Monday, April 13, 2015
Mi primer viaje al extranjero
Friday, June 29, 2012
Pedazos de Carbono: Adiós, George
Wednesday, June 15, 2011
De la calle a Oxford
Recostado en el pasto todavía adormilado buscaba alguna posible mirada de desaprobación que pudiera haberme visto dormido, hacía unos instantes me había salido del “refugio” un agujero donde seguramente antes había un árbol y lo extrajeran desde la raíz, el bullicio de los vendedores ambulantes que se apresuraban a colocar sus mercancías en el puesto y claro la luz del día me despertaron. No me gustaba que me vieran en ese lugar que previamente había acondicionado con papel periódico.
Unos minutos y comenzó el movimiento más en forma, el olor al aceite para preparar los sopes, quesadillas y la carne asada para los tacos invitaba a los apenas pocos paseantes a comprar, un viento poco perceptible era el encargado de esparcir los aromas provocando que mi estómago reaccionara, saqué de la bolsa del pantalón una cajetilla de cigarros donde guardaba las “colillas” que recogía durante el día, escogí una de las más grandes y comencé a fumar con el fin de engañar al estómago.
“El paseo bravo”, es un jardín ubicado en la ciudad de Puebla, México, en ese entonces contaba con un espacio para animales, como un zoológico en pequeño, había cocodrilos, leones y algunas aves y bueno ahí también estaba mi refugio.
El fumar me causaba una especie de mareo y malestar, pero no tenía suficiente dinero para sustituir el humo por alimento. El dinero que me daba un muchacho por ayudarle a lavar carros en la calle era muy poco.
Recordaba a mis papás y hermanos y me provocaba nostalgia, la consecuencia de las discusiones permanentes con mi papá por las diferentes maneras de pensar se hacían presentes, hacía unas semanas que me había salido de mi casa de la ciudad de México, ingenuamente se me ocurrió ir al seminario, donde apenas hacía unos meses había concluido la instrucción secundaria, ubicado en la colonia Zaragoza de Puebla, unos días después de mi llegada el padre rector me pidió que me retirara y así fue como llegué al refugio.
Después de hacer un recorrido a todo el jardín, ver por nueva cuenta a los animales y echarme un poco de agua en la cara y cabello, regresé a sentarme donde antes me encontraba. Mientras observaba jugar a algunos niños acompañados por sus papás, trataba de recordar alguna ocasión vivida con los míos, pero no los había o no los recordaba, ni a la fecha lo recuerdo.
Sumido en la nostalgia y tristeza se mezcló el rencor con mi papá -que después eliminé- pues sabía que no podía regresar a casa, el me lo había dicho “prefiero perder a uno que a todos” y aún más “si te vas te morirás de hambre”, a la fecha no logro entender su segunda frase, él sabía que desde que tenía uso de razón me había acostumbrado a trabajar bajo la sentencia “aquí el que no trabaja no come”. A pesar de contar con 14 años de edad me sentía seguro, grande, sabía que podía trabajar y salir adelante, aunque por otra parte no dejaba de ser un niño.
Comencé a idealizar las cosas, imaginaba que se acercaba un señor a platicar y luego de confesarle mi situación me ofrecía adoptarme a cambio de que hiciera algunos trabajos en su casa, me veía arreglando el jardín, lavando su carro, jugando con sus hijos y desde luego sentado a la mesa.
Cambié la fantasía de adopción por un ideal que duraría mucho tiempo más, me imaginaba que cuando creciera llegaría a tener una casa grande donde estaría con mi esposa y mis hijos, a los que no les faltaría nada, saldríamos a pasear y les compraría juguetes, jugaría con ellos, les contaría cuentos y serían profesionistas. Este ideal se convertiría en el proyecto más importante de mi vida.
Luego de trabajar en diferentes oficios alcancé la mayoría de edad, teniendo la oportunidad de incursionar en un trabajo formal, aunque regresé a la escuela estudie la preparatoria pero no pude lograr una profesión, sin embargo, ante la demanda de conocimientos en el trabajo y la necesidad de saber un poco más, me convertí en autodidacta.
