Wednesday, February 08, 2006

Sólo un Cuento (4a. Parte)

Don Carlos se reacomodo en la silla, para tomarse su tiempo, preguntó como si no hubiera entendido-¿Qué dices?- Te pregunté que si a las mujeres se les debe tratar mejor que a los señores- ¿Y porqué me preguntas eso?- Porque el otro día que íbamos a la escuela, mi mamá se enojó porque un señor no le dejó pasar antes, y dijo que “si vio que era mujer, porque no le dio el paso”.-Lo que pasa hijo, es que los hombres debemos ser más caballerosos con las mujeres-¿Caballerosos?- Sí, hijo más amables- Entonces si se les debe tratar mejor- Sí, si queremos ser amables, pero cuando menos, debemos tratarlas de la misma forma que a todas las demás personas, eso si, nunca abusar por ser más fuertes físicamente- Pero también me dijo mi mamá que se pude agredir con palabras y con gestos- ¿Haber, haber, a que viene todo esto, Carlitos?- Bueno, lo que sucede es que… he visto que a veces tu abusas del poder por ser el jefe, y mi mamá y yo tenemos miedo cuando te enojas, porque gritas mucho- ¿Poder, Jefe?, ¿Quién te ha dicho todo eso?, de seguro tú mamá aprovechó que yo estaba fuera; para meterte ideas en la cabeza- No papá, lo que pasa es que estoy aprendiendo muchas cosas nuevas, pero mi mamá no tiene la culpa, fíjate el domingo que fuimos a misa…- Carlitos también le comentó el sueño que tuvo, cuando conoció a Don Pedro, quien le dijo el significado de autoridad y responsabilidad, después le comentó sobre la plática que sostuvo con su mamá, respecto a los líderes, aclarando que él había preguntado, para evitar algún reclamo de su papá a su mamá. – Don Carlos se quedó unos instantes pensativo, “Que rápido ha cambiado mi hijo”, “no cabe duda que él tiempo es relativo”- ¿Porque te quedas callado?, interrumpió el silencio Carlos- Es que me sorprendió tu pregunta, a tan sólo en unos días parece que eres otro niño, ¡estás cambiando mucho! ¿Y eso es malo? – No, de ninguna manera, yo se que es normal que las personas cambien, solo que… no esperaba que lo hicieras tan pronto- Bueno pero no me has contestado- Que te digo, tienes razón que muchas veces he abusado de mi poder como jefe de la familia, pero deben entender; tu mamá, tú y tus hermanos que yo así soy, que me molesta mucho cuando no hacen lo que les pido- Oye papi, pero mi mamá también es la jefa de la familia, porque ella me dice lo que debo hacer y cuando no hago algo bien, ella me enseña como debo hacerlo, pero no me grita ni me espanta- Bueno es que somos diferentes, ella es más tranquila que yo- ¿Y tú no puedes ser tranquilo?- No, yo así soy- Pero no entiendo, hace un ratito me dijiste que las personas cambian ¿tu no puedes cambiar?- Bueno, bueno, estoy en eso, sabes, todos los seres humanos tenemos errores, somos imperfectos y en la vida vamos aprendiendo muchas cosas, unas buenas y otras malas y a veces crecemos con algunas ideas equivocadas, luego nos cuesta más trabajo corregirlas. Pero no te preocupes, ya verás que voy a cambiar, no me gusta que me tengas miedo.- A nosotros tampoco nos gusta tenerte miedo- Don Carlos abrazó a Carlitos y – Hijo ¡yo te quiero mucho!- Yo también te quiero mucho papá,- dijo Carlitos correspondiendo al afecto, ¿pero te puedo preguntar algo? -Sí ¿de que se trata?- Oye papá, cuando nosotros nos portamos mal o no hacemos lo que tu dices, tu nos castigas, ¿pero cuando tu cometes los errores o te equivocas, quien te castiga?- Regresó el silencio por un instante, para luego, con la mirada fija a la mesa contestó -Mi conciencia hijo, mi conciencia- ¿Y que es la conciencia?- Mira, cuando haces algo incorrecto; y después lo razonas, es decir te das cuenta que exageraste o que no estuvo bien lo que hiciste, entonces te sientes incomodo, sientes que algo te molesta- Entonces, ¿crees que sería bueno decirle a la otra o otras personas, que te equivocaste, que no deberías haber actuado así y que te disculpe- Sí, hijo así debe ser-¿ Y porque nunca he visto que le digas a mi mamá que te disculpe?- Por orgullo o quizá soberbia, pero… también debo trabajar en eso- Yo también papi, yo también debo cambiar esa parte- ¿Por qué lo dices?- Es que hoy tuve un problema con una niña que se sienta junto a mi, se llama Raquel…y creo que exageré en la forma en que le hablé, porque después, como dices, me sentí incómodo y quería ofrecerle una disculpa por haberle hablado así, pero me acordé que tu no lo hacías y por eso no lo hice.- Pues sí hijo, seguramente mañana cuando veas a Raquel y le ofrezcas una disculpa, tu conciencia estará más tranquila- Gracias papá, por platicar sin enojarte conmigo y ayudarme para que Raquel y yo podamos seguir siendo amigos, porque te digo un secreto- ¿Si?- Es que esa niña me gusta.- Don Carlos no pudo contenerse y comenzó a reír como si le hicieran cosquillas- Agregando, ¿Como que te gusta?, si apenas eres un niño- Sí papá, ¡pero es la niña más bonita que he conocido!- diciendo esto con un suspiro- Pero, no tiene nada de malo ¿verdad?- No hijo, no tiene nada de malo, pero ya es hora de que te pongas a hacer tus actividades, después seguimos platicando- Le dijo, dándole unas palmaditas cariñosas en las espalda- Sí papi, me voy a apurar.

