Saturday, February 18, 2006

Sólo Un...Despertando (8a. Parte)

Arturo al abrir la puerta del baño -¡Perdón!, creí que no había nadie- ¡Cierra por favor!, esa mala costumbre de no tocar antes, contestó Mary, muy molesta – ¿Porque no cierras cuando entras?- Bueno, se me paso, ¿que a ti no te ha sucedido? – Arturo, se dirigió al cuarto de Carlos, quien continuaba leyendo – Oye Carlos, ¿No creerás lo que paso?- ¿Qué?- Pues resulta que al abrir por error la puerta del baño, encontré a Mary en medio de una nube de humo, claro ella se molestó mucho, pero yo me sorprendí ¡no sabía que fumaba!- Carlos, colocó un separador de hojas y cerró el libro- Me gustaría que platicáramos aquí en mi recámara, cuando salga Mary del baño ¿le puedes decir por favor? – Sí, a ver si quiere, porque anda de un “genio” que a veces ni ella sóla se aguanta-

Unos minutos más tarde se encontraban reunidos los hermanos -¿Que quieres platicar conmigo?, preguntó mostrando malestar Mary- No, no solamente contigo, de hecho me gustaría que ambos por favor me escucharan- Mary, cambió de inmediato su actitud- Claro que sí, por mi no hay problema -Por mi tampoco, Agregó Arturo- Pues bien, no se ni como empezar…como se han dado cuenta, desde hace un buen tiempo hemos estado muy apartados, ya no somos los hermanos que siempre estábamos unidos y nos ayudábamos, creo que hemos dejado de conocernos- Bueno, yo creo que sobre todo tu te has alejado- Intervino Arturo- Sí tienes mucha razón.- Don Carlos, entró al cuarto sin que Carlos lo notara, ya que estaba de espaldas a la puerta- Saben, les voy a contar lo que pienso me sucedió, creo que en la línea constante del bien y el mal; hay dos imanes igual de poderosos a cada extremo, existen fuerzas que pueden inclinar la balanza, por una parte están los valores sembrados desde nuestra niñez, que implican generalmente responsabilidad de cada uno de nuestros actos; con respecto a uno mismo y para con los demás, por la otra, es exactamente lo contrario, dejarse llevar por la apatía, permitir que otros conduzcan tu destino de acuerdo a su manera de pensar, caminar con la seguridad de un ciego, que no se ha dado cuenta de que su perro guía también está ciego, sin escuchar las voces de alerta ni medir riesgos…Finalmente, nosotros decidimos hacía que extremo nos queremos dirigir, si utilizamos la herramientas de la razón y el libre albedrío. Siempre es buen momento para rectificar, para retomar el camino que uno decida que puede ser mejor, sólo es necesario dejar de ser cobarde ante la vida, quitarnos los disfraces que permitimos que los titiriteros alguna vez nos pusieran. Buscar en el baúl de nuestra consciencia la verdad de nuestros actos y el fin de los mismos, es decir, nunca mentirnos a nosotros mismos, dándonos la oportunidad de crecer en el aspecto más importante del genero humano que es el ser…Pero, basta por el momento de tanta filosofía, después de todo esto, espero su comprensión, yo caí muy hondo, me dejé llevar por mis más bajos instintos, llegué a mentirme pensando que mi manera de proceder me hacía superior… peor aún, permití que me colocaran hilos y me movieran como marioneta, muchas veces confieso, contra lo que la razón me dictaba…vean ahora las consecuencias. Por todo esto, he decidido cambiar la manera en que venía comportándome,…trataré de recuperar su confianza y la de nuestros padres- Diciendo esto con un nudo en la garganta, no pudo evitar unas lágrimas.- Sin decir palabra, Don Carlos y sus hermanos lo abrazaron por unos instantes.

Papá, quiero platicar contigo, les he comentado a mis hermanos…- Ya no es necesario hijo, no quise interrumpir, pero escuché toda la plática. Sabes que siempre puedes contar conmigo y agradezco tu sinceridad y valor para reconocer tus faltas- Le dio un beso en la mejilla, unas palmaditas en la espalda y salió diciendo, tu mamá y yo vamos al cine, te encargo la casa-

Carlos apoyado en las muletas tocó la puerta del cuarto de Mary- Adelante-
Soy yo, hermana- Sí Carlos pásale, estoy haciendo algo de tarea- No quiero interrumpirte, ¿si quieres después vengo?- No, dime- Bueno no quiero que te vayas a molestar por lo que vengo a decirte, de hecho no me atrevía. Sin embargo, siento la responsabilidad de decirte algo, pero estoy consciente que carezco de la autoridad moral- ¿De que se trata, Carlos?- Sucede que Arturo me comentó sobre el incidente que tuvo en el baño- Ah, si me molestó mucho porque no tocó la puerta antes de abrir- Bueno, pero también él se sorprendió por la humareda, de hecho es sobre lo que quiero comentarte- ¿Qué me vas a decir?, felicidades o ¡no lo hagas porque es malo!- Contestó con ironía- No, creo que ninguna de las dos, más bien te diré que recuerdes que uno decide que camino desea tomar, te sugiero revises tu consciencia y visualices las consecuencias de tus actos- Carlos, se apoyó en las muletas y salió diciendo en tono amable -Perdón hermana por la interrupción- No te preocupes y gracias por tu sugerencia-

Carlos de regreso a su cuarto, creyó escuchar algunos quejidos al pasar frente el cuarto de Arturo, tocó con una de las muletas la puerta- ¡Espera!, espera, ¿Quién? – Soy yo -Ah, Carlos, pásale hermano- Tranquilo, no te espantes- No, ¿porque me voy a espantar?- Lo que pasa, es que la forma en que contestaste me hizo pensar mal, dijo con una amplia sonrisa- Pues no pensé que eras tú; y es que me prestaron una película de esas para adultos y la estaba viendo, ¿ya las has visto? – Sí, hace tiempo, pero ya tiene un buen tiempo que no me llaman la atención, lo que pasa es que manejan el sexo de una forma muy fantasiosa, se aparta mucho de la realidad- Oye ¿no me digas que no disfrutas ver a las chavas (muchachas) desnudas y excitadas?- Desde luego que sí, pero lo que no me gusta, es ver que lo manejan como si se tratara de una jauría de perros, como si no tuviéramos la capacidad de razonar y la hembra siempre estuviera en celo. Pero bueno, cada quien, lo que te sugiero es que compres algunos libros, que seguramente te ayudaran a comprender la etapa por la que atraviesas, así como la importancia del sexo en la vida del ser humano. Pero ya sabes, si en algo te puedo ayudar, lo poco que sé al respecto con mucho gusto lo comparto contigo- De acuerdo, de seguro tienes muchas cosas que contarme -Dijo Arturo, con una risita de complicidad- ¡Ay hermano si te contara!, ah, se me olvidaba, para otra ocasión bájale al volumen de la televisión, porque se oye en el pasillo- Bueno pero yo se que mis papás fueron al cine -Sí pero Mary, pudiera escuchar algo- Tienes razón-

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