Tuesday, February 28, 2006

Sólo Un...Despertando (11a. Parte)

¡Que bueno que llegaste!, tiene un buen rato que te esperaba- Lo que pasa es que yo si tengo cosas que hacer- Contestó Arturo un tanto molesto- Tranquilo no te molestes, simplemente te digo que estaba esperándote, pero no es ningún reclamo; yo también tengo algunos pendientes y uno de ellos es precisamente ponernos de acuerdo –Perdón, lo que sucede es que he estado un poco nervioso- Bueno, a ver que te parece- Dijo Carlos, modulando el tono de su voz - No, espera, yo también pensé en un plan, como ves si les digo a mis amigos de la escuela y tú habla con los tuyos, juntamos un buen grupo y los vamos a “visitar”, los esperamos afuera del antro para darles una buena paliza, ¿como ves?- No, no estoy de acuerdo, esos tipos son peligrosos y suponiendo que les diéramos la paliza que dices, seguramente buscarían vengarse; y obviamente nosotros seríamos los primeros- No te eches para atrás hermano, ¿no que muy entrón?, ¡ahora es cuando hay que demostrar!- ¿Qué vamos a demostrar? ¿Que somos unos pobres tontos y no medimos los riesgos?- No me salgas con que tú eres muy listo ¿Cuándo has medido los riesgos? -Pues siempre, aunque no lo creas, se que algunas decisiones no fueron las más acertadas, pero siempre he medido los riesgos- Sí como no, como cuando te drogaron y casi te matas- Bueno esa ocasión fue por confiarme de mis supuestos amigos, sabes que eso fue diferente- Bueno y que propone el “genio”- Dijo en tono burlón Arturo- Primero, hablarnos con respeto para acordar lo que mejor nos convenga- Está bien, ¿que propones?- Mira, estoy de acuerdo en decirles a nuestros amigos y compañeros de la escuela, la unión hace la fuerza- Hay está es lo mismo que yo propuse- Intervino Arturo- No, deja que termine de hablar, mira, pronto asistirá a la escuela un candidato a la diputación, según dicen va a dar una conferencia, la idea es preguntarle que propone para reducir la inseguridad; llevar pancartas y bombardearlo con preguntas, luego presentarle una carta firmada por todos los compañeros, con copia para la delegación, exponiendo el problema de drogadicción que existe en general y particularmente en el antro que visitamos, cuando salga de la escuela, en la puerta; tú con tus compañeros lo vuelven a abordar hasta que obtengamos una respuesta concreta- Suena muy bien, ¿pero si sólo es candidato que puede hacer?- Pues comprometerse a tomar medidas a la brevedad, si es inteligente aprovechará la carta para cuestionar y presionar a las autoridades actuales, es decir abanderará ésta causa y la incluirá en su discurso- ¿De que sirve que nos prometa que acabará con esos delincuentes?, cuantas veces los políticos prometen y no cumplen- Mira Arturo, debemos exigir nos señale una fecha límite para ver acciones concretas, de lo contrario entra el plan “B”, que sería hacer diferentes manifestaciones invitando a lideres sociales y políticos a que se sumen a la causa- Bueno, me parece una utopía, pero de acuerdo, voy a platicar con mis compañeros ¿Cuándo es la fecha de la conferencia?- La próxima semana, tenemos cinco días para “movernos”-

Durante los cinco días siguientes, Carlos y Arturo dedicaron varias horas diarias dando a conocer el plan, formaron comisiones para visitar cada uno de los salones. Carlos preparó la carta y recabó las firmas, en toda oportunidad hacía alusión al reciente problema donde falleciera uno de sus “amigos”. Arturo fue un poco más lejos, pedía a sus compañeros que invitaran a sus familiares y amigos para que asistieran al mitin.

Llegó la fecha esperada, el candidato venía acompañado por un grupo de seguidores que le hicieron valla al entrar al auditorio- Luego de las presentaciones tomó la palabra- “Compañeros estudiantes, he venido a darles a conocer mis propuestas, las acciones que llevaré a cabo de resultar triunfador en la próxima contienda electoral. La educación es uno de los pilares más importantes para una sociedad -¡Para que nos asalten y maten bien educados!, intervino uno de entre los presentes- Seguridad, seguridad, seguridad- Comenzaron los coros- Luego de una pausa, alzando las manos, solicitando calma, continúo- ¡Claro! Compañeros, la seguridad es uno de los principales retos, estamos viviendo una descomposición social, por lo que se deben enfrentar diversos ángulos, como el desempleo, la impunidad y otros más. Pero les decía, la educación es pieza fundamental al igual que la alimentación- Interrumpió uno más, ¡Sí compañeros bien alimentados para aguantar las drogas y los golpes!- Seguridad, seguridad, seguridad- Gritaba la multitud –El candidato, apresuradamente leía la carta que le habían entregado previamente -Está bien muchachos, estoy de acuerdo con ustedes, me comprometo que de llegar a la diputación; daré seguimiento a la seguridad. Pero compañeros, hay cosas que no pueden esperar, por lo que en relación a lo expuesto en la carta que han tenido a bien entregarme, los invito a que hoy mismo la presentemos a las autoridades competentes, marcharemos hasta la delegación y exigiremos una respuesta inmediata- ¡Viva! ¡Viva el candidato!, retumbaron las voces de los ahí reunidos. La conferencia había cambiado de rumbo, encabezando la multitud el candidato y sus acompañantes salían de la escuela- Unas quinientas personas esperaban afuera con pancartas, al ver acercarse al candidato – El reclamo se volvió a escuchar- ¡Seguridad!, ¡seguridad!, ¡seguridad!- El candidato, al ver la euforia de la gente los acompañó en los gritos. Se detuvo y nuevamente, haciendo un ademán con las manos- ¡Claro que sí compañeros!, ahora mismo vamos a la delegación, los que gusten acompañarnos, que espero sean todos, los invitamos a la marcha que ahora mismo estamos iniciando-

Luego de marchar entre gritos y consignas unas diez cuadras, aproximadamente unas ochocientas personas se paraban frente a la delegación, el candidato dio inicio a su discurso- Esta mañana, ante un grupo de jóvenes pensantes me presenté con la intención de darles a conocer mis propuestas, sin embargo, al encontrar un sentimiento generalizado de injusticia e impunidad, no he podido cerrar los ojos ni tapar mis oídos, es por eso que estamos aquí; para exigir una respuesta inmediata a los reclamos, ¡ya basta de encubrimientos!, ¡ya basta de corrupción!. Señor delegado, exigimos una respuesta, no nos vamos a ir sólo con promesas, queremos resultados…- Luego de terminar el discurso, una comitiva, en la que fueron incluidos Carlos y Arturo, fue recibida por las autoridades del lugar, entregaron la copia de la carta y una vez leída –Señor candidato y personas que lo acompañan, hoy mismo giraré instrucciones para que se realice una investigación a fondo y en su caso se lleve a cabo una redada, sólo les pido discreción a fin de evitar que falle el operativo, por el momento les pido que les hagan saber a las personas que están afuera; que pronto se tomaran medidas –Desde luego, señor delegado, pero tengo la obligación de comunicarle que si no se lleva a cabo lo que nos ha dicho regresaremos y está vez con más gente-

El candidato salió de inmediato para dirigirse a la multitud-¡Compañeros, pronto se hará justicia, el señor delegado así nos lo ha prometido! -¿Pero cuando? ¡Puras promesas! - Se escucho decir entre la multitud- Arturo tomó la palabra- Miren compañeros, en caso de que en una semana no veamos resultados regresaremos- ¡Sí, compañeros!, como dice el señor candidato, pronto vamos a ver respuestas- Dijo Carlos, y agregó- Ya lo dijo mi hermano, si no vemos resultados vamos a regresar y aquí el candidato nos va a acompañar, pero está vez convocaremos a todos los ciudadanos de la colonia y colonias aledañas.

De está manera daba fin la marcha, Carlos y Arturo se acercaron al candidato para solicitarle regresara a la escuela de Carlos a dar su conferencia; e invitarlo para que asistiera a la de Arturo- Desde luego que sí, le dijo a Carlos, hablaré con el director para regresar y vamos a hacer las gestiones para ir a tu escuela- Le dijo a Arturo- Se despidieron-

Arturo y Carlos decidieron ir a tomar un café, platicaron sobre lo ocurrido y decidieron que esa noche estarían cerca del antro para constatar las acciones.

Oye Arturo quiero felicitarte, estuviste muy bien ¿de donde salió toda esa gente?- Ya ves hermano, le dije que les iban a dar una torta y un refresco- No, en serio, ¿Cómo lograste reunir a tantos?- Pues platiqué con mis compañeros sobre lo que pretendíamos y les pedí que les dijeran a sus familiares y amigos, como te podrás imaginar; hubo tipos que he visto metidos en buenos desmanes y que aceptaron, claro no tenían otra opción, ya que vieron la oportunidad para disimular, creo que eran los que gritaban más enardecidos. - Pues muy buena estrategia hermano, ahora para poder ir en la noche hay que pedirle el carro a mi papá- Sí, pero primero le platicamos como se dieron las cosas- Sí, desde luego-

Don Carlos llegó un poco más tarde que de costumbre, sus nuevas responsabilidades le exigían estar en oficina hasta tarde- ¡Que bueno que llegaste!, tenemos algo importante que platicar- ¿De que se trata Arturo?¿que me quieres platicar?- Bueno, de hecho Carlos y yo te queremos comentar que…-Luego de narrarle todo lo ocurrido- Pero necesitamos que nos prestes el carro para ir al lugar- No, no se los presto- ¿Por qué, papá?- Espera a que termine Carlos, no se los presto porque yo también voy, los acompaño-

¿A dónde van a ir?- Preguntó Mary, que recién bajaba de su cuarto- A checar un asunto- Se adelantó Arturo- Sí hija, vamos a ir tus hermanos y yo a verificar si se realizan algunas acciones en contra de los delincuentes de la vez pasada- ¡Papá, pero es muy peligroso!, no vayan por favor les puede pasar algo- Háblale a tu mamá para explicarles de lo que se trata- Sí papi-

Una vez enteradas de la situación, entendiendo que no existía mayor peligro, aceptaron, no sin hacer “miles” de recomendaciones.

Al estar cerca del lugar, pudieron observar algunos tipos sospechosos dentro de sus carros que permanecían estacionados –Deben ser agentes, no parecen ser delincuentes -Dijo Don Carlos- Sí, de seguro estamos invadidos de policías, no creo que al delegado le convenga otro “relajito”- Comentó Carlos- Aproximadamente una hora más tarde, se escucho el sonar de las sirenas de las patrullas, a la distancia donde se encontraba el antro, se alcanzaba a ver la movilización, las luces azul y amarilla de las torretas iluminaban parcialmente los edificios cercanos, unos instantes después, pasaban frente al carro de Don Carlos varias patrullas repletas de personas- Arturo pendiente de poder reconocer a alguien, se pegaba al cristal de la ventana trasera, cuando -¡Ahí lo llevan!, agarraron al ”angelito”- Dijo emocionado al ver al tipo, fácilmente reconocible, de lentes obscuros, quien que se asomaba por la ventanilla, logrando reconocer el carro y a su tripulación, y como saludando hizo un movimiento de afirmación con la cabeza; y esbozó una mueca de risa, mientras la patrulla se alejaba.

Wednesday, February 22, 2006

Sólo Un...Despertando (10a.Parte)

Carlos que iba de copiloto guiaba a su papá, Arturo sentado en la parte trasera; se inclinaba hacia adelante como si quisiera aprenderse la trayectoria que seguían.

Ya vamos a llegar papá, ojalá haya lugar para estacionar el carro enfrente, de lo contrario será necesario bajar; para acercarnos un poco- Pasaron frente al antro y efectivamente no había espacio- Métete en la siguiente calle a tu derecha; ahí debe haber donde estacionarnos- Así fue, encontraron un lugar y sin comentarios bajaron del carro- Arturo, si pasa algo ayudas a tu hermano a regresar al carro, no quiero que se vaya a caer con las muletas- Sí papá- Contestó nervioso- Caminaron a la esquina- Desde aquí se puede ver la gente que llega; papá- Sí Carlos, aquí vamos a esperar- Don Carlos y Arturo se recargaron en la pared, Carlos de frente a ellos, para tener mejor ángulo; se recargaba en ambas muletas- Las miradas insistentes llamaron la atención del tipo que estaba en la entrada; que decidía quien entraba y quien no, llamó por radio a su jefe- Oiga hay tres personas que me parecen sospechosas, tienen un rato en la esquina y no dejan de voltear hacía acá- No te preocupes, deben estar esperando a algún amigo- No, no creo, le digo que se comportan medio raro, de hecho uno viene con muletas, no creo que vayan a entrar a divertirse- Está bien, voy a llamar al comandante de la policía para que estén pendientes-

