.- Gracias señor pero la verdad es que ya me iba, debo seguir trabajando. Me despedí.- Hasta luego señora, con permiso señor.

Juanita antes me había proporcionando su número telefónico, al día siguiente creí conveniente reclamar lo sucedido y así lo hice, pero bastaron unas cuantas justificaciones y me dejé convencer, eso sí, me puse “un tanto difícil”, nunca más nos veríamos en su casa; en adelante nos pondríamos de acuerdo para encontrarnos en un lugar y dirigirnos a un lugar más seguro. Claro no me atreví a decirle en ese momento que en el lugar que estaba pensando.

Ya que nos “conocimos” en unas cuantas conversaciones, imperaba el reconocernos en un plano exclusivamente físico, Comenzamos la travesía; lo que nos llevó algún tiempo, dados los incalculables por menores que consideramos practicar. Sin mucho analizar mis conclusiones desde la primera ocasión, fueron que se trataba de una mujer insaciable.

Alguna vez, rumbo a las pirámides de Teotihuacan, escuchábamos en la radio, la entonces canción de moda “Herida de amor” y comentó,-Siempre que escuches está canción me recordarás”.- Sonando como una sentencia y debo decir que se cumplió. .- ¿Sabes?, no sé porque ando contigo, a mí me gustan sólo los hombres guapos.- continuaba hablando.- Tengo que decirte que tú no eres el único, como te has dado cuenta todavía veo a mi esposo; y te acuerdas del muchacho que tuve que recoger en la escuela la primera cita que tuvimos, pues también se llama como tú y ando con él desde que era un muchachito de 16 años.- Estaba sorprendido por su desfachatez, toda esta serie de comentarios y confesiones no me hicieron ninguna gracia, me sentí indignado y llegué a pensar en bajarme del carro y no volver a verla. Sin embargo, me dije “que pierdo, tengo satisfacción gratis”, por lo que se me ocurrió.- Bueno, ahora entiendo porque no podemos vernos con más frecuencia, porque mejor nos vemos sólo un día a la semana, así organizas tus asuntos.- Pensé que me diría que no y más aún que ahí se terminaría todo, pero.- ¡Claro, que te parece los martes a las 7:00 p.m ! .- Nada más por darle la contra le dije – ¿Por que no los miércoles a las 7:00 pm? .- Está bien..- Llegamos a nuestro destino y regresamos sin mayor cosa interesante que decir.

Un miércoles, después de un “intenso forcejeo” de unas tres horas seguidas, en un hotel al que ahora que recuerdo deberían habernos dado calendario, por nuestras frecuentes visitas, regresé a la casa muy cansado; pero seguramente evidenciaba mi rostro la satisfacción “del deber cumplido”.- Vamos a la fiesta del vecino.- me invitó Lupita, una de las hermanas mayores de Tony.- La palabra “fiesta” me reanimó por lo que accedí.

En el patio de la casa había una buena cantidad de sillas puestas en círculo, los anfitriones ofrecían bebidas y bocadillos, la música no era bailable y yo seguía muy cansado, así que sin darme cuenta me quedé dormido, colgando la cabeza hacia atrás del respaldo de la silla, Hernán, uno de los varios cuñados de Tony me despertó metiéndome el dedo en la boca. Lupita le reclamó y yo, amablemente le dije.- ¡Que poca madre!, esperando su reacción para ajustar a golpes su atrevimiento, los ahí presentes no permitieron que pasara a mayores y salí disgustado para irme a dormir.

La opinión de los familiares de Tony sobre mi conducta estaba dividida, sin embargo, a decir verdad, me podía dar cuenta por sus reacciones las “votaciones” no me favorecían. Pues quién era yo, un simple intruso que se atrevía a desafiar a un integrante de la familia.

Por otra parte, en la oficina se presentaba un nuevo abuso, el sobrino de la dueña de la empresa, quien dentro de sus actividades estaba el entregar y recibir la documentación para la cobranza; me dijo que tenía pendientes de entregar unos pagos; aunque la entrega recepción se hacía con firmas, en mi caso utilizaba una ante firma, que tarde comprendí fácil de falsificar. Con mis copias hice lo posible por demostrar su “error” sin lograrlo, él contaba con unos documentos diferentes. Pague y renuncié al trabajo, aprendí a no ser tan confiado con esas personas que suponía eran diferentes.

Dado que necesitaba ingresos para seguir aportando a la casa y cubrir mis gastos menores, unas semanas las dedique a pintar casas.

Por esos días estaban traspasando el taller mecánico en donde Tony y yo llevábamos al mantenimiento nuestros carros, el dueño se interesaba en un carro e hicimos trato, le di mi carro a cambio del traspaso del taller mecánico, sólo existía un problema que por inexperiencia no observé, me dejaba incluido en el “inventario” al mecánico que ya tenía unos años trabajando; y aunque era más o menos de mi edad, según supe ahí se había capacitado desde niño.

Yo no sabía nada de mecánica, Oscar, el mecánico, conocía a los clientes y luego de platicar un rato, acordamos ser socios, yo poniendo el capital y él la mano de obra, de está forma creí mataba dos pájaros con una piedra, pues contaría con el mecánico y él ya no podría demandar como trabajador del lugar.

3 comments:

Ing. Cardioide said...

Hijole, dure 2 dias leyendo su blog jejeje... Pero esta muy interesante todo lo que ha pasado. De verdad hay mucho que aprenderle. Seguire pendiente de nuevos posts.

Muchas gracias por compartir esas experiencias. Cuidese y espero poder ir pronto a Tlaxcala :)

Lalo.

ZEUS GALINDO said...

De verdad que esta colinia esta llena de talento , escritores , musicos , poetas, pintores, etc.. sigo leyendo cada una de tus historias , y me han interesado . cuidate y espero sigas escribiendo .

si puedes checate mi space : www.myspace.com/zeusgalindo.. si no tienes puedes dejar comentario en www.metroflog.com/zeus1. estamos en contacto ...

Jorge said...

Buscando llantas usadas alguien me comento de la colonia San Felipe y por casualidad caí en tu blog el cual comencé a leer por pura curiosidad tratando de saber que podrías decir de esta colonia y quede gratamente atrapado en tus historias que desafortunadamente tengo que dejar de leer en este momento aunque te puedo asegurar que tengo mucho interés en seguir leyéndolas.