Monday, April 13, 2015
Mi primer viaje al extranjero
¨Recordar es vivir¨
Mi primer viaje al extranjero hace casi 4 años.
Habíamos llegado de Querétaro el día anterior al departamento donde vivían nuestro hijo Luis y su ahora esposa Angi en la colonia Santa María la Rivera en el D.F. La emoción era muy grande, ¡nos íbamos a Inglaterra! Héctor había terminado su doctorado un año antes y trabajaba para Clark & Parsia, permitiéndole invitarnos con todo pagado a su graduación del doctorado, claro, el apoyo de Cristina fue muy importante para hacer una planeación completa que incluyó: paseo en barco, teatro, transporte, restaurantes y hospedaje en diferentes lugares.
Son las 6:35 PM, ya documentamos y estamos sentados afuera de la puerta número 31 esperando que anuncien la hora de abordar. Se nos hizo muy tempano, considerando que el vuelo está programado para las 9:35 PM. Sucedió que Luis, después de comer en su casa nos ofreció traernos. Salimos aproximadamente a las 5:20 PM de su departamento, tomó por circuito interior hasta llegar al a la terminal número uno del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, hicimos poco tiempo en el recorrido tomando en cuenta la hora pico. Todo transcurrió rápidamente, lo primero que hicimos al llegar al aeropuerto fue checar el precio de las libras esterlinas en varias de las casas de cambio, compramos 80 a sugerencia previa de Héctor, por si se llegaba a ofrecer. Documentamos las maletas y pasamos por el filtro de revisión sin mayor contratiempo.
La hora de abordar es a las 8:40 PM según lo están anunciando, tenemos mucho calor y una mezcla de sentimientos hechos nudo: gusto, cansancio y nerviosismo, sobre todo por no saber casi nada de inglés y desconocer lo que pudiera pasar al llegar al aeropuerto de Heathrow. Héctor por razones de trabajo llegará un día después y me mandó una carta escrita en inglés, por si algo se complicaba la mostrara, ahí explicaba el motivo de nuestra visita y además Cristina nos estaría esperando en la sala del aeropuerto.
El vuelo fue de unas 11 horas, más 6 horas por la diferencia en horarios arribamos alrededor de las dos de la tarde del día 26, sin mayor problema, excepto por el síndrome de abstinencia por no poder fumar durante todas esas horas, afortunadamente ese vicio ya quedó atrás, además de lidiar con la actitud de unas señoras de al lado de mi asiento que iban con frecuencia al baño y una de ellas muy platicadora. Recogimos nuestras maletas y seguimos a las personas por inercia suponiendo que ellos también iban hacia la salida, había varias filas para formarse y pasar la entrevista final, había un tipo arriba de una base que parecía de seguridad, se me ocurrió preguntarle, balbuce algo con mi intento de inglés, se me quedó viendo y no dijo nada, tal vez pensó que le dije “¡Uy! que grandote”. En la sala de espera vimos a Cristina, eso nos llenó de tranquilidad. Salimos del aeropuerto y abordamos un autobús con destino a Oxford, donde previamente Cristina y Héctor habían alquilado unos departamentos en las instalaciones propias del St John´s College, fuimos con Cristina a recoger las llaves a una oficina, ya que no había nadie en el lugar de los departamentos. El departamento que nos hicieron favor de asignar era el destinado para exalumnos, “En este se van a quedar ustedes” -dijo Cristina- “Héctor y yo nos vamos a quedar en otro que queda cerca de aquí”.
Luego de instalarnos salimos a dar un paseo por las calles de Oxford, Cristina tenía que recoger el anillo de graduación de Héctor. Por la tarde noche, fuimos a cenar a “Tapas” un restaurante español.
El día 27 fuimos a desayunar al comedor de St John´s College, caminamos un rato y luego nos dirigimos a la terminal de autobuses para recibir a Héctor que llegó poco después delas 12 PM luego de acompañarlo a instalarse salimos a dar un paseo por los colegios de Oxford.
Llegó el 28 de mayo del 2011, desayunamos en el comedor del colegio, regresamos al departamento donde se hospedaban Héctor y Cristina, él se vistió su toga negra que después, durante el evento de graduación complementaría con una roja con azul que corresponde a los alumnos que se graduaban como doctores. Fuimos a dar una vuelta y a tomarnos fotos en diferentes jardines, la ceremonia daría inicio a las 2:30 PM. Regresamos al departamento que ocupábamos mi esposa y yo, Héctor sacó uno de los boletos de entrada al evento de graduación y le tomó una foto para recuerdo, después me entregó los boletos para su custodia.