Luego de casi una hora- ¡Mira Arturo!, el que está llegando, ¿Ya lo viste?- Carlos dio unos pasos a su costado para poder identificarlo- Sí hermano, ese es el mismo tipo que supuse- Pues confirmado hijos, súbanse al carro- Arturo agarró las muletas y Don Carlos tomó a Carlos por debajo de las axilas para ayudarlo a subir- Una luz de un carro los deslumbró, de inmediato se bajaron cuatro personas armadas con navajas- ¿Que quieren aquí, que se les perdió?- Gritó el más adelantado- Tranquilo muchacho, no pasa nada, pero no te acerques más -Dijo Don Carlos con voz firme y segura- Tú no nos vas a decir que hacer, algo andan buscando; nos dijo el chavo de la entrada, ¡y ya lo encontraron!- Continúo caminando hacia ellos, ahora acompañado por los otros tres - ¡Sube pronto y arranca papá! -Dijo Carlos- Arturo seguía abajo del carro acompañando a Don Carlos- ¡No den un paso más porque se mueren!, dijo, al tiempo que sacaba la pistola – Tranquilo viejo tranquilo, dijo alzando la manos, al parecer el que lideraba el grupo- A mi se me hace que ni “suena”- Se alcanzó a escuchar al tipo de las gafas que se acercaba corriendo -¿Quieres comprobarlo? da un paso más- Sin medir consecuencias, seguramente debido al efecto de la droga, se atrevió a caminar- Sin pensarlo, Don Carlos jaló el gatillo levantando el cañón para evitar herirlo, la detonación frenó por momento al de las gafas, quien volteó a ver a Arturo- Ah, ¡eres tu!, el hijo de su Pin…Madre que me bajó de autobús- Se lanzó contra él -Don Carlos le asestó un fuerte golpe en la cabeza; con la cacha de la pistola y jaló a Arturo atrás de él. El tipo cayó desorientado en la banqueta, los otros atacantes intentaron acercarse apuntando con sus navajas- ¡No se acerquen!, el siguiente disparo es para uno de ustedes- Don Carlos los mantenía a distancia encañonados, cuando se escucharon las sirenas- Lárguense antes si quieren, antes de que se los lleven- Les gritó Don Carlos- Como si les hubieran contado el mejor chiste, comenzaron a reír a carcajadas- Vamos a ver a quien se llevan, viejito pend…- Aún entre risas, dijo mientras se limpiaba la sangre de la cabeza- ¿Qué pasa aquí?- Nada oficial, este señor me quiso asaltar y mis “cuates” (amigos) se dieron cuenta y vinieron a ayudarme- Don Carlos se había guardado el arma en cuanto vio al policía acercarse- Eso es mentira oficial, este tipo viene molestando a mis hijos desde hace días- Cual molestando, yo ni los conozco, mejor revísalo mi poli, anda armado no te vaya a sorprender-
- Levante las manos, póngalas sobre la cabeza y de espaldas, volteando hacia el carro, ¡rápido!- Pero Oficial…- Cállese- El policía tomó la pistola y la entregó a su compañero- Tienen que acompañarnos a la delegación, ésta arma es calibre prohibido; o al menos que pertenezca a algún grupo de la milicia o tenga permiso para portarla- No, no tengo permiso, es una herencia de mi padre- Pues tienen que acompañarnos, aparte deben declarar que hacían en este lugar- Son “conejos” (rateros) mi “poli”, mi “cuate” (amigo) el de la puerta; ya los había visto antes, de seguro esperan a que salga “el cliente” para atacarlo- Dijo el de las gafas-

-Suban a la patrulla- Oiga oficial, mi hijo, el que está adentro del carro está convaleciente tuvo un accidente, de hecho necesita ayudarse con muletas para caminar- A mi no me interesa, él también debe acompañarnos- Arturo cerró el carro y se subió junto con su papá y hermano a la patrulla.

Llegaron a la delegación bien custodiados por dos patrullas, como si se tratara de delincuentes peligrosos- ¿Me permite por favor hacer una llamada a mi casa?- Claro, pero sólo una y le recomiendo no gaste la llamada en cursilerías, mejor llame a su abogado, porque está metido en un problema muy serio- Hola mi amor, todo está bien, no te espantes- ¿Qué paso?, ¡dime que paso!- Después te explico, estamos en la delegación, busca al licenciado Rojas, su número telefónico está en mi agenda, dile que me agarraron con una pistola y no tengo permiso para portarla, que lo espero- Sí mi amor, ahorita le llamo, ¿pero están bien todos?- Sí, no te preocupes, al rato nos vemos en la casa-

La presentación según el informe del policía, es por portación de arma de fuego y agresión en vía pública, Para empezar, el arma queda decomisada, ya que no cuenta con la autorización correspondiente -Pero señor es una herencia de mi padre- No hay nada que hacer al respecto. Por otra parte, es acusado de agredir a unas personas en vía pública – Bueno, sobre ese asunto, no me dejaron otra opción más que defenderme, ellos llegaron a agredirme portando navajas, pero resulta que el policía parece que no se dio cuenta; o no quiso hacerlo, porque yo fui el único al que revisó- El sabe lo que debe hacer, usted no tiene porque poner en duda su trabajo – No señor no es mi intención, solamente estoy diciendo lo que ocurrió-

Que tal licenciado Rojas, ¿Cómo ha estado?- Pues yo bien, pero por lo que veo, el que no está muy bien es usted, cuénteme ¿Qué paso?- Resulta que…
Así que es la razón por la que estamos aquí- No se preocupe, yo me encargo. ¿Oiga y la parte acusadora de la agresión?- Pues no se han presentado- Bueno eso facilita las cosas- Licenciado, quiero aprovechar para denunciar a esos tipos- Claro es lo más conveniente-

Después de algunas gestiones administrativas, levantar la denuncia y pagar una multa, salieron Don Carlos, sus hijos y el abogado de la delegación. – No puede ser que exista más protección para los delincuentes que para los ciudadanos, el oficial se molestó cuando mencioné que sólo a mi me registraron, tengo la impresión de que saben que tipo de personas son- No lo dude Don Carlos… no lo dude, esas bandas generalmente gozan de ciertos privilegios- Voy a desenmascarar a esos tipos, no se como; pero lo voy a hacer- Dijo Carlos en tono molesto- Es gente muy peligrosa y vengativa, no te lo recomendaría- Sí lo sé licenciado, pero alguien debe hacer algo- ¡Tienes razón hermano!, yo te apoyo- Bueno ya veremos como armamos una buena estrategia -El licenciado luego de cobrar sus honorarios se despidió.

Pasaban de las 12 de la noche, abordaron un taxi rumbo al lugar donde habían dejado el carro, todo estaba en orden, subieron y regresaron a su casa.

Lupita y Mary esperaban en la sala, al escuchar el motor del carro salieron a recibirlos- ¡Gracias a Dios!, ya llegaron¡ cuéntenos ¿que sucedió?- Mira mi amor, resulta que …y levantamos una demanda en su contra, aunque lo más probable es que la archiven, según lo que platique con el Licenciado Rojas- ¿Pero para que te llevaste la pistola? ya ves lo que pasó- Sí, pero créeme, si no la hubiera llevado a ésta hora ya estaríamos en el hospital, ¡esos tipos nos abrían atacado con las navajas!- Pues sí, tal vez fue lo mejor- Pero vamos a descansar un rato, ya van a ser las 2 de la mañana-

Al día siguiente, al regresar de la escuela, Carlos esperaba a su hermano para platicarle sobre el plan que se le había ocurrido.

Tuesday, February 21, 2006

Sólo Un...Despertando (9a. Parte)

Carlos sabía que le costaría trabajo recuperar la autoridad y confianza, que alguna vez tuviera dentro de la familia, pero estaba convencido de lograrlo.

Escucho que abrían la puerta de entrada a la casa, luego las voces en tono de murmullos de sus papás, desde la parte superior de la escalera- ¿Cómo les fue?- Bien hijo, la película estuvo muy buena- Oye hijo, tu mamá y yo veníamos comentando que estás perdiendo algunas clases, ¿has pensado algo al respecto?- Sí, ya hablé con un compañero y me va hacer el favor de pasarme los apuntes, aunque espero poder regresar a la escuela pronto-Don Carlos, subía la escalera- Hijo sin el afán de que te molestes quiero hacerte una pregunta- Le echó el brazo en los hombros en señal de afecto y entraron al cuarto- ¿Sí papá dime?- ¿Que has pensado con respecto al grupo de amigos que frecuentas?- Pues hablaré con ellos, les voy a decir cuales son ahora mis objetivos, quizá algunos estén de acuerdo conmigo, los que no, pues ni hablar, lo único será respetar sus decisiones y exigir respeten las mías. –Al principio tal vez no resulte fácil- No te preocupes papá, ahora estoy más firme que nunca, espero pronto poder demostrarlo.- Yo se que así será hijo, que descases-

Don Carlos, abrió con mucho cuidado la puerta del cuarto de Arturo, no quería, en todo caso, despertarlo- Arturo, emocionado por la película que recién terminaba de ver, se sintió sorprendido, ¡el cartucho estaba sobre el buró de su cama! y una revista a medio meter en el cajón- Don Carlos se dio cuenta, pero no consideró prudente tocar el tema en ese momento, se acercó a Arturo que yacía acostado, forzando con la mano a que su miembro hiciera lo mismo, estaba prácticamente “paralizado” por la sorpresa- Buenas noches hijo, y le dio el beso- Buenas noches papá-



Lupita ya había acudido al cuarto de Mary -Don Carlos entró a la habitación- Mi amor, encontré a Arturo haciendo “casita de campaña” con las cobijas, mañana sin falta voy a comprarle un libro sobre sexología- Es normal, seguramente ya tiene tiempo de haber iniciado, no creo que apenas- No, claro, pero sucede que tenía una revista pornográfica en su buró y rentó una película del mismo género, cosa que no me “espanta”, pero tampoco me gustaría que se pudiera confundir- ¡Le dijiste algo!- No, desde luego que no, hice como que no vi nada y pensé que no era el mejor momento- Que bueno, porque seguramente lo hubieras apenado mucho-

Unas semanas y la salud de Carlos había mejorado mucho, ese día regresaría a la escuela, sentía vértigo en el estómago por la emoción, esa sensación que casi olvidaba, ahora se hacía presente al pensar en todo lo que significaba el cambio, “Le voy a echar todas las ganas”.

Dado su estado de salud, Don Carlos llevó a Carlos a la universidad, Arturo y Mary se irían en autobús.

¡Apúrate hermana!, que se nos hace tarde, - Ya voy Arturo, estoy terminando de arreglarme- Con cierta frecuencia, Mary tardaba un poco más que Arturo en arreglarse, lo que siempre estaba presto a criticar-

En la parada de autobuses, parecía que no iban juntos, Mary molesta y Arturo también- El autobús estaba repleto, parecía una lata de sardinas, Mary entre empujones se fue poco a poco abriendo paso internándose por el pasillo hasta más allá de la mitad del autobús, Arturo prefirió quedar cerca de la puerta delantera.

Unos minutos y - ¿Qué te pasa estúpido?- Se escucho el grito en todo el autobús- Arturo reconoció el insulto y tono de inmediato- ¿Que pasó Mary?- Este idiota que se viene pasando de listo- Arturo, recargándose en la gente y entre empujones logró acercarse a su hermana- ¿Quién fue?- Ese tonto, de las gafas, que viene molestando desde hace rato -Dijo al tiempo que señalaba a un tipo moreno, alto y con cara de pocos amigos- Arturo, sin pedir alguna explicación le tiró un golpe en pleno rostro, sorprendiendo al “inquieto” pasajero- Las gafas volaron evidenciando los enrojecidos ojos del temperamental tipo. Arturo sabía que debería completar lo ya iniciado, sin darle tiempo para que se recuperara, le asentó en medio de las piernas una fuerte patada, no fue necesario más. Con la algarabía de la gente el chofer había detenido el autobús; y el tipo bajó lo más pronto que pudo, no sin un poco de ayuda por parte de Arturo, que le propinó un último empujón con la planta del zapato en el trasero.

Me espanté mucho -Por eso te he dicho, que cuando vayamos en transporte público no te separes- Un tanto molesto le dijo Arturo- Lo que pasa es que estaba enojada, ya sabes porque-

Por su parte, Carlos era objeto de críticas de todo tipo de parte de sus compañeros, algunos inclusive lo hacían responsable de la muerte de Pedro-
¿Oye que fuiste el culpable de que se matara Pedro?, preguntó Silvia, una de las amiguitas de juerga- No, para nada él iba manejando-

No te hagas…, dice Ramiro que te pusiste mal y por eso Pedro tuvo que meterle la pata al acelerador, dice que tú tuviste la culpa.

Ramiro quien saliera menos afectado en el accidente, había regresado dos semanas antes, teniendo la oportunidad de extender sus comentarios, adecuando su versión-

Pues sí, me puse mal, ¿pero ya sabes porque?- No ¿porqué?- Luego te digo, ¿a propósito no has visto a Ramiro?- Si, hace rato estaba sentadito en la cafetería, porque igual que tú anda en cuatro patas- Dijo bromeando Silvia-

¡Un resucitado!, exclamó Ramiro aparentando susto- Aunque no lo creas, volví a nacer- ¡Si guey estuvo fuerte!, es lo que les digo a los cómpas (compañeros)- Pero creo que también les has dicho otras cosas ¿no?- ¿Que cosas?, ¿a que “cosas” te refieres mi Carlitos – Me refiero a que andas divulgando que yo soy el culpable de que Pedro se “quebrara” (muriera)- Bueno, bueno, no tanto así, pero les dije que te pusiste mal y por eso salimos como de rayo- Mira, Ramiro, te pido por favor que no hagas ese tipo de comentarios, no se que madres (cosa) pusieron en mi copa, pero se pasaron de listos, tu sabes que ese fue el origen de todo, yo no quiero decir nada, pero no quiero que sigas diciendo que fue mi culpa- Pero no te enojes mi Carlos, ya paso ¿no?, apúrate a curarte para salir a brindar por el buen Pedrín (Pedro)- Mira Ramiro, para mi se acabó, ya no pienso salir de farra, he decidido cambiar…-Luego de terminar de comentarle sus nuevos propósitos- Así que si gustas, te invito a echarle ganas- No, pues si que te afectó el golpe, ahora resulta que serás un santito- No, no es eso, pero si no estás de acuerdo conmigo tampoco hay bronca (problema), lo único que te pido es respeto y claro te ofrezco lo mismo- Como quieras, para mi está bien, total más viejas y vino sobran-

Don Carlos de acuerdo con lo planeado, al salir de la oficina, pasó por Carlos a la escuela. Camino a casa; Carlos le comentó los detalles de su reingreso a clases- Oye hijo, ¿el tal Ramiro puede ser peligroso como enemigo?- Sólo no; y sabe que conmigo no puede, pero acompañado ya sabes, se puede dar valor, sin embargo, mientras yo no divulgue lo de la droga; no creo que se meta conmigo - Pues debes tener mucho cuidado, no lo pierdas de vista- Desde luego papá, no te preocupes-

Hubieras visto mamá, Arturo le pegó y ni siquiera metió la manos- ¿Qué paso?, ¿A quien le pegó tu hermano? Preguntó Don Carlos que en ese momento entraba a la casa, acompañado de Carlos -A un tipo se me iba pegando en el autobús y que luego quiso meterme la mano, yo grité y Arturo… -Ya ven lo que puede pasar por ir haciendo corajitos tontos- dijo Don Carlos, mostrando enojo- No quiero que se vuelva a repetir el que salgan enojados y por aparte, si necesitas más tiempo para arreglarte levántate más temprano- Sí papá, está bien- Contestó apenada.