Precisamente en uno de los trabajos conocí a mi esposa, para ese entonces ya rentaba un departamento amueblado y aunque modesto tenía mi carro, poco a poco, con esfuerzo la vida era ahora muy diferente, el hambre, las invitaciones a delinquir, el frío y la lluvia ya no me preocupaban, pero me sentía solo, sentí que era el momento de dar el paso que pudiera cristalizar mi ideal, a la edad de 24 años me case y a los nueve meses nació nuestro primer hijo Héctor Manuel.
Continué luchando, poco antes de cumplir los 31 años llegó un cambio sustancial en mi vida y la de mi familia, me nombraban jefe del departamento de productividad industrial del programa de abasto social y fomento lechero en Puebla – Tlaxcala, un peldaño importante y sobre todo en ese momento que ya teníamos nuestros tres “pollitos”.
Nos fuimos a radicar al hermoso estado de Tlaxcala, unos años más tarde ahí adecuaríamos una casa que en principio era muy pequeña, pero que llegó a ser de buen tamaño.
Otra promoción me llevó a ser el subgerente de Liconsa en el estado de Tlaxcala y luego de Puebla, llegando inclusive a administrar más de un millón de beneficiarios en el D.F, en fin dediqué muchos años de mi vida a esta institución, no quería correr mayores riesgos buscando algo diferente, pudiendo poner en aprietos la calidad de vida de mis hijos y esposa, además que las actividades me gustaban.
Mientras tanto, nuestros hijos nos llenaban de satisfacciones constantes, en la escuela, los deportes y en otras distintas actividades, les decía esa es mi gasolina para seguir caminando.
Remitiéndome al título de este escrito, les comento por qué "Oxford". Resulta que mi hijo Héctor Manuel, siempre dio muestras de ser un niño muy aplicado, un tanto huraño, muy ordenado y perfeccionista, distinto a los demás. Tal vez tuvo que ver el accidente que tuvo cuando era apenas un pequeñito de 1.7 meses, que aunque afortunadamente no recuerda, pudo haberle dejado secuelas en el subconsciente, lo que sí es seguro, es que las secuelas físicas (cicatrices) le afectaron durante mucho tiempo, sobre todo por los comentarios crueles y ofensas de los compañeritos de la escuela.
Al concluir su primaria luego de una serie de competencias logró ser uno de los ganadores de la olimpiada del conocimiento en el estado, desde luego nos sentimos muy orgullosos y satisfechos en la familia, fue premiado con un viaje al D.F. El que incluía visitar diferentes lugares y el más significativo a “Los Pinos” a ver al presidente de la república.
En la secundaria, dados los resultados que normalmente lograba, su percepción de los que lo rodeaban era poco importante, aunado a que él fue elegido por votación para ser el presidente de la sociedad de alumnos, comenzó a perder el piso, situación entendible, ya que además se encontraba en el proceso de cambio de la niñez a la adolescencia. Debo decir que esto duró poco tiempo.
Una de las razones por las que había elegido estudiar en la secundaria No. 1, era porque había el programa de intercambios con un colegio de EEUU y él siempre tenía en mente viajar. Llegó el momento de la selección de los alumnos que irían de intercambio, todos suponíamos que sería uno de los ganadores y él prácticamente lo daba por hecho, pero grande fue la sorpresa al saber que no había quedado dentro del grupo, fue un golpe muy fuerte para él, al grado que me decía que ya no quería estudiar. Platicamos un rato y se tranquilizó, en la escuela sus compañeros y algunas otra personas le hicieron un convivio, señalando que él realmente había ganado, lo cual le ayudó de manera muy importante. Esta experiencia la capitalizó modificando su actitud, para reponerse y lograr ser el mejor de la generación del colegio de bachilleres CBTiS No. 3 de Tlaxcala.