El evento fue en “The Sheldonian Theatre” construido de 1664 a 1668, Llegamos con muy buen tiempo, había unas personas organizando a quienes íbamos entrando a la explanada exterior del teatro, nos formamos en donde correspondía a “los acompañantes”, Héctor debería ingresar con los demás compañeros de graduación de su colegio por lo que se separó. Todo parecía bajo control, de pronto ¿Los boletos? alguien preguntó, rápidamente los extraje de la bolsa del saco ¡pero son dos, falta uno!, vi venir formado en una fila a Héctor, ya se encaminaban a buen paso para entrar al teatro, rápido fui a decirle que faltaba un boleto “Yo te los di papá, ya tengo que entrar”, -me dijo apresurado- Sentí como el estómago también me reclamaba. Cristina pronto fue a indagar que se podía hacer, si era posible que nos dieran otro boleto en el colegio- nos dijo- “entren ustedes voy a ver qué puedo hacer” nos dijeron en donde deberíamos sentarnos, yo estaba muy angustiado ya me había buscado muchas veces el boleto faltante, pero lo hacía nuevamente por inercia, como si de tanto buscar pudiera aparecer, veía a Héctor sentado varios metros abajo a la derecha y platicaba con una muchacha que también estaba vestida para graduarse, en una de esas veces, Héctor me hizo la señal de que Cristina había podido entrar, lo que me tranquilizó.
Fue una ceremonia muy especial, solemne con palabras en latín y reverencias, hubo una recepción en el colegio, comimos bocadillos de diferentes tipos y bebidas, ahí Cristina le entregó a Héctor el anillo de graduación que le había comprado, un fotógrafo tomaba fotografías a los diferentes graduados en un jardincito a un lado de un arbusto.
La cena de celebración fue en un lugar muy exclusivo “Gee´s” estuvimos muy contentos comiendo y brindando. Más tarde había una reunión de amigos en un Pub donde los acompañamos un rato y luego nos despedimos, comprendimos que los jóvenes necesitaban su espacio y nosotros ir a descansar a St John´s
Al día siguiente, ¡el boleto! Sí apareció el famoso boleto, al parecer se había quedado “posando” para otra foto, después de la que Héctor le tomara para el recuerdo.
Fuimos a “Perch” un lugar muy bonito, había un restaurante, donde nos encontramos con el amigo de Héctor, Alonso su novia y sus respectivas familias, ahí comimos y luego fuimos a dar un paseo por los jardines y el río del lugar.
El día 30 desayunamos en la terminal del tren vía a Manchester llegamos al hotel “The Palace” y Caminamos hacia un restaurante chino de nombre “Tai-Pan” donde comimos muy rico. Paseamos por la universidad y centro de la ciudad de Manchester y por la tarde noche acompañamos a Héctor y Cristina al compromiso de cenar con Ian y su esposa, Ian fue su supervisor del doctorado. Fue una experiencia muy bonita conocer personas tan importantes y que reflejan el don de la humildad. La cena fue en un restaurante de comida Tailandesa, por cierto muy rica.
El día 31 paseamos por Salford Quays, caminamos un buen rato, cruzamos un puente y llegamos al estadio del Manchester United , donde jugó Javier Hernández el chicharito, ahí me tomé unas fotografías y Héctor me compró unos recuerdos (una gorra y un llavero). Por la tarde salimos en tren rumbo a Windermere (Distrito de los lagos) nos hospedamos en un casa de huéspedes que parecía un pequeño castillo, creo que se llama “Laurel Cottage”.
El día 1 de junio salimos a pasear, compramos un helado fuimos al embarcadero del lago y dimos un paseo en lancha, más tarde fuimos a nadar a una alberca donde había también baño sauna. La cena fue en un restaurante Indio de nombre “Mela”
El 2 de junio, después de desayunar en el restaurante de la casa de huéspedes salimos a caminar, ese día jugando rodaron cuesta abajo por el pasto felices mí esposa, Héctor y Cristina. Por la tarde salimos en tren de regreso a Londres, nos hospedamos en el hotel “Thistle Piccadilly” muy elegante por cierto. No recuerdo bien, pero creo que la cena fue en el restaurante Chino “Hin Loon”.
El viernes 3 de junio, dimos un paseo por Londres, luego un tour en barco por el río Támesis y para mantener el ritmo fuimos al teatro para ver el musical “El fantasma de la Ópera” Finalmente la cena de despedida fue en Pizza Express.
El sábado 4 de junio alrededor de la 1:50 PM era el vuelo de regreso a México, concluía un viaje nunca antes imaginado.
PD. Cabe mencionar que entre las diferentes comidas que probamos están: la española, Inglesa, China, Portuguesa, Italiana, India y Talilandesa.
Gracias hijo, gracias Cristina por haberlo hecho posible.
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