El resto de la tarde transcurrió sin mayor incidente que comentar, Arturo hacía unos ejercicios de álgebra, Carlos estudiaba algunos apuntes que le prestaran y Mary lavaba su ropa, aprovechando que tenía pocas tareas.

Al día siguiente, comenzaba la rutina, Lupita ofrecía de desayunar, Mary de acuerdo a la recomendación de su papá, se levantó media hora antes y esperaba a Arturo, que por primera vez sentía algo de presión. Don Carlos y Carlos salieron igual que él día anterior-

Gracias a que iban unos minutos más temprano, Mary y Arturo decidieron dejar pasar el primer autobús ya que iba completamente lleno. -Mary se prensó del brazo de su hermano, sintiéndose protegida- Llegó en un instante el siguiente transporte y lo abordaron, no iba vació, pero sí menos apretado que el anterior- ¡Ya viste quien está al fondo!- Arturo volteó y de inmediato reconoció al tipo- Disimula, no demuestres que lo conoces a lo mejor en no nos reconoce -Le dijo prácticamente al oído -Arturo iba viéndolo de reojo, pero no podía estar seguro que el tipo los veía a ellos, las gafas obscuras que portaba no lo permitían - Se quedaron cerca de la puerta delantera- Sí vemos que viene hacia acá, pedimos al chofer que nos baje -Dijo, Mary, mostrando su nerviosismo -De todos modos, voy a tocar el timbre, mejor abordamos otro autobús- Arturo por un instante perdió de vista al sujeto para tocar el timbre – ¡Ahí viene Aturo!, dijo con un grito apagado- El tipo se desplazaba entre la gente, cogiendo con la izquierda el pasamanos y en la derecha ocultando algo bajo la chamarra –La angustia crecía al ver que la distancia se acortaba, explotando en un grito Mary, al ver brillar la hoja de una navaja bajo la chamarra del malencarado- ¡Bajan chofer!, pare por favor- Ante el inesperado grito, el chofer instintivamente frenó, haciendo que las personas que venían de píe perdieran el equilibrio, algunas al punto de caer, incluyendo al tipo de la navaja- Instante que aprovecharon para saltar directamente a la calle, evitando la escalerilla del autobús. Corrieron unos metros, Arturo volteo hacia atrás, viendo que no los seguían esperaron el próximo transporte.

Al estar en casa, reunidos como de costumbre en la mesa del comedor, Arturo y Mary comentaron lo sucedido- Don Carlos decidió que a partir del día siguiente se levantaría un poco más temprano para llevarlos a la escuela, al menos durante algunos días –No es necesario, si gustas mejor nos llevas a la calle por donde pasa la otra línea de autobuses, queda camino a la escuela de Carlos –Está bien Arturo, pero quiero que cualquier detalle me lo comentes, no esperes hasta llegar a la casa, háblame al celular.

Oye, hermano, ¿Cómo dices que es el tipo ese?- Es alto, delgado, moreno y las veces que lo hemos visto, siempre trae puestas las gafas obscuras, ¿porqué?- Bueno, es sólo una corazonada, el día de mi cumpleaños, un tipo con esas características platicó con Pedro un poco antes de que saliéramos del antro –¿Y si es él?- Se me ocurre que pudiéramos dar una vuelta por el antro, tal vez lo reconozcas- Claro, si lo vuelvo a ver, seguro que lo reconozco, ¿pero pude ser peligroso?- Sí, desde luego que puede ser peligroso, pero no nos bajaríamos del carro, llegamos temprano para ver entrar a la gente- ¿Pero cuando sería bueno ir?- El próximo sábado, como a las 10 de la noche –Oye Carlos, pero que nos acompañe mi papá ¿no?- ¡Claro, que iré!, eso ni lo dudes- Dijo Don Carlos, cerrando el periódico que había estado hojeando, para simular que no estaba pendiente de la conversación-

Durante los tres días siguientes, todo transcurrió sin novedad respecto al tipo de las gafas obscuras y en sí dentro de la familia, excepto un pequeño detalle, Carlos terminó de leer el libro de El Mundo de Sofía”, curiosamente, tal vez dado su estado de ánimo le había impactado de manera importante, se daba cuenta; que desde mil años antes de la era cristiana, ya los primeros filósofos Sócrates, Platón, Aristóteles, etc. tenían un concepto de Dios; y luego los que los siguieron, llegaron a la conclusión que una de las principales “herramientas” del ser humano era la fe. Por ésta razón, Carlos llegaba también a la determinación de que él debería tener fe y aprovechar tan importante herramienta.

Llegó el sábado, la noche era fría, pasaban de las 9:00 P.M., nadie decía nada, Don Carlos se encontraba en su recámara con la puerta bajo llave, sacó de la parte de atrás del viejo y bonito closet; una pistola calibre 38 especial, un revolver que alguna vez fuera de su padre, el arma relucía el pavón negro muy bien cuidado, una vez que la revisó y lleno la “mazorca” de balas se la colocó en el lado izquierdo de la cintura, se puso la chamarra, se aseguró que no se le notara y salió-

Carlos y Arturo, estaban en la sala viendo televisión, no habían hecho ningún comentario referente a la visita al antro, aunque ambos lo tenían presente – Bueno hijos, ya son las 9:30 – Dijo al tiempo que echaba una mirada al reloj que colgaba de una de las paredes – Sí papá, ya es hora, vamos Arturo-

Lupita y Mary se quedaron muy preocupadas, pero les tranquilizaba saber que ellos no se bajarían del carro.

Saturday, February 18, 2006

Sólo Un...Despertando (8a. Parte)

Arturo al abrir la puerta del baño -¡Perdón!, creí que no había nadie- ¡Cierra por favor!, esa mala costumbre de no tocar antes, contestó Mary, muy molesta – ¿Porque no cierras cuando entras?- Bueno, se me paso, ¿que a ti no te ha sucedido? – Arturo, se dirigió al cuarto de Carlos, quien continuaba leyendo – Oye Carlos, ¿No creerás lo que paso?- ¿Qué?- Pues resulta que al abrir por error la puerta del baño, encontré a Mary en medio de una nube de humo, claro ella se molestó mucho, pero yo me sorprendí ¡no sabía que fumaba!- Carlos, colocó un separador de hojas y cerró el libro- Me gustaría que platicáramos aquí en mi recámara, cuando salga Mary del baño ¿le puedes decir por favor? – Sí, a ver si quiere, porque anda de un “genio” que a veces ni ella sóla se aguanta-

Unos minutos más tarde se encontraban reunidos los hermanos -¿Que quieres platicar conmigo?, preguntó mostrando malestar Mary- No, no solamente contigo, de hecho me gustaría que ambos por favor me escucharan- Mary, cambió de inmediato su actitud- Claro que sí, por mi no hay problema -Por mi tampoco, Agregó Arturo- Pues bien, no se ni como empezar…como se han dado cuenta, desde hace un buen tiempo hemos estado muy apartados, ya no somos los hermanos que siempre estábamos unidos y nos ayudábamos, creo que hemos dejado de conocernos- Bueno, yo creo que sobre todo tu te has alejado- Intervino Arturo- Sí tienes mucha razón.- Don Carlos, entró al cuarto sin que Carlos lo notara, ya que estaba de espaldas a la puerta- Saben, les voy a contar lo que pienso me sucedió, creo que en la línea constante del bien y el mal; hay dos imanes igual de poderosos a cada extremo, existen fuerzas que pueden inclinar la balanza, por una parte están los valores sembrados desde nuestra niñez, que implican generalmente responsabilidad de cada uno de nuestros actos; con respecto a uno mismo y para con los demás, por la otra, es exactamente lo contrario, dejarse llevar por la apatía, permitir que otros conduzcan tu destino de acuerdo a su manera de pensar, caminar con la seguridad de un ciego, que no se ha dado cuenta de que su perro guía también está ciego, sin escuchar las voces de alerta ni medir riesgos…Finalmente, nosotros decidimos hacía que extremo nos queremos dirigir, si utilizamos la herramientas de la razón y el libre albedrío. Siempre es buen momento para rectificar, para retomar el camino que uno decida que puede ser mejor, sólo es necesario dejar de ser cobarde ante la vida, quitarnos los disfraces que permitimos que los titiriteros alguna vez nos pusieran. Buscar en el baúl de nuestra consciencia la verdad de nuestros actos y el fin de los mismos, es decir, nunca mentirnos a nosotros mismos, dándonos la oportunidad de crecer en el aspecto más importante del genero humano que es el ser…Pero, basta por el momento de tanta filosofía, después de todo esto, espero su comprensión, yo caí muy hondo, me dejé llevar por mis más bajos instintos, llegué a mentirme pensando que mi manera de proceder me hacía superior… peor aún, permití que me colocaran hilos y me movieran como marioneta, muchas veces confieso, contra lo que la razón me dictaba…vean ahora las consecuencias. Por todo esto, he decidido cambiar la manera en que venía comportándome,…trataré de recuperar su confianza y la de nuestros padres- Diciendo esto con un nudo en la garganta, no pudo evitar unas lágrimas.- Sin decir palabra, Don Carlos y sus hermanos lo abrazaron por unos instantes.

Papá, quiero platicar contigo, les he comentado a mis hermanos…- Ya no es necesario hijo, no quise interrumpir, pero escuché toda la plática. Sabes que siempre puedes contar conmigo y agradezco tu sinceridad y valor para reconocer tus faltas- Le dio un beso en la mejilla, unas palmaditas en la espalda y salió diciendo, tu mamá y yo vamos al cine, te encargo la casa-

Carlos apoyado en las muletas tocó la puerta del cuarto de Mary- Adelante-
Soy yo, hermana- Sí Carlos pásale, estoy haciendo algo de tarea- No quiero interrumpirte, ¿si quieres después vengo?- No, dime- Bueno no quiero que te vayas a molestar por lo que vengo a decirte, de hecho no me atrevía. Sin embargo, siento la responsabilidad de decirte algo, pero estoy consciente que carezco de la autoridad moral- ¿De que se trata, Carlos?- Sucede que Arturo me comentó sobre el incidente que tuvo en el baño- Ah, si me molestó mucho porque no tocó la puerta antes de abrir- Bueno, pero también él se sorprendió por la humareda, de hecho es sobre lo que quiero comentarte- ¿Qué me vas a decir?, felicidades o ¡no lo hagas porque es malo!- Contestó con ironía- No, creo que ninguna de las dos, más bien te diré que recuerdes que uno decide que camino desea tomar, te sugiero revises tu consciencia y visualices las consecuencias de tus actos- Carlos, se apoyó en las muletas y salió diciendo en tono amable -Perdón hermana por la interrupción- No te preocupes y gracias por tu sugerencia-

Carlos de regreso a su cuarto, creyó escuchar algunos quejidos al pasar frente el cuarto de Arturo, tocó con una de las muletas la puerta- ¡Espera!, espera, ¿Quién? – Soy yo -Ah, Carlos, pásale hermano- Tranquilo, no te espantes- No, ¿porque me voy a espantar?- Lo que pasa, es que la forma en que contestaste me hizo pensar mal, dijo con una amplia sonrisa- Pues no pensé que eras tú; y es que me prestaron una película de esas para adultos y la estaba viendo, ¿ya las has visto? – Sí, hace tiempo, pero ya tiene un buen tiempo que no me llaman la atención, lo que pasa es que manejan el sexo de una forma muy fantasiosa, se aparta mucho de la realidad- Oye ¿no me digas que no disfrutas ver a las chavas (muchachas) desnudas y excitadas?- Desde luego que sí, pero lo que no me gusta, es ver que lo manejan como si se tratara de una jauría de perros, como si no tuviéramos la capacidad de razonar y la hembra siempre estuviera en celo. Pero bueno, cada quien, lo que te sugiero es que compres algunos libros, que seguramente te ayudaran a comprender la etapa por la que atraviesas, así como la importancia del sexo en la vida del ser humano. Pero ya sabes, si en algo te puedo ayudar, lo poco que sé al respecto con mucho gusto lo comparto contigo- De acuerdo, de seguro tienes muchas cosas que contarme -Dijo Arturo, con una risita de complicidad- ¡Ay hermano si te contara!, ah, se me olvidaba, para otra ocasión bájale al volumen de la televisión, porque se oye en el pasillo- Bueno pero yo se que mis papás fueron al cine -Sí pero Mary, pudiera escuchar algo- Tienes razón-

Friday, February 17, 2006

Sólo Un...Despertando (7a. Parte )

Con cuidado, ¡con cuidado!, no te vayas a lastimar, Si papá, gracias, es que aún no me acostumbro a las muletas -¡Gracias a Dios ya estás aquí hijo!-Dijo suspirando Lupita – Carlos iba muy pensativo, al entrar a su cuarto no pudo contener el llanto, sentado al borde de la cama y llevándose las manos a la cara- ¡Quiero pedirles que por favor me perdonen! -Tranquilo hijo, sabes que te queremos mucho, no nos gustaría que recayeras- No papá, es que tu no sabes, me he portado muy mal- Continuaba llorando- Ya habrá tiempo para platicar hijo, por ahora descansa- Sí hijo, descansa, voy ha prepararte la sopa que tanto te gusta- Gracias mami- ¿Mamí? , ya hacía mucho que no me decías “mami”- Tienes razón, lo que pasa es que recordé cuando era niño-

Recostado en la cama veía cada rincón de su cuarto, en la parte de arriba del viejo ropero de madera; estaban guardados sus juguetes, hacía mucho tiempo que ni siquiera los veía, no les prestaba la menor atención. Ayudándose con la muletas comenzó a bajarlos, los llevó a la cama y observaba cada uno de ellos con detenimiento, recordando diferentes momentos de su niñez, de pronto le vino a la mente ¡Que bueno!...no tengo ningún trenecito…, relacionándolo con una de sus peores pesadillas.