Lupita, había escuchado muy orgullosa, la conversación mientras lavaba los trastos en la cocina, al darse cuenta que habían terminado de platicar se dirigió a Carlitos- Hijo, primero métanse a bañar tú y tu hermano, para después bañar a Mary- Si mamá, si quieres yo te ayudo a bañar a mi hermanita- No hijo, tu hermanita aún está muy pequeña y se puede resbalar en la tina, además ella es niña y ustedes son niños, no es correcto que se bañen juntos- Carlitos no comprendió lo de “no es correcto”, pero ya estaba retrasado en sus cosas, por lo que por el momento no preguntó.

Don Carlos se dirigió a la cocina, Oye mi amor, como ha cambiado últimamente Carlitos- Sí, se la ha pasado haciéndome preguntas estos últimos días… hay veces que ya no sé que contestarle.- Pues hay que decirle la verdad, bueno sin olvidar que es todavía un niño, pero, lo que vengo a decirte es que te quiero mucho, voy a poner todo lo que está de mi parte para mejorar mi forma de ser y vivamos más felices, me preocupa que el niño ya ha notado que muchas veces tenemos fricciones- Sí , él ya se da cuenta cuando discutimos, yo también le voy a echar muchas ganas para ser mejor esposa- Lo miró y le dio un beso, sin darse cuenta que Carlitos había salido del baño por una toalla- Al darse cuenta ambos voltearon a verlo como si hubieran cometido algún delito - Carlitos les sonrió con cara de satisfacción, “me gusta verlos contentos”-

Don Carlos, sensibilizado aún por la plática con su hijo, retomó - Sabes, es bueno decirle al niño que siempre puede haber problemas y que lo importante es saber como resolverlos y estar dispuesto a enfrentarlos- Tienes razón, de lo contrario pudiera confundirse. Oye, amor ¿como te gustaría que fuera? – No entiendo tu pregunta, ¿a que te refieres?- Sí bueno, ¿que cosas te gustaría que yo mejorara para evitarnos algunas discusiones?- Antes que nada, quiero decirte que me gusta como eres y tal vez ayudaría a que fueras más coqueta conmigo, claro cuando los niños ya estén dormidos- Diciendo esto con una risilla de complicidad- Por otra parte, que cuando acordemos algún asunto; lo anotes para que no se te olvide. Y por último, que cuando platicamos sobre algún; tema donde tenemos diferentes puntos de vista, me escuches y si te molestas conmigo, no actúes de forma burlona. ¿y tú que me dices?- Bueno, creo que lo mismo, pero además que no me espantes con tus amenazas y gritos, porque hay ocasiones que hasta pienso que me vas a golpear y claro, eso sería un desastre total- No, no, de ninguna manera no pienso llegar a ese extremo, por el contrario, tú te vas a dar cuenta que realmente quiero cambiar esa forma de reaccionar, por otra parte te pido que me ayudes para lograrlo- Sí mi amor, te lo prometo. Oye y cambiando de tema, ¿vamos a ir a la comida que nos invitaron los compadres?, ya ves que ellos; siempre que los invitamos nos acompañan- ¿Es el próximo sábado, verdad?- Sí, es el cumpleaños de nuestro compadre ¡y tenemos que llevarle algún regalo!- ¿Tenemos…regalo?, mira este es uno de los puntos en que no coincidimos, ¿Porqué sientes que tenemos la obligación de llevarle algo?- ¡Hay Carlos!, ya vamos a empezar, pues tenemos que llevarle un regalo porque es su cumpleaños y él siempre nos trae algo cuando es el nuestro- Mira, no te molestes, pero todo eso es mercadotecnia, realmente no existe ninguna obligación de ellos ni de nosotros, claro, si podemos y queremos regalarle algo, pude ser en cualquier momento y no necesariamente el día de su cumpleaños, lo único sería decirle que así pensamos nosotros, inclusive, es muy probable que estén de acuerdo- Pues, a lo mejor tienes razón que es por la mercadotecnia, pero desde niña a mí me acostumbraron a regalar; y a que me regalen algo cuando festejo mi cumpleaños, si no lo hacen me siento muy mal- Sí, tienes razón, hay muchas cosas que aprendemos desde niños, y aunque después la razón nos dicte que no están correctas, simplemente las seguimos llevando a cabo por costumbre y claro por el constante bombardeo de los medios de comunicación- Creo que sí, pero te propongo algo, porque está vez le compramos un regalo y a propósito comentamos el tema con los compadres, sería interesante saber que piensan- Estoy de acuerdo, pero ¿que le podrá gustar?- No lo sé, tal vez una corbata, pero no conozco sus gustos- Ya sé, una corbata de colores nacos como la que me regalaron en la oficina- Dijo esto riendo- Si…es difícil, como saber que realmente lo que le regalemos le va a gustar, porque de fingido, muchas veces la gente dice “ ¡hay que bonito!”, y seguramente en ocasiones; es para no hacer sentir mal a la persona que le hizo el regalo. Así es, lamentablemente, pero ¿y si le damos una tarjeta de cumpleaños y ahí le escribimos lo mucho que lo estimamos y compramos un pastelito para compartirlo con su familia?- De acuerdo, esta vez creo que has estado ¡brillante!, dijo Lupita, tomándole por los cachetes con ambas manos, para propinarle un beso en señal de premio- Creo que con estos incentivos estaré muy pendiente de proponer constantemente ideas- dijo Don Carlos, con cara sonriente y de satisfacción.

2 comments:

Hek@nibru said...

Cada vez encuentro más y más "coincidencias" don Carlos jajaja.

Héctor Gerardo Pérez Gutiérrez said...

Así es¡, así se llamaba el papá de el tal Carlitos...

Te queremos Hijo