Friday, February 17, 2006

Sólo Un...Despertando (7a. Parte )

Con cuidado, ¡con cuidado!, no te vayas a lastimar, Si papá, gracias, es que aún no me acostumbro a las muletas -¡Gracias a Dios ya estás aquí hijo!-Dijo suspirando Lupita – Carlos iba muy pensativo, al entrar a su cuarto no pudo contener el llanto, sentado al borde de la cama y llevándose las manos a la cara- ¡Quiero pedirles que por favor me perdonen! -Tranquilo hijo, sabes que te queremos mucho, no nos gustaría que recayeras- No papá, es que tu no sabes, me he portado muy mal- Continuaba llorando- Ya habrá tiempo para platicar hijo, por ahora descansa- Sí hijo, descansa, voy ha prepararte la sopa que tanto te gusta- Gracias mami- ¿Mamí? , ya hacía mucho que no me decías “mami”- Tienes razón, lo que pasa es que recordé cuando era niño-

Recostado en la cama veía cada rincón de su cuarto, en la parte de arriba del viejo ropero de madera; estaban guardados sus juguetes, hacía mucho tiempo que ni siquiera los veía, no les prestaba la menor atención. Ayudándose con la muletas comenzó a bajarlos, los llevó a la cama y observaba cada uno de ellos con detenimiento, recordando diferentes momentos de su niñez, de pronto le vino a la mente ¡Que bueno!...no tengo ningún trenecito…, relacionándolo con una de sus peores pesadillas.

Carlos, ya había repasado muchas veces los supuestos sueños que lo asaltaban durante su estado de coma, comprendía que ahora tenía una nueva oportunidad para cambiar, como cuando cuestionó en uno de sus sueños a su papá; preguntando si podía cambiar el trato hacía su mamá. También recordaba lo que supuestamente había soñado cuando conoció a Don Pedro, el señor que vivía en el campo y que él lo había llevado de la mano para cambiar de trabajo y ambiente, casualmente, su amigo también se llamaba ¡Pedro!, pero… falleció desafortunadamente, “ya no necesitará mi ayuda”. En fin, a cada uno de los pasajes durante su inconsciencia, les encontraba un significado. Carlos, se hizo una promesa -“Voy a cambiar, seré un buen hijo, buen estudiante, buen hermano y buen amigo”, serán mis objetivos de aquí en adelante, nada ni nadie hará que me desvíe. ¡Ahora es tiempo de comenzar! - En una hoja blanca escribió “Cambia” con un plumón de tinta roja y lo pegó en la parte interna de puerta del ropero. Al intentar cerrar nuevamente la puerta se atoró, un libro la estaba obstruyendo, Carlos cogió el libro para volverlo a acomodar mientras leía el título “Jostein Gaarder” “El Mundo de Sofía”, “Novela Sobre la Historia de la Filosofía”- Voy a leer un rato- Pensó, no puedo hacer mucho por el momento-

Poco más tarde – Te traje tu sopa hijo- Entraba Lupita con una charola con sopa humeante, una pechuga con bastante ensalada de verduras, agua de sabor, tortillas y un recipiente con un poco de salsa- Mmm, que rico mamá, pero no quiero que te molestes en traerme de comer al cuarto, yo puedo ir a la mesa del comedor- Ay hijo, lo hago con mucho gusto, no sabes lo feliz que estoy de tenerte de regreso, ¡Dios nos hizo el milagro!- Sí mamá- Y complementó con una sonrisa, ya que él no estaba muy convencido que existieran los milagros, pero comenzaría por respetar los diferentes puntos de vista-

Sabes, todos los días le pedía a Dios que te curaras, cuando realmente se pide con fe, el accede, la fe es lo más grande que tenemos los seres humanos- Pues sí mamá, pero también gracias a los doctores que me atendieron- Bueno, si claro, aunque ellos en diferentes ocasiones nos dijeron que lo más probable era que ya no vivieras- Lupita al decir esto, comenzó a hacer pucheros (gesticular), para llorar, la herida estaba abierta- Pero ya mami, ya estoy aquí, no quiero verte llorar, mejor vamos a comer, ayúdame con la charola, te acompaño al comedor.

Sonó el timbre de la puerta- Creo que ya llegaron tus hermanos, me adelanto con la charola y voy a abrir- Sí, en un momento te alcanzo-

Carlos, desde el último escalón de la escalera vio entrar a Arturo y a Mary, sintió mucho gusto -Hola ¡ya estoy aquí!- Hola que bueno, dijeron al mismo tiempo y se acercaron a saludarlo con un abrazo- Carlos, sintió el afecto y las lágrimas lo traicionaron- Sus hermanos se sorprendieron al ver tal reacción y se contagiaron de inmediato del sentimiento, dejando paso a algunas lágrimas- Hermanos, quiero pedirles que me perdonen por la forma en que me he portado con ustedes, de hoy en adelante será diferente, cuenten conmigo -Si no hay problema hermano, también cuenta conmigo- Dijo Arturo- Mary, volvió a abrazarlo y aún llorando le dijo, te quiero mucho; y claro tu sabes que siempre puedes contar conmigo.- Lupita desde la ventana que daba al comedor; observaba la escena y se limpiaba las narices, pues la habían conmovido.

Unas horas más tarde- ¡Hola familia!, ya llegué- Que bueno mi amor ¿Cómo te fue en el trabajo?- Bien, muy bien, de hecho hoy me dieron la noticia de que a partir de la próxima quincena ocuparé mi nuevo puesto- ¡Muchas felicidades mi amor, ya te lo merecías- Gracias por tu concepto, si por ti fuera ya sería el gerente- ¡Escuchamos todo papá!, muchísimas felicidades- Dijo Arturo- Luego se sumaron a la felicitación Mary y Carlos.

Carlos, había pensado platicar sobre su accidente y propósitos, en cuanto Don Carlos llegara, sin embargo dada la noticia prefirió esperar para más tarde.

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