Carlos, ya había repasado muchas veces los supuestos sueños que lo asaltaban durante su estado de coma, comprendía que ahora tenía una nueva oportunidad para cambiar, como cuando cuestionó en uno de sus sueños a su papá; preguntando si podía cambiar el trato hacía su mamá. También recordaba lo que supuestamente había soñado cuando conoció a Don Pedro, el señor que vivía en el campo y que él lo había llevado de la mano para cambiar de trabajo y ambiente, casualmente, su amigo también se llamaba ¡Pedro!, pero… falleció desafortunadamente, “ya no necesitará mi ayuda”. En fin, a cada uno de los pasajes durante su inconsciencia, les encontraba un significado. Carlos, se hizo una promesa -“Voy a cambiar, seré un buen hijo, buen estudiante, buen hermano y buen amigo”, serán mis objetivos de aquí en adelante, nada ni nadie hará que me desvíe. ¡Ahora es tiempo de comenzar! - En una hoja blanca escribió “Cambia” con un plumón de tinta roja y lo pegó en la parte interna de puerta del ropero. Al intentar cerrar nuevamente la puerta se atoró, un libro la estaba obstruyendo, Carlos cogió el libro para volverlo a acomodar mientras leía el título “Jostein Gaarder” “El Mundo de Sofía”, “Novela Sobre la Historia de la Filosofía”- Voy a leer un rato- Pensó, no puedo hacer mucho por el momento-

Poco más tarde – Te traje tu sopa hijo- Entraba Lupita con una charola con sopa humeante, una pechuga con bastante ensalada de verduras, agua de sabor, tortillas y un recipiente con un poco de salsa- Mmm, que rico mamá, pero no quiero que te molestes en traerme de comer al cuarto, yo puedo ir a la mesa del comedor- Ay hijo, lo hago con mucho gusto, no sabes lo feliz que estoy de tenerte de regreso, ¡Dios nos hizo el milagro!- Sí mamá- Y complementó con una sonrisa, ya que él no estaba muy convencido que existieran los milagros, pero comenzaría por respetar los diferentes puntos de vista-

Sabes, todos los días le pedía a Dios que te curaras, cuando realmente se pide con fe, el accede, la fe es lo más grande que tenemos los seres humanos- Pues sí mamá, pero también gracias a los doctores que me atendieron- Bueno, si claro, aunque ellos en diferentes ocasiones nos dijeron que lo más probable era que ya no vivieras- Lupita al decir esto, comenzó a hacer pucheros (gesticular), para llorar, la herida estaba abierta- Pero ya mami, ya estoy aquí, no quiero verte llorar, mejor vamos a comer, ayúdame con la charola, te acompaño al comedor.

Sonó el timbre de la puerta- Creo que ya llegaron tus hermanos, me adelanto con la charola y voy a abrir- Sí, en un momento te alcanzo-

Carlos, desde el último escalón de la escalera vio entrar a Arturo y a Mary, sintió mucho gusto -Hola ¡ya estoy aquí!- Hola que bueno, dijeron al mismo tiempo y se acercaron a saludarlo con un abrazo- Carlos, sintió el afecto y las lágrimas lo traicionaron- Sus hermanos se sorprendieron al ver tal reacción y se contagiaron de inmediato del sentimiento, dejando paso a algunas lágrimas- Hermanos, quiero pedirles que me perdonen por la forma en que me he portado con ustedes, de hoy en adelante será diferente, cuenten conmigo -Si no hay problema hermano, también cuenta conmigo- Dijo Arturo- Mary, volvió a abrazarlo y aún llorando le dijo, te quiero mucho; y claro tu sabes que siempre puedes contar conmigo.- Lupita desde la ventana que daba al comedor; observaba la escena y se limpiaba las narices, pues la habían conmovido.

Unas horas más tarde- ¡Hola familia!, ya llegué- Que bueno mi amor ¿Cómo te fue en el trabajo?- Bien, muy bien, de hecho hoy me dieron la noticia de que a partir de la próxima quincena ocuparé mi nuevo puesto- ¡Muchas felicidades mi amor, ya te lo merecías- Gracias por tu concepto, si por ti fuera ya sería el gerente- ¡Escuchamos todo papá!, muchísimas felicidades- Dijo Arturo- Luego se sumaron a la felicitación Mary y Carlos.

Carlos, había pensado platicar sobre su accidente y propósitos, en cuanto Don Carlos llegara, sin embargo dada la noticia prefirió esperar para más tarde.

Wednesday, February 15, 2006

Sólo un...Despertando (6a Parte)

La enfermera entró a la sala de terapia intensiva, creyó escuchar un pequeño quejido, rápidamente se acercó a la cama y… ¿Carlos, Carlos, despierta, ¡vamos, vamos, haz un esfuerzo!- Unos pequeños movimientos de los parpados; acompañados de apagados sonidos de la garganta y nuevamente regresó el silencio -Carmen, la enfermera corrió a dar aviso al doctor- ¿Que creé?, el paciente de la cama 5…- ¡Que buena noticia!, realmente me sorprende, después de estos 15 días, llegué a pensar que no “regresaría”, bueno, le encargo que esté pendiente y cualquier cosa me informa a la brevedad- Sí doctor, con mucho gusto - ah, y por favor de aviso a su familia, les dará mucho gusto conocer la noticia- Sí doctor-

Carmen de inmediato se comunicó a la casa- ¿Doña Lupita?- Sí ella habla- Señora, hablamos del hospital- ¿Qué pasó?- Contestó espantada Lupita- Nada señora, sólo es para informarle que su hijo hace unos minutos mostró algunas señales de recuperación, fue sólo unos instantes; pero al parecer en poco tiempo podrá despertar- ¡Muchas gracias!, le agradezco su atención, en unos minutos estoy por allá- Lupita no cabía en sí de gusto, era la mejor noticia que recibía en mucho tiempo, llamó por teléfono a la oficina, tomó la agenda de la mesita; e hizo varias llamadas a los amigos de Carlos, le urgía comunicarles la nueva noticia; para salir a toda prisa hacía el hospital.

Al entrar, Lupita se encontró con un grupo de personas impacientes en la sala de espera, saludó a todos, unos conocidos otros no, pero era lo de menos, a todos los tenía ahí la misma razón. Se dirigió a la sala de terapia intensiva- Hola señora que bueno que llega, su hijo ya está recobrando el sentido, acabo de estar con él- ¿Puedo entrar a verlo?- Sí, pero no le haga muchas preguntas, ah y recuerde sólo pueden estar dentro dos personas- Sí señorita gracias-

Carlos con dificultad abría un poco los ojos, que al igual que todo su rostro estaba bañado en lágrimas - …Mira…está…nue …vo, no lo he usado…- ¡Despierta hijo, estás soñando!, ¡despierta por favor!, aquí estamos contigo- Como si tuviera una loza en los parpados, al escuchar a Lupita; abrió lo más que pudo los ojos- ¡Papá¡ ¡Mamá! ¿Dónde estoy?- El impacto recibido en los ojos al contacto visual con la luz, provocó que nuevamente los cerrara- ¡Hijo, hijo no te vayas!, ¡no otra vez! -Dijo Don Carlos, con voz angustiada- ¡Papá, papá eres tú!- Sí hijo, no te duermas por favor- Carlos, aún no sabía que pasaba, trataba de entender; nuevamente y entre abrió los ojos - Papá, ¿estoy muerto?, ¿porqué está aquí mi mamá?- No, hijo ahora estás más vivo que hace unos días- Pero…¿no estoy soñando, verdad?- No, hijo, gracias a Dios -Dijo Lupita y agregó- Pero descansa hijo, ya habrá tiempo para comentarte lo sucedido- Si, por ahora descansa- Sí papá…los quiero mucho- Se fue quedando dormido, viendo los monitores que tenía frente a él.

Don Carlos y Lupita, luego de comentar lo sucedido con los amigos de Carlos se despidieron. Iban felices, pues apenas unos días antes el doctor les había dado muy pocas esperanzas- Mi amor, quiero ir al templo para darle gracias a Dios - Pues vamos, aprovecho que me dieron permiso en el trabajo toda la tarde - dijo don Carlos-

Luego de asistir al templo, decidieron ir por Arturo y Mary a la preparatoria, la noticia no podía esperar más- Con lágrimas en los ojos les dijeron lo que pasaba y Ambos brincaron de alegría al escuchar la nueva- ¿Cuándo sale del hospital?- Preguntó Arturo- Aún no sabemos, no nos dijeron; pero seguramente estará unos días más… hasta que se recupere- ¿Y se recuperará del todo?-Preguntó Mary- Tampoco lo sabemos, todavía es muy pronto, pero espero que sí hija -Dijo un tanto melancólica Lupita-

Y todo por esos “amiguitos” que se carga -Pensó “en voz alta” Lupita- No, yo no creo que ellos sean los únicos responsables del accidente, Carlos ya está grande para saber lo que debe hacer y lo que no- Dijo don Carlos - Pues sí, pero ve, si no se juntara con esos viciosos; no le hubiera pasado nada- Quien sabe, nadie lo podría asegurar mi amor- Bueno pero estás de acuerdo que existen riesgos innecesarios- Sí claro, en eso tienes toda la razón- En fin, lo importante es que se está recuperando, seguramente está tremenda experiencia le ayudará a madurar.

Carlos, era un joven inquieto, hacía 15 días que había cumplido los 20 años de edad, motivo suficiente para reunirse con sus amigos después de salir de la universidad, donde estudiaba el 4º. Semestre de Administración de Empresas. Había recibido siempre el buen ejemplo de sus padres, sin embargo, desde hacía escasos dos años, al ingresar a la universidad, su conducta había cambiado considerablemente. Después de haber sido el hijo respetuoso y responsable, ahora era lo contrario. Con frecuencia, en compañía de sus amigos salían de la clase para realizar reuniones en un pequeño departamento de uno de ellos, mismas que terminaban en bacanales y orgías, desde luego, Carlos decía en su casa que continuamente debían trabajar en equipo las tareas de la escuela. Don Carlos y Lupita siempre le habían creído, nunca imaginarían que su hijo les mentía en algo tan importante.

El cambio de Carlos no sólo se reflejaba en sus calificaciones, que habían bajado considerablemente. Claro, cuando era cuestionado, siempre existía un profesor a quien no le caía bien o el infalible argumento, “Lo que pasa es que este semestre ha sido uno de los más difíciles”.Se portaba muy agresivo con sus papás y hermanos, Pero demasiado accesible para con sus “amigos”, inclusive a la menor insinuación de rechazo a algunas conductas que presentaban, él buscaba una respuesta que los justificara, por ejemplo si llegaban a buscarlo y evidenciaban que habían tomado algunas copas de más –“Lo que sucede es que ustedes son muy anticuados, nosotros somos jóvenes, es normal que nos divirtamos de vez en cuando”

De hecho, la relación con sus hermanos era muy fría, los consideraba aún muy inmaduros y tontos, los criticaba cada vez que tenía oportunidad en compañía de sus amigos, mofándose -“todavía son unos niñitos mimados de mami” -provocando las risillas de los presentes y por su parte sintiendo un mayor nivel en el estatus dentro del grupo -

Quince días antes, con motivo de su cumpleaños Pedro y Ramiro, dos de sus compañeros de aventuras lo invitaron a dar una vuelta, bueno ese fue el argumento para pedir autorización a sus papás, sin embargo, el plan era ir a visitar un antro y después continuar en el departamento de Pedro, lugar de sus reuniones- Pero hijo, queríamos que partieras tu pastel aquí con nosotros- Le decía Lupita- No mamá, discúlpame pero eso de los pastelitos a mi ya no me llena, prefiero irme a divertir con mis “cuates” (amigos)- Bueno hijo pero no quiero que llegues muy tarde, recuerda que hay muchos peligros -Ya papá, no puedo quedarme siempre en la casa para que no me pase nada, que tal si me resbaló en el baño y ahí me quedo, además debo correr mis propios riesgos- Está bien, pero cuídate, no vayan a tomar mucho y recuerda que están vendiendo puras bebidas adulteradas- No te preocupes, acá Ramiro es todo un conocedor- dijo esto con una risilla de complicidad; mientras subían al carro de Pedro.

Llegaron al lugar, el tipo de la puerta de inmediato los reconoció y autorizó la entrada, eso obviamente los hacía sentir “hechos a mano”, es decir especiales, de primera- Oye amigo traite una botella de tequila, pero de volada (pero rápido), porque traemos sed- Le ordenó Ramiro al mesero- ¿De cual? – Cabrito reposado o Don Julio, es más, de lo mejor que tengas, porque estamos festejando el cumple de mi cuate -Ya se tardaron las “viejas”- comentó Pedro- ¿Que viejas?- Preguntó Carlos intentando lo vieran sorprendido- Unas chavas (muchachas) que luego nos van a acompañar- ¡Que buen plan, ustedes si son mis amigos!, ah, pero desde luego me toca la mejor, porque es mi cumpleaños- Tranquilo, ya veremos si como roncas duermes(ya veremos a ver si es cierto)- dijo Ramiro.

Una hora más tarde y menos de media botella, Pedro cambió el tema sobre política, que hacía buen rato discutían -¿Saben que?, no van a ponerse de acuerdo, mejor voy a ver que pasa, a lo mejor las chicas llegaron y están en otra mesa -Órale, pero no te vallas a quedar por allá- Contestó Ramiro y Carlos sólo asintió con la cabeza y lo siguió con la mirada, alcanzó a ver que algo platicaba con un tipo alto de traje y lentes oscuros- ¿Oye Ramiro quien es ese, con el que está Pedro?, ¡no le estará echando bronca! -No tranquilo, si vemos que algo raro entonces vamos- Carlos busco con la mirada nuevamente a Pedro pero ya no estaba, en eso Ramiro lo sacó de sus pensamientos -Voy al baño, ya me está haciendo digestión tanto refresco- Órale…oye espera yo también voy, “un mexicano nunca va sólo”-

Pedro, desde atrás de una columna; había estado esperando la oportunidad para acercarse a la mesa, le había comprado droga al tipo de los lentes obscuros, el plan estaba en marcha, Ramiro debería asegurarse de que Carlos no se enterara, regresando hasta que Pedro disolviera en el vaso de Carlos la droga y nuevamente se retirara.

Pedro y Ramiro, siempre le insistían a Carlos que probara, pero nunca había aceptado, por lo que se habían puesto de acuerdo - Está vez la va a probar a como de lugar- Se va a llevar una “sorpresita” cuando se de cuenta ya estará viajando- Había comentado Ramiro.

Pedro, vio el servilletero de la mesa de costado, entendió la señal, todo estaba listo, él y Carlos regresaron a sentarse- Salud, por esos “20 abriles”- Dijo Pedro chocando su vaso contra el de Carlos- Salud amigo- Unos cinco minutos más tarde, Ramiro regresaba- ¿Que paso Pedrito?, te perdiste por un buen rato- Calma Carlitos, calma, lo que pasa es que me encontré con Silvia, ya sabrán no quería soltarme pero que se descuida y que me le escapo- Decía esto en broma, con una pose de galán –Sabes… me siento muy raro, cabr.., no se que le pusieron a esta madr…- Tranquilo, mi Carlos, te mandamos a un viajecito gratis- Comentó Ramiro, al tiempo que le pasaba el brazo por los hombros- Ahora si se pasaron, me siento mal, mejor vamos al departamento para que se me pase-

Salieron del lugar, Carlos iba como pisando sobre nubes, sentía un sudor frío en todo el cuerpo, nauseas y dolor de estómago.- Oye pedro, este guey si está mal, métele el acelerador, llegando al “depa”. Lo acostamos.

Ramiro también se había drogado, sin embargo el efecto en él era distinto, sólo una especie de ansiedad y hormigueo en el cuerpo. Pedro alcanzó a ver la luz ámbar del semáforo, no le importo y hundió el acelerador al fondo, perdió el control del volante al esquivar a un carro que cruzó la calle, se escuchó el rechinar de llantas y un fuerte ruido, chocaron con un poste de luz a más de 100 kilómetros por hora. En medio de una gran humareda, Ramiro salía arrastrándose, con una fractura expuesta en la pierna, Pedro había muerto en el instante, se había desnucado por el impacto, quedando recostado en el volante, mientras que Carlos a unos metros del carro se encontraba tendido en la banqueta.

Carlos a lo lejos pudo escuchar la sirena y ya no supo más. Llevaron a Ramiro y a Carlos al hospital- ¿Que les paso?- Le preguntaba un oficial de la policía a Ramiro- ¡Ay me duele mucho!, no se señor, creo que se nos atravesó un carro y para no chocarlo nos “estampamos”- ¿Cómo están mis amigos?- Uno murió y el otro no creo que viva, está en coma, según el informe inicial -¡Murió!, ¿Quién, quien se murió? –El que venía manejando-¡Ramiro!, no, no puede ser, ¡porque Dios mió!- Gritaba desesperado- Tranquilo, trate de calmarse; necesito que me dé los números telefónicos de sus amigos -Poco después hizo efecto el calmante que le suministraron y se quedó dormido.

Desde el hospital dieron aviso a los familiares de cada uno, Don Carlos y Lupita acudieron de inmediato, luego de que les informaron sobre el estado de Carlos, Lupita no pudo contenerse un grito desgarrador se escucho casi en todo el hospital -Carlitos, hijo…Dios mió ayúdame – Don Carlos, con los ojos cubiertos de lagrimas, firmaba la autorización para que pudiera ser intervenido quirúrgicamente- Sálvelo doctor, sálvelo por favor- Vamos a hacer todo lo posible, pero no le aseguro nada, su hijo llegó en estado de coma, trae varias costillas rotas y fracturas en brazos y piernas pero lo más delicado es el fuerte golpe en la cabeza y que al parecer consumió alcohol y drogas- ¿Drogas?, No, no puede ser él no consume droga- Pues está por confirmarse, lo más seguro es que la prueba resulte positiva.

Carlos no sentía dolor, revivía algunos pasajes de su niñez. El subconsciente estaba trabajando, como cuando uno duerme. Algo le hacía ver que no era correcta la forma en que en los últimos dos años se había comportado. Se había olvidado de los valores que siempre le inculcaran sus papás. Ahora en medio de su inconsciencia se le revelaban en diferentes maneras, se sentía culpable y “decidía” que fuera domingo e iría a misa, viéndose a la edad de 6 años, cuando comenzó a comprender la existencia de un ser súper poderoso.

También sentía el mismo sentimiento de culpa para con sus hermanos y “dirigiendo” nuevamente el “sueño”, se veía compartiendo sus juguetes y protegiendo a su hermano de ser atacado por los animales. Sin embargo, no siempre podía “decidir” lo que pasaría en el “sueño”. Vio como su padre era apuñalado por la espalda para quitarle sus pertenencias. El subconsciente parecía decirle, tú estás haciendo precisamente eso, “lo atacas” por la “espalda”, le mientes y sangras económicamente.

Durante los 15 días que Carlos se mantuvo en estado de coma, “repasaba”, como pesadillas” muchos detalles vividos. Días después, aún dentro del hospital, una vez consciente, comenzó a recordar cada uno de ellos; tratando de entender su significado.
Habían transcurrido treinta días desde el ingreso de Carlos al hospital, el doctor había autorizado su “alta”, Regresaría a convalecer en su domicilio.

Saturday, February 11, 2006

Sólo un Cuento (5a. Parte)

¡Era sábado!, más temprano que de costumbre, la familia estaba en actividad, era un hermoso día, los rayos del sol se filtraban por la ventana de la sala. Don Carlos, silbando una canción de moda, revisaba las condiciones del auto, pues no quería sorpresas, el camino no era corto, además saldrían de la ciudad, Lupita se apresuraba a preparar la mamila con la leche de Mary, Carlitos que ya se encontraba listo, trataba de ponerle los zapatos a Arturito, quien insistía muy molesto; en que sólo podía hacerlo- ¿Ya están listos?- Se escuchó decir desde el patio a Don Carlos- Ya vamos mi amor- Contestó con un calambre en el estómago Lupita, sabía que ya tenían un retraso de 10 minutos; y podría ser motivo para iniciar una discusión. Carlitos tomó de la mano a su hermano; que caminaba medio extraño y salieron rápidamente -¡Ya estamos listos papi!- Al verlos, Don Carlos, dejó de silbar para empezar a reír – ¡Que elegantes! Pero traes el suéter al revés y Arturito parece que tiene los pies chuecos- Lo que pasa es que no me dejó ponerle los zapatos, dice que ya es grande, ¿pero no es cierto verdad papá?- Si es cierto, ya estoy grande- respondió Arturo, tirando un manazo a su hermano- A ver, a ver, hijos no peleen, mira Arturito, dijo Don Carlos, mientras se agachaba para mostrarle -Esté zapato va de este lado y este, en este otro pie - Si papi- aceptó Arturito - Carlitos volvió por el desquite- Yo ya le había dicho pero no me entendió- Bueno, lo que pasa es que él apenas está aprendiendo.

Lupita salió cargando a Mary, Buscó la mirada de su esposo para cerciorarse de su estado de ánimo- Afortunadamente el incidente con los niños había distraído a Don Carlos; lo que ayudó a evitar un problemita- ¿Que crees amor?, ya estaba por salir y está niñita se hizo del baño, tuve que regresar a cambiarla –Bueno, pero queremos hijos- Contestó con una sonrisa-

Después de hacer escala en un supermercado, para comprar un pastel y la tarjeta de felicitación, ya iban en carretera, el trayecto duraría unas dos horas - ¿Cuánto falta papá?- Era Carlitos -No empieces a preguntar, todavía falta mucho; mejor duérmete un rato, cuando lleguemos yo te despierto- Pero no tengo sueño- Pues entonces puedes mirar por la ventanilla, ¡pero deja de estar molestando a tu papá!, dijo Lupita alzando un poco el tono- Arturito que dormitaba un poco sudoroso, al oír a su mamá cerca- Mami, quiero agua tengo sed- Si hijito, ahorita te la doy; ¡te traje tu vaso especial!- Yo también quiero agua- También traje para ti, ten Carlitos- Gracias mamá-

Se quedaron placidamente dormidos, Lupita veía el paisaje y escuchaba cantar a su esposo, que tratando de complacer a Lupita intentaba acompañar una canción de la radio. Era verano, el campo estaba verde, los lomeríos presentaban diferentes matices de colores, parecían presumir. En medio del campo, a lo lejos una que otra casita; que bien podía haber sido extraída de la más brillante imaginación. Las volutas de la chimenea se mezclaban con las nubes, el viento apacible traía consigo el olor a tierra mojada de los sembradíos, alguno que otro pájaro aprovechaba para limpiar sus plumas al borde de los diferentes riachuelos que cruzaban la carretera.

- ¿Ya mero llegamos, mami?-Carlos había despertado- Falta poco hijo, ¿ya viste que bonito es el campo?- Si mamá, pero ya nos tardamos mucho- dijo, mientras se restregaba los ojos con ambas manos- Ya vamos a llegar- Oye, mami, ¿por que están esas manchas en el parabrisas? –Son insectos que chocaron y se deshicieron-

Llegaron a la desviación, ahora sólo unos diez minutos por un camino de tierra; escoltado por grandes árboles y llegarían a su destino. Carlitos venia muy pendiente de los insectos que chocaban constantemente en el parabrisas, en eso descubrió a la distancia un carrito de paletas- Es increíble lo que tienen que hacer algunas personas para ganarse la vida- exclamó Lupita- Sí ¡imagínate todo lo que tendrá que caminar para vender unas cuantas paletas!, contestó su esposo.- Papá, mamá yo quiero una paleta- Interrumpió Carlitos- Sí, una paleta- lo siguió Arturito- No, no pueden comer paletas, Arturito ha estado un poco mal de la garganta, contestó en forma determinante Lupita- Yo no estoy enfermo, ándale mamá cómprame una paleta- Insistía Carlitos en tono melancólico- Ya te dije que no, ¿que no ves que si te compro a ti; a tu hermano se le va a antojar? Y él no puede comer hielo- Pero papá, ¡ya se van!, ¡dile a mi mamá que me compre!- Decía ahora en tono chillón, mientras Arturito ya lloraba desconsolado- ¡Ya oíste a tu mamá, no sigas molestando!- El grito de Don Carlos y ver alejarse el carrito de las paletas fue el detonador, Carlitos ya no pudo aguantar y comenzó a llorar- ¿Quieres llorar?, porque si quieres te doy unas nalgadas para que llores a gusto- ¡Como por arte de magia regresó el silencio! Los dos hermanos sólo se quedaron con unas muecas, como queriendo continuar con el dúo.

Lupita hizo las últimas recomendaciones- No quiero que hagan travesuras, se portan bien, saludan a sus padrinos, y mucho cuidado con salirse a los corrales o algún otro lado, puede haber algunos animales peligrosos- Si mamá- dijeron al mismo tiempo los niños.

Ya los estaban esperando, Alejandro y Juanita, sus compadres, al escuchar el motor del carro, salieron a recibirlos. Luego de los saludos y abrazos de rigor. Lupita inició un tanto desafinada pero con buen ánimo- Estas son las mañanitas que cantaba el rey David, hoy por ser día de tu santo…, le siguieron los demás presentes finalizando con un aplauso, donde también Arturito y Mary participaron.- Pasen, pasen, gracias por venir, pensamos que ya no vendrían- Dijo Juanita, haciendo ademanes, invitándolos hacia la sala- Lo que sucede es que salimos un poco tarde, se “disculpó” Don Carlos, ya sabes comadre, es difícil salir a la hora que se planea- Realmente no había tal retraso, puesto que no existía una hora precisa para llegar, sin embargo era parte de la introducción- Alejandro intervino- Bueno, pero ya están aquí, que bueno que llegaron sin contratiempo ¿gustan algo de tomar, ¿un vaso de agua?, ¿una cervecita?, ¿qué les ofrezco? – Todos pidieron agua, excepto Arturo, quien prefirió refresco de cola, pero no había, así que después de unas lagrimas se tomó el agua.

Te trajimos un pastelito compadre, ándale Carlos ve por él al carro, dijo Lupita- Muchas gracias, pero no se hubieran molestado- No es ninguna molestia, es con mucho gusto- Luego de estas frases hechas y tan trilladas, Carlos fue por el pastel para colocarlo en la mesa, recibiendo un “bravoooo”, de los presentes, con una sonrisa dibujada en el rostro.

Pues como ves compadre, íbamos a comprarte algún regalo, pero luego de platicar con tu compadre decidimos mejor traerte este pastel- Lupita, tocó directamente el tema- Hicieron muy bien, de hecho nosotros pensamos que si tenemos ganas de regalar algo, no es necesario que sea un día impuesto por los comerciales- Que te dije Lupita, si yo conozco a los compadres- De inmediato Don Carlos comentó con cara de “ya la hicimos”. Oye compadre, cambiando de tema ¿y cuando nos dan la sorpresa, cuando encargan su bebe?- Hay compadre, pues nosotros hacemos “la tarea” créanme, somos bien aplicados, pero no hemos tenido suerte, ojalá pronto.

Los niños, aprovechando que los adultos conversaban; salieron al patio a “investigar”. Unas gallinas comían algo en el suelo, rascaban con las patas y luego levantaban las semillas o insectos que encontraban, Arturito se acercó un poco más para poder observar mejor, pero al gallo que acompañaba a las gallinas no le pareció y corrió hacia él, propiciándole un par de patadas y un picotazo, Carlitos al ver lo que sucedía pronto agarró una vara del piso y espantó al plumífero animal, abrazó a Arturito- ¿Que te paso?- Me pego con sus patas, decía llorando todavía bajo el efecto del susto- Vente yo te cuido, vamos a ver los puercos- Lo tomó de la mano y caminaron alejándose un poco de la casa, se les había olvidado la recomendación de su mamá.

Unos hilos de alambre de púas, separaban al ganado del camino, un semental negro con una cornamenta impresionante; seguía a una vaca en brama, los niños se detuvieron al ver el impresionante animal, se quedaron inmóviles, al ver que el toro los miraba y comenzó a resoplar, rascando con las patas delanteras el piso, al tiempo que agitaba la cabeza de arriba abajo, de pronto, corrió hacia ellos con actitud agresiva, no podían moverse del susto, al llegar al alambre de púas el semental se detuvo y únicamente volvió a resoplar, salpicándolos de saliva y liquido nasal. Corrieron lo más rápido que podían, Carlitos se tropezó y fue a dar al suelo junto con Arturito, quedando totalmente empolvados, se levantaron de inmediato no había tiempo para llorar, continuaron corriendo hasta llegar a la casa- La pareja de compadres se encontraba en el patio -¿Donde estaban? Hace un rato que los andamos buscando- Dijo un tanto angustiada Lupita, y continuó- Miren nada más como se pusieron, pero ya verán cuando estemos en la casa, ¿Qué les dije? … que se iban a portar bien, no.

Mami el gallo me pego, pero mi hermano me defendió- Hay comadre ¡estos niños que no entienden- No se queje comadre, que haría si no los tuviera- Pues si comadre, pero hay veces que me desespero- A ver, vamos para que se laven las manos- Carlitos prefirió no comentar más de lo sucedido.

Llegó la hora de la comida, los niños muy bien portaditos, sentados a la mesa esperaban les sirvieran, las comadres ultimaban detalles en la cocina, mientras los compadres comentaban apasionadamente, acercándose al comedor, sobre las próximas elecciones para el presidente del país.

¡Guacala! ¿Qué es esto? – Dijo Arturito, haciendo un gesto de asco, al tiempo que movía el contenido del plato- ¡Yo no quiero mami- se adelantó Carlitos- ¡Hay que pena comadre, no le digo!, Ahora se lo comen- Dijo esto; dirigiéndose los niños con una mirada amenazante- No comadre, no se preocupe, así son los niños- Es que no me gusta- intervino nuevamente Arturito, mientras que Carlitos lo miraba con una expresión comprensiva- Doña Juanita, levantó los platos- ¿Quieren que les prepare un huevito?- Ambos asintieron con un movimiento afirmativo de cabeza.- Nada más falta que digan “sí aunque sea con frijolitos”, que pena- Insistía la comadre.

Por la tarde noche se despidieron de los compadres, claro después de comer el pastel con una taza de chocolate espumoso, donde los niños habían quedado muy bien, de hecho pidieron doble ración.

En el trayecto a casa, Lupita y Carlos, les llamaron la atención por haber desobedecido y les explicaron a sus niños el porque no era correcta la forma en que se habían comportado durante la comida.

Papá, hay algo que no les dijimos- ¿Qué Carlitos hicieron alguna travesura?- Bueno no es travesura, es que nos espantó un toro, nos quería topear – ¡Que barbaridad!, que bueno que están los alambres de púas, pero ya ven lo que sucede por desobedecer, ese animal los podía haber matado- Pero nosotros no le hicimos nada- No hijo, no es necesario hacerle algo a ese toro para que los ataque, los animales no razonan, ellos sólo actúan por instinto y protegen sus dominios.

Volvió el silencio, Lupita acurrucada con Mary en sus brazos, se quedó dormida antes de salir del camino de tierra, los niños un poco después. Carlos bajó el volumen de la radio, manejaba recordando la plática con sus compadres. Luego le vino a la mente el reciente compromiso con Lupita, respecto a que haría todo lo posible por ser mejor persona y esposo; y con su hijo Carlitos, de ser mejor padre.

Durante los meses siguientes, la relación familiar mejoraba sustantivamente, con frecuencia, salían de paseo a diferentes lugares, Don Carlos buscaba comunicarse con sus hijos y esposa de manera prudente y razonable. Por su parte, Lupita evitaba las pequeñas explosiones que la habían caracterizado, así como su actitud irónica que muchos problemas les había generado.

Estaba por llegar la navidad, Lupita con la ayuda de Carlitos y Arturito, de acuerdo a las tradiciones, había puesto un bonito “nacimiento”, Claro, algunas esferas de vidrio no habían tenido suerte, pero era lo de menos, reinaba un ambiente de fiesta y armonía.

Era el 24 de diciembre, Carlitos le había ayudado a su hermano a escribir la carta a Santa Claus, aconsejado por Lupita, también solicitaba los regalos de su hermanita Mary.- Mi amor, ya viste; Carlos está pidiendo el trenecito que salió en la televisión el otro día, es lo único que no hemos comprado- No te preocupes, yo sé en donde lo están vendiendo, si quieres vamos, al cabo ya se durmieron -Lo que pasa, es que no quiero sacar a Mary, ya ves que ha estado enfermita y le pude hacer daño el frío, despierta a cada momento, si llora va a despertar a sus hermanos- Tienes razón, yo voy solo, no me tardo- Le dio el beso a su esposa y salió hacia la tienda de juguetes.

Al bajar del carro, vio a unos muchachos sentados en la banqueta, le llamaron la atención por un instante sus ropas extravagantes, entró a la tienda, recorría los pasillos como si buscara algo en especial, aunque ya llevaba el trenecito para Carlitos, pero disfrutaba viendo la diversidad de juguetes expuestos. Llegó a la caja, pagó y con pasos largos salió de la tienda, ya se había tardado y Lupita pudiera preocuparse.

Abrió la puerta izquierda delantera, se inclinó para colocar el juguete en el asiento del copiloto, en eso sintió un fuerte golpe y ardor en la espalda haciéndolo apoyarse en el asiento del chofer, de inmediato; desde atrás, un brazo lo sujetó por el cuello oprimiéndole la garganta, intentó voltear y defenderse, pero las fuerzas lo abandonaban, estaba desangrándose, la herida de la espalda arrojaba chorros de sangre a cada pulsación. Los delincuentes, le quitaron el reloj y la cartera, quedando casi inconsciente, reclinado en el asiento. Una pareja al salir de la tienda se percató que algo sucedía al escuchar un quejido, se acercaron y alcanzaron a escuchar- Ayúdeme por favor- ¡No lo muevas!, hay que llamar una ambulancia- Dijo la mujer- El señor corrió al teléfono publico más cercano- Tranquilo, señor ya viene la ambulancia no se mueva- Sí, gracias, oiga le pude avisar a mi esposa – Si claro no se preocupe, cual es su numero- Don Carlos le proporcionó el numero telefónico y se desmayó.


El señor que lo auxiliaba regresó a la escena- Ya hice la llamada, me dijeron que en cuanto tuvieran una ambulancia disponible la mandaban- ¡Pero como!, este señor se está muriendo, necesita que lo atiendan con urgencia- Pues si, pero ya sabes, lamentablemente sucede muy frecuentemente… - Voy a avisarle a su esposa, regreso- dijo la señora.

Poco más tarde, Lupita llegaba en taxi al lugar-¿Qué paso mi amor, quienes te hicieron esto?, se le escucho gritar- No hubo respuesta, Carlos no regresaba del desmayo- ¡La ambulancia, llamen por favor a una ambulancia!, decía llorando angustiada- Ya le hablamos señora, ya debe estar por llegar- Varios curiosos rodeaban el carro, unas patrullas abanderaban con las luces intermitentes de color azul y rojo-¿Qué es de usted el señor?- Preguntaba un policía, portando una libreta de taquigrafía en la mano- ¡Soy su esposa señor, soy su esposa…¿Y la ambulancia? ¡En donde chinga… está la ambulancia!- Tranquila señora, ya viene en camino, cálmese, necesito que me conteste unas preguntas- Le contesto lo que quiera, pero no se da cuenta que mi esposo se está muriendo, primero que atiendan a mi esposo- A ver señora ¿usted vio quienes fueron?- No señor, yo no vi nada- Como que no vio nada señora, trate de recordar- Señor ya le dije que no vi nada, yo acabo de llegar; y por favor ya déjeme en paz- Bueno está bien, después tendrá que acompañarnos a declarar-

Luego de más de hora y media se escucho la sirena de la ambulancia, unos instantes después; finalmente Carlos era atendido por los paramédicos- Está muy débil, ha perdido mucha sangre- Transmitieron a través del radio su informe al hospital más cercano y lo subieron. Lupita lo tomaba de la mano con fuerza- Mi amor aquí estoy, no me dejes, acuérdate de tus niños todos te necesitamos, haz un esfuerzo, despierta por favor…

Desafortunadamente, Carlos al llegar al hospital estaba muriendo- Señora, no hay nada que hacer, su paciente ha muerto- Lupita recibió la noticia y con un grito desgarrador cayó al suelo, antes de que el doctor pudiera hacer algo por evitarlo. Después de suministrarle algunos medicamentos, Lupita recobraba el conocimiento, se sentía aletargada, quería imaginar que era sólo una pesadilla- Señora, le haremos la autopsia de ley y mañana le entregamos el cuerpo, es necesario que realice algunos trámites internos.

Lupita sentía que el mundo la asfixiaba, sentía soledad, impotencia, coraje por la ineptitud de muchas personas, ¡sus hijos! ¿Cómo estaban?, ¿Cómo les diría? Pronto iba amanecer, la mañana era más fría que los días anteriores, pidió permiso para hacer una llamada a su casa, ¡no era posible! No había autorización para prestar el teléfono- Salio apresuradamente del hospital, llamó a su casa, después de unos momentos- Bueno, ¿quien habla?- Contestó Carlitos- Soy yo tu mamá, hijo por favor cuida a tus hermanitos, yo llegó a la casa más tarde, por favor hijito; si tocan a la puerta no le abras a nadie- Sí mami, Oye no ha llegado Santa- No hijo, después te platico que pasó, tengo que colgar- Si mamá, adiós-.

Lupita, hizo una segunda llamada -¿Comadre?- Si, quien habla - ¡Eres tu Juanita¡ le dijo ya llorando - Sí- Todavía media dormida, contestó Juanita- ¡Hay comadre, ha pasado una desgracia!- ¿Que pasó comadre, les pasó algo a los niños?- No comadre, es Carlos, ¡lo mataron comadre, me lo mataron! – ¡No puede ser, comadre, como es posible!- Hay comadre, después te digo que paso, por favor si puedes ve a ver a mis hijos, los dejé solos en la casa y todavía tengo que ir al ministerio público, dicen que tengo que declarar- Sí comadre, ahorita salimos para allá. Juanita y Alejandro, que había escuchado parte de la conversación, salieron de inmediato.

Lupita se presentó al ministerio público, después de unas horas de preguntas y respuestas, salio realmente sin sentido de orientación, caminó hacía la parada del camión- ¡Comadre, finalmente te encontré!- ¡Hay compadre, tu compadre se murió, me lo mataron, compare me lo mataron! – Sí comadre, ya me platico Juanita, pero trata de tranquilizarte, yo se que debe ser muy difícil, pero inténtalo comadre, acuérdate de tus hijos- Sí compadre, gracias por venir- Mira, tu comadre está con los niños, ellos están bien, pero no deben verte derrotada. Yo te voy a ayudar para hacer los trámites necesarios para sepultarlo y arreglar todo lo referente a su seguro de vida- El carro está detenido- No te preocupes también yo me encargo, pero vamos, sube al carro, debes tratar de descansar al menos unas horas.

Al llegar a su casa, Lupita sintió que no podría contener el llanto - Alejandro la abrazó- Comadre no vaya e espantar a los niños, haga un esfuerzo por favor- Al verlos llegar, Juanita corrió y se sumó al abrazó, los tres comenzaron a llorar -Carlitos se había mantenido despierto desde la llamada de su mamá, tenía la inquietud de saber porque no había juguetes- ¿Mamá, porqué están llorando?- No hijo, si no estamos llorando-contestó aún sollozando Lupita, limpiando algunas lágrimas.- Sí mami, yo vi que estabas llorando, ¿Es porque no nos trajeron juguetes?- Preguntó ingenuamente- Este, si, si hijo es por eso- No llores por eso mami, acuérdate, yo tengo muchos y no me gusta que llores- le dijo tratando de animarla - Sí hijito, ya no voy a llorar-

Los niños ya habían desayunado, Juanita acompaño a Lupita a su recámara para que tratara de dormir un poco- Intenta descansar comadre, yo me encargo de los niños – Gracias comadre, pero no tengo sueño, no puedo olvidar la imagen de Carlos- ¿Y como fue, que paso?- Pues no se comadre, lo que se es que lo asaltaron, él fue…, y así fue como lo encontré- Le narro lo que sabía de lo ocurrido y nuevamente comenzó a llorar- Hay comadre pues que te digo, quisiera saber como ayudarte- Juanita interrumpió su comentario al ver a Carlitos llegar a la recámara- Mami, me das permiso de…¿porque estás llorando otra vez? –Ven hijo, creo que debo platicar contigo- Si mamá- Se acercó a la cama y se sentó al borde- Hijo, tu eres el más grande de mis hijos- Pues sí, eso ya lo sé- Espera hijo, escúchame por favor- Lo que pasa es que el niño Dios vino por tú papi, y se lo llevó al cielo- Pero no llores por eso mami, cuando regrese a lo mejor viene con los juguetes - Tienes razón hijo, lo que pasa es que lo voy a extrañar- Sí ya lo sé, yo también lo voy a extrañar, como cuando sale de viaje y se tarda.- Pues si-
-Lupita consideró que no debería decir más por el momento.

Carlitos salió de la recámara aparentando tranquilidad, para que su mamá no se preocupara, pero lo invadía una duda ¿Qué significaba que Diosito se lo había llevado?, ¿a lo mejor no era bueno?, porque a todos los veía tristes. Entró pensativo a su cuarto donde Arturito jugaba con los juguetes que previamente su hermano le había prestado. No le dio importancia, trataba de encontrar una respuesta a su duda, haciéndose una serie de preguntas ¿Si Diosito es bueno y se llevó a pasear a mi papi? Pero, ¿Si lo quiere castigar porque antes no se portaba muy bien? No, no creo, porque él se ha dado cuenta que mi papi es muy bueno, nos lleva a pasear, platica con nosotros y ya no se enoja y hasta nos cuenta cuentos. Esta respuesta fue la que lo ayudó a creer que Diosito sólo le había dado un premio a su papá; por que era bueno, “Cuando regrese le voy a preguntar como es el cielo”.

Unos meses más tarde, parecía que Lupita gradualmente iba superando la perdida, en el trabajo de Carlos le ofrecieron ocupara el lugar de su difunto esposo, ella acepto, debería obtener dinero para mantener a sus hijos a quienes los llevaba a una guardería por la mañana y por la tarde pasaba por ellos.

Carlitos ya se había enterado del significado de “Diosito se lo llevó”, situación que había cambiado su perspectiva de Dios, sentía que no era tan bueno como siempre le habían hecho creer, extrañaba mucho a su papá, con frecuencia encerrado en su cuarto, tomaba el trenecito, que su padrino recuperara, lo acariciaba recordando a su papa, no pensaba en siquiera quitarle el papel celofán con que estaba envuelto- Así lo voy a conservar siempre, es mi último regalo de mi papi- Sus hermanos, aún eran muy pequeños para comprender la gran perdida.

Con el tiempo, Carlitos comprendería que todos los seres vivos un día dejaran de existir físicamente, pero que, hoy por hoy tenemos la posibilidad de ser mejores cada día, y dejar vivo por siempre el recuerdo en los demás. Así también entendería que Dios no era culpable y que él nos había dejado libres para un día evaluar nuestros actos.

Los compadres, Alejandro y Juanita continuaban visitándolos, ahora inclusive con mayor frecuencia, seguido le recordaban a Lupita, Comadre, nosotros somos los padrinos de tus niños y sabemos nuestro compromiso- Gracias, como puedo pagarles todo su apoyo- No tienes nada que agradecer, lo hacemos con mucho gusto-

Durante una de las visitas, Alejandro comentó, dirigiéndose a su esposa y comadre- La próxima semana son las votaciones, ¿Ya pensaron por quien votaran?- No compadre, a mi no me interesa eso de la política- Pero comadre, es muy importante escoger a nuestros gobernantes- Para que voy a votar, si de todos modos el que gane nos va a robar- Mire comadre, si no votamos, automáticamente aceptamos a quien sea y luego nos quejamos de tantas cosas que pasan- ¿Qué cosas compadre?- Bueno, por ejemplo que no hay suficientes empleos lo que muchas veces provoca desintegración familiar por falta de recursos económicos y luego de ahí salen muchos delincuentes- A ver compadre eso si está interesante, no lo de la política- Pues es parte de todo comadre, mire, si no escuchamos que ofrecen los que quieren gobernar y analizamos si es factible que lo realicen; y mucho menos seleccionamos al que pensamos puede ser el mejor, después de que nos quejamos. Por ejemplo, imagínese comadre, si no se hubieran tardado tanto en atender a mi compadre, muy probablemente él todavía estaría con nosotros- Hay compadre nunca lo había pensado, pero tiene mucha razón, ¿y cual es el mejor compadre?- Bueno, eso depende de lo que señalan sus estatutos, existen partidos de derecha, del centro y de izquierda, y de acuerdo con sus propuestas, sin olvidar informarnos, si es viable lo que dicen, entonces decide que partido le pudiera convenir, pero la decisión es muy personal, ¿me cree que ni siquiera yo se por cual candidato votará su comadre?- Bueno, pero me imagino, que ustedes platican mucho y si se trata de ver que les conviene de seguro van a escoger lo mismo- Es muy probable comadre, pero aún siendo esposos no es determinante que votemos por el mismo, porque cada quien piensa de forma diferente.

Después de cenar los compadres se despidieron, dejando a Lupita sumergida en una serie de situaciones que pudieran cambiar, si la gente fuera más analítica.

Pasaron unos meses, que para Lupita y su hijo Carlitos habían sido eternos.
Se acercaba nuevamente la navidad y año nuevo, Don Carlos pronto cumpliría un año de muerto. El ambiente en la casa era otro, sin decir nada, porque era un “acuerdo” sin decirlo, ambos sabían que el tema los pondría tristes y preferían no comentar; si lo hacían era para recordar momentos muy bonitos que pasaran juntos.

Carlitos, había sido escogido en su escuela para recitar una poesía y después de varias invitaciones de su maestra aceptó participar, por lo que al regresar de clases encerrado en su cuarto se ponía a ensayar.

El día llegó, se trataba de la ceremonia de fin de año, por lo que el personal de la escuela había preparado una posada tradicional, con piñatas, dulces, cánticos y demás.

El programa del evento continuaba y – A continuación, el Niño Carlos, del primer grado “A”, nos recitará una bonita poesía:

Buenos días, con mucho cariño para todos ustedes y en especial para mi papá que está en el cielo, les voy a decir la poesía que se titula “Injusto Trato” . Del autor Héctor Gerardo Pérez Gutiérrez

Un cosquilleo en el estómago,
Una sonrisa apenas esbozada,
Una ilusión ya casi muerta,
Era lo que su imagen reflejaba

Una mejilla humedecida
Por el dolor que su alma contenía,
Un nudo en la garganta contraída
Y... un recuerdo punzante de su vida

Sentado ante la foto de su padre,
Abrazando con fuerza sus rodillas,
Oía el regocijo, que en la calle
Provocaba en los niños las posadas

Un año que partiste, pensó el niño,
Tomando aquel retrato con tristeza.
!Un año que me falta tu cariño¡
¿Porque te lo llevaste si era mío?

No, no me culpes a mi dijo enseguida
Porque el salió feliz por mi regalo
Mas… regresó con él, pero sin vida;
Victima del verdugo por ti enviado

Pero si este juguete fue motivo
De que hicieras tan injusto trato,
¡Ten te lo doy¡ grito emocionado
¡Mira está nuevo¡... no lo he usado.


Los presentes no pudieron contener las lágrimas, los aplausos continuaron por varios instantes -¡Que bárbaro! Es un artista- Se escuchaba decir a muchos de los presentes- Sí, es increíble el niño estaba realmente llorando- Decían muchos más.

Finalmente, no sabían la historia de Carlitos y posiblemente nunca la conocerían, así como muchas veces desconocemos a quienes pensamos conocer desde toda la vida.

Wednesday, February 08, 2006

Sólo un Cuento (4a. Parte)

Don Carlos se reacomodo en la silla, para tomarse su tiempo, preguntó como si no hubiera entendido-¿Qué dices?- Te pregunté que si a las mujeres se les debe tratar mejor que a los señores- ¿Y porqué me preguntas eso?- Porque el otro día que íbamos a la escuela, mi mamá se enojó porque un señor no le dejó pasar antes, y dijo que “si vio que era mujer, porque no le dio el paso”.-Lo que pasa hijo, es que los hombres debemos ser más caballerosos con las mujeres-¿Caballerosos?- Sí, hijo más amables- Entonces si se les debe tratar mejor- Sí, si queremos ser amables, pero cuando menos, debemos tratarlas de la misma forma que a todas las demás personas, eso si, nunca abusar por ser más fuertes físicamente- Pero también me dijo mi mamá que se pude agredir con palabras y con gestos- ¿Haber, haber, a que viene todo esto, Carlitos?- Bueno, lo que sucede es que… he visto que a veces tu abusas del poder por ser el jefe, y mi mamá y yo tenemos miedo cuando te enojas, porque gritas mucho- ¿Poder, Jefe?, ¿Quién te ha dicho todo eso?, de seguro tú mamá aprovechó que yo estaba fuera; para meterte ideas en la cabeza- No papá, lo que pasa es que estoy aprendiendo muchas cosas nuevas, pero mi mamá no tiene la culpa, fíjate el domingo que fuimos a misa…- Carlitos también le comentó el sueño que tuvo, cuando conoció a Don Pedro, quien le dijo el significado de autoridad y responsabilidad, después le comentó sobre la plática que sostuvo con su mamá, respecto a los líderes, aclarando que él había preguntado, para evitar algún reclamo de su papá a su mamá. – Don Carlos se quedó unos instantes pensativo, “Que rápido ha cambiado mi hijo”, “no cabe duda que él tiempo es relativo”- ¿Porque te quedas callado?, interrumpió el silencio Carlos- Es que me sorprendió tu pregunta, a tan sólo en unos días parece que eres otro niño, ¡estás cambiando mucho! ¿Y eso es malo? – No, de ninguna manera, yo se que es normal que las personas cambien, solo que… no esperaba que lo hicieras tan pronto- Bueno pero no me has contestado- Que te digo, tienes razón que muchas veces he abusado de mi poder como jefe de la familia, pero deben entender; tu mamá, tú y tus hermanos que yo así soy, que me molesta mucho cuando no hacen lo que les pido- Oye papi, pero mi mamá también es la jefa de la familia, porque ella me dice lo que debo hacer y cuando no hago algo bien, ella me enseña como debo hacerlo, pero no me grita ni me espanta- Bueno es que somos diferentes, ella es más tranquila que yo- ¿Y tú no puedes ser tranquilo?- No, yo así soy- Pero no entiendo, hace un ratito me dijiste que las personas cambian ¿tu no puedes cambiar?- Bueno, bueno, estoy en eso, sabes, todos los seres humanos tenemos errores, somos imperfectos y en la vida vamos aprendiendo muchas cosas, unas buenas y otras malas y a veces crecemos con algunas ideas equivocadas, luego nos cuesta más trabajo corregirlas. Pero no te preocupes, ya verás que voy a cambiar, no me gusta que me tengas miedo.- A nosotros tampoco nos gusta tenerte miedo- Don Carlos abrazó a Carlitos y – Hijo ¡yo te quiero mucho!- Yo también te quiero mucho papá,- dijo Carlitos correspondiendo al afecto, ¿pero te puedo preguntar algo? -Sí ¿de que se trata?- Oye papá, cuando nosotros nos portamos mal o no hacemos lo que tu dices, tu nos castigas, ¿pero cuando tu cometes los errores o te equivocas, quien te castiga?- Regresó el silencio por un instante, para luego, con la mirada fija a la mesa contestó -Mi conciencia hijo, mi conciencia- ¿Y que es la conciencia?- Mira, cuando haces algo incorrecto; y después lo razonas, es decir te das cuenta que exageraste o que no estuvo bien lo que hiciste, entonces te sientes incomodo, sientes que algo te molesta- Entonces, ¿crees que sería bueno decirle a la otra o otras personas, que te equivocaste, que no deberías haber actuado así y que te disculpe- Sí, hijo así debe ser-¿ Y porque nunca he visto que le digas a mi mamá que te disculpe?- Por orgullo o quizá soberbia, pero… también debo trabajar en eso- Yo también papi, yo también debo cambiar esa parte- ¿Por qué lo dices?- Es que hoy tuve un problema con una niña que se sienta junto a mi, se llama Raquel…y creo que exageré en la forma en que le hablé, porque después, como dices, me sentí incómodo y quería ofrecerle una disculpa por haberle hablado así, pero me acordé que tu no lo hacías y por eso no lo hice.- Pues sí hijo, seguramente mañana cuando veas a Raquel y le ofrezcas una disculpa, tu conciencia estará más tranquila- Gracias papá, por platicar sin enojarte conmigo y ayudarme para que Raquel y yo podamos seguir siendo amigos, porque te digo un secreto- ¿Si?- Es que esa niña me gusta.- Don Carlos no pudo contenerse y comenzó a reír como si le hicieran cosquillas- Agregando, ¿Como que te gusta?, si apenas eres un niño- Sí papá, ¡pero es la niña más bonita que he conocido!- diciendo esto con un suspiro- Pero, no tiene nada de malo ¿verdad?- No hijo, no tiene nada de malo, pero ya es hora de que te pongas a hacer tus actividades, después seguimos platicando- Le dijo, dándole unas palmaditas cariñosas en las espalda- Sí papi, me voy a apurar.

Lupita, había escuchado muy orgullosa, la conversación mientras lavaba los trastos en la cocina, al darse cuenta que habían terminado de platicar se dirigió a Carlitos- Hijo, primero métanse a bañar tú y tu hermano, para después bañar a Mary- Si mamá, si quieres yo te ayudo a bañar a mi hermanita- No hijo, tu hermanita aún está muy pequeña y se puede resbalar en la tina, además ella es niña y ustedes son niños, no es correcto que se bañen juntos- Carlitos no comprendió lo de “no es correcto”, pero ya estaba retrasado en sus cosas, por lo que por el momento no preguntó.

Don Carlos se dirigió a la cocina, Oye mi amor, como ha cambiado últimamente Carlitos- Sí, se la ha pasado haciéndome preguntas estos últimos días… hay veces que ya no sé que contestarle.- Pues hay que decirle la verdad, bueno sin olvidar que es todavía un niño, pero, lo que vengo a decirte es que te quiero mucho, voy a poner todo lo que está de mi parte para mejorar mi forma de ser y vivamos más felices, me preocupa que el niño ya ha notado que muchas veces tenemos fricciones- Sí , él ya se da cuenta cuando discutimos, yo también le voy a echar muchas ganas para ser mejor esposa- Lo miró y le dio un beso, sin darse cuenta que Carlitos había salido del baño por una toalla- Al darse cuenta ambos voltearon a verlo como si hubieran cometido algún delito - Carlitos les sonrió con cara de satisfacción, “me gusta verlos contentos”-

Don Carlos, sensibilizado aún por la plática con su hijo, retomó - Sabes, es bueno decirle al niño que siempre puede haber problemas y que lo importante es saber como resolverlos y estar dispuesto a enfrentarlos- Tienes razón, de lo contrario pudiera confundirse. Oye, amor ¿como te gustaría que fuera? – No entiendo tu pregunta, ¿a que te refieres?- Sí bueno, ¿que cosas te gustaría que yo mejorara para evitarnos algunas discusiones?- Antes que nada, quiero decirte que me gusta como eres y tal vez ayudaría a que fueras más coqueta conmigo, claro cuando los niños ya estén dormidos- Diciendo esto con una risilla de complicidad- Por otra parte, que cuando acordemos algún asunto; lo anotes para que no se te olvide. Y por último, que cuando platicamos sobre algún; tema donde tenemos diferentes puntos de vista, me escuches y si te molestas conmigo, no actúes de forma burlona. ¿y tú que me dices?- Bueno, creo que lo mismo, pero además que no me espantes con tus amenazas y gritos, porque hay ocasiones que hasta pienso que me vas a golpear y claro, eso sería un desastre total- No, no, de ninguna manera no pienso llegar a ese extremo, por el contrario, tú te vas a dar cuenta que realmente quiero cambiar esa forma de reaccionar, por otra parte te pido que me ayudes para lograrlo- Sí mi amor, te lo prometo. Oye y cambiando de tema, ¿vamos a ir a la comida que nos invitaron los compadres?, ya ves que ellos; siempre que los invitamos nos acompañan- ¿Es el próximo sábado, verdad?- Sí, es el cumpleaños de nuestro compadre ¡y tenemos que llevarle algún regalo!- ¿Tenemos…regalo?, mira este es uno de los puntos en que no coincidimos, ¿Porqué sientes que tenemos la obligación de llevarle algo?- ¡Hay Carlos!, ya vamos a empezar, pues tenemos que llevarle un regalo porque es su cumpleaños y él siempre nos trae algo cuando es el nuestro- Mira, no te molestes, pero todo eso es mercadotecnia, realmente no existe ninguna obligación de ellos ni de nosotros, claro, si podemos y queremos regalarle algo, pude ser en cualquier momento y no necesariamente el día de su cumpleaños, lo único sería decirle que así pensamos nosotros, inclusive, es muy probable que estén de acuerdo- Pues, a lo mejor tienes razón que es por la mercadotecnia, pero desde niña a mí me acostumbraron a regalar; y a que me regalen algo cuando festejo mi cumpleaños, si no lo hacen me siento muy mal- Sí, tienes razón, hay muchas cosas que aprendemos desde niños, y aunque después la razón nos dicte que no están correctas, simplemente las seguimos llevando a cabo por costumbre y claro por el constante bombardeo de los medios de comunicación- Creo que sí, pero te propongo algo, porque está vez le compramos un regalo y a propósito comentamos el tema con los compadres, sería interesante saber que piensan- Estoy de acuerdo, pero ¿que le podrá gustar?- No lo sé, tal vez una corbata, pero no conozco sus gustos- Ya sé, una corbata de colores nacos como la que me regalaron en la oficina- Dijo esto riendo- Si…es difícil, como saber que realmente lo que le regalemos le va a gustar, porque de fingido, muchas veces la gente dice “ ¡hay que bonito!”, y seguramente en ocasiones; es para no hacer sentir mal a la persona que le hizo el regalo. Así es, lamentablemente, pero ¿y si le damos una tarjeta de cumpleaños y ahí le escribimos lo mucho que lo estimamos y compramos un pastelito para compartirlo con su familia?- De acuerdo, esta vez creo que has estado ¡brillante!, dijo Lupita, tomándole por los cachetes con ambas manos, para propinarle un beso en señal de premio- Creo que con estos incentivos estaré muy pendiente de proponer constantemente ideas- dijo Don Carlos, con cara sonriente y de satisfacción.

Tuesday, February 07, 2006

Sólo un Cuento (3a. Parte)

Carlitos por favor acompaña a tu hermano a su cuarto, ya es hora de que se vayan a dormir- Sí mamá, ¿y después me vienes a contar un cuento?- No hijo, hoy no puedo, tengo mucha ropa pendiente por planchar, quiero tenerla lista, recuerda que mañana regresa tú papá, ya sabes como se pone cuando quiere una camisa y no está planchada -Bueno, ¿pero le puedo contar un cuento a mi hermanito?- Pues si, pero no te tardes, porque luego te da flojera levantarte.

Haber hermanito te voy a contar un cuento -¿Sí?- Contestó Arturito, regalándole una inocente sonrisa- Había una vez un niño chiquito, que le gustaba jugar con los juguetes de su hermano mayor, pero siempre que los agarraba los descomponía- ¿Y porque?- Preguntó Arturito- ¡No me estés preguntando tanto, pon atención! – Te decía que el hermanito descomponía los juguetes de su hermano, por eso no se los quería prestar, pero un día le dijo que si ya no los descomponía; podían jugar juntos con todos los juguetes y el hermanito le dijo que ya no los iba a descomponer y fueron muy felices. Arturito se quedó dormido con una sonrisa dibujada, esa noche soñó rodeado de los juguetes de su hermano, se subió al avión lo pudo conducir hasta las nubes, brincó en ellas como si fueran de algodón, manejó el camioncito y luego que se descompuso; hasta pudo echarle mecánica, ¡sabía que el avioncito no se iba a descomponer!

Ya mamí, ya se durmió mi hermanito- Gracias hijo, ahora vete a dormir- Luego del beso de las buenas noches Carlos se retiró a su cuarto.

Rezo unas oraciones, le dijo a Dios que cuidara a su mamá a sus hermanos y a su papá. Ahh sí mi papá, mañana regresa, pensó, haber si me trae algún regalo.

Se fue quedando dormido, veía que Don Carlos Arturo, bajaba frente a su casa en un taxi, arrastraba una maleta que tenía llantitas y cargaba otra en la mano, pronto corrió a ayudarle a su papá, pero al acercarse para saludarlo- ¡Hazte a un lado, no me estorbes!, no ves que puedo tirarte- Luego dentro de la recámara; veía que regañaba su mamá- Desde luego no lo podían ver, pero él a ellos sí - ¿Qué hiciste estos días que estuve fuera, yo me sobo el lomo trabajando ¿y tú no puedes ni planchar una camisa? – Hice muchas cosas, los niños me quitan mucho tiempo- ¡No me contestes porque ahora verás de que soy capaz!- Carlitos despertó con un grito -¡Nooo, no le pegues a mí mamita!- Abrió lo ojos llenos de lágrimas, se dio cuenta que sólo era un sueño- Lupita al escuchar el grito corrió al cuarto- ¿Qué tienes hijo? ¿Qué te duele?- Nada mami, es que soñé que mi papá te pegaba- No pasa nada hijo, tu papá no ha llegado y no me va a pegar, sólo fue una pesadilla- Pero hay veces que se enoja mucho y es malo- No hijito, no pienses eso, tu papá es bueno, lo que pasa es que regresa del trabajo muy casado y se molesta si algo no se hace como él quiere- ¿El es entonces el líder y tiene la autoridad para castigarnos si no hacemos lo que él dice?- ¿No hijo, porque dices eso?- Porque tú me dijiste que el líder o jefe; pude castigar a los que no hacen lo que se les pide- Bueno sí, mira, tu papá es el jefe de nuestra familia pero no tiene derecho a pegarme, de hecho los dos, tu papá y yo compartimos responsabilidades y obligaciones, por lo que también la autoridad en la familia, los dos debemos respetarnos, yo tampoco le debo golpear- No, mamá tu no, porque el es más grande y te gana- No, no por eso, no siempre se golpea con las manos, muchas veces se “golpea” con las palabras o con las expresiones o gestos y eso, en ocasiones duele más que un mismo golpe con el puño- ¿Como cuando me porto mal y me regañas? – Pues… pude ser un ejemplo, pero hijo ya es muy tarde, trata de dormir, yo terminé muy cansada, buenas noches- Carlitos, se quedó pensativo, no podía dormir, el sueño o pesadilla; le habían hecho recordar algunos momentos incómodos en los que él había estado presente. Finalmente se quedó dormido, si soñó algo, está vez no recordaba.

Lupita ya había preparado el desayuno, se veía más activa que los días pasados- Buenos días, ¿ya despertó mi niño?- Buenos días mamá- Ándale, desayuna pronto para irnos- Hay mamá ¿otra vez huevo?, no quiero ya sabes que no me gusta- Mira hijo hoy no quiero discutir, necesitas alimentarte, así que te lo comes y pronto- ¿Pero porque mami si no me gusta?- Hay muchos alimentos que nuestro cuerpo requiere par estar bien y aunque no nos guste debemos comerlas, de lo contrario tu comerías puras golosinas y estarías mal alimentado, pero basta de tantas explicaciones, termina de desayunar porque se hace tarde. Que pasa si no te dejan entrar a la escuela, ¡tu papá se molestaría mucho!- Esto último convenció de inmediato a Carlos, sin más preguntas terminó de desayunar, levantó sus trastos, se lavó la boca y ya estaba listo para salir.

La maestra les pidió que hicieran un dibujo, mientras atendía a unos integrantes de la sociedad de padres de familia, Carlitos compartía mesa-banco con Raquel, una niña muy bonita de cabello negro intenso y tez blanca, con unos enormes ojos cubiertos de largas pestañas, a Carlitos le gustaba compartir con ella el espacio, aunque no sabía porque.- Me prestas tus colores para iluminar mi dibujo.- Sí, pero no les vayas a echar saliva, le dijo Carlitos, quien todavía no terminaba de hacer el suyo -Raquel asintió con la cabeza y comenzó a colorear. Estaba tan ensimismada; que sin darse cuenta ya estaba con uno de los colores en la boca- Carlos de reojo alcanzó a verla- ¡Eres una cochina!, te dije que no les pusieras saliva, dame mis colores, ya no te los presto- Raquel, espantada y apenada sólo acertó a decir con la cabeza un tanto inclinada- No me digas cochina, es que ya no tenía punta- Al ver la expresión de Raquel, Carlitos deseo abrazarla y decirle discúlpame por decirte así, no me gusta verte triste, pero únicamente se concretó a decir- Sí está bien- No pudo disculparse por la ofensa, sentía que él había estado en su derecho de corregir a Raquel, aunque también se sentía mal por haberla ofendido y verla triste, continuó dibujando mientras pensaba “Cuando mi papá regaña a mi mamá; no le pide después disculpas, pero… porque me siento mal”.

A la salida estaban esperándolo sus papás, corrió a abrazar a su papá y luego a su mamá- ¿Como te ha ido en la escuela hijo?- Muy bien papá, que bueno que ya regresaste- Sí hijo, los extrañé mucho ya quería verlos- ¿Y como te fue en tu trabajo, trabajaste mucho? ¿No vienes muy cansado?- Sí hijo trabajé mucho, pero no, no me siento muy cansado- ¡Que bueno papi!- Respondió Carlitos con un brillo especial en los ojos -¿Pero…porque me preguntas que si vengo muy cansado, ¿es que quieres jugar un rato?- No papi, es que no me gusta que estés cansado, pero si quieres que juguemos si me gustaría.

Carlitos, ¿no me vas a contar como te fue hoy?- Preguntó su mamá- Bien mami, hoy no me molestó Vicente- ¿Qué Vicente?…porque dices que hoy no te molestó- Preguntó su papá alzando el tono de la voz- Lupita dirigió una mirada a Carlitos y él interpretó “ por favor no digas más”- Lo que pasa es que el otro día un niño me quería molestar pero no me dejé- ¡Ese es mi hijo!, que bueno que no te dejes de ningún chamaco- Carlitos se sorprendió al ver que no hubo más preguntas, el sólo hecho de decirle a su papá que no se había dejado había sido suficiente, que pasaría si se enteraba de la verdad, no, mejor no, pensó “a lo mejor se enoja y hasta me pega”.

Unas horas más tarde, después de comer, en la sobremesa- Papi, ¿a las mujeres se les debe tratar mejor que a los señores?