Para ese entonces ya podía imaginar que sería un profesionista y muy probablemente exitoso.
Me había planteado que quería estudiar inglés y paralelamente a la preparatoria estudiaba en una escuelita particular que se ubicaba cerca de la casa, pero también quería viajar. Investigó cómo le podía hacer para en principio ir a un curso a Canadá, y a unos días de decidirlo encontró una mejor opción para ir a Londres.
Al regresar traía un documento que certificaba el curso, con la confianza y el aprendizaje que obtuvo, fue contratado para dar clases en su anterior escuela.
Ingresó a la universidad de las Américas en la ciudad de Puebla. Con los recursos que obtenía por sus trabajos como maestro de inglés y luego otro en una empresa llamada “Mad Science” dedicada a transmitir conocimientos a niños de primaria mediante algunos actos de "magia" (química y física), pagaba sus estudios en la escuela de francés.
Estaba por terminar su licenciatura como ingeniero en sistemas computacionales, cuando su asesora de tesis lo invitó a colaborar con Gennaro Bruno, un italiano estudiante de doctorado en una universidad de Francia, en donde estuvo por dos diferentes periodos: los veranos de 2004 y 2005.
Luego de terminar la licenciatura, trabajó en una empresa constituida por algunos ex compañeros de nombre “Techniks”. En eso se encontraba mientras era emitido su título, cuando se presentó “la feria internacional de becas para estudiar en el Reino Unido” en el World Trade Center de la ciudad de México. Asistimos, él iba muy emocionado y yo también, aunque me parecía muy lejano que pudiera darse una oportunidad.
Recuerdo que sentados en una banquita de un jardín, leímos el folleto que le habían dado mientras dejábamos pasar el tiempo para que llegara su abuela a abrir la puerta de su casa. 'Es esto lo que quiero estudiar', me dijo mientras señalaba una opción. 'Creo que está difícil hijo, el porcentaje de probabilidades es muy bajo de acuerdo con lo que dice', 'Pues sí papá, Web semántico, esto es lo que me gusta y voy a solicitar la carta de aceptación a la universidad de Manchester.'
Honestamente me parecía casi imposible que pudiera darse, pero ya antes me había llevado algunas sorpresas, así que no dije más.
El tiempo transcurría y no había respuesta, la angustia iba en aumento y cuando creí que ya no llegaría. '¡Papá, ya me dieron respuesta de Manchester, me van a hablar por teléfono para una entrevista corta!', brincamos de alegría por la noticia, pero aún no era nada seguro, pues estaban en el proceso de selección.
Llegó la entrevista y luego una más larga, le dijeron que la respuesta sería unos días después para decirle si había sido seleccionado y así fue. No cabíamos de la emoción y orgullo ¡nuestro hijo se iría a estudiar a Inglaterra! Nos parecía increíble, como si se tratara de un sueño y no quisieras despertar.
Lo siguiente era solicitar una beca ante el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT). Lo acompañe a realizar el trámite; por cierto, ese día me dio vértigo, una enfermedad que ataca el sentido del equilibrio. Con un gusto enorme recibimos la noticia de que le habían otorgado la beca al poco tiempo.
Lo despedimos en el aeropuerto; una mezcla de gusto, sazonado con orgullo, satisfacción y melancolía nos llenaba el cuerpo.
Vendrían tiempos difíciles, el primer año lo sentía un tanto preocupado, me comentaba que el 10 absoluto obtenido en su licenciatura-por cierto el mejor de su generación-no era suficiente respaldo para entender muchas cosas nuevas que estaba viendo y que si no lograba obtener al menos un grado de maestría el CONACyT le cobraría lo que le había dado como beca.
Al siguiente año, regresó más tranquilo, las cosas funcionaban mejor, aunque en la parte económica yo sabía que lo que recibía no era lo que quisiera que hubiera tenido, pero yo ya no contaba con los ingresos que anteriormente llegué a tener.
El supervisor de doctorado el Dr. Ian Horrocks fue invitado a trabajar a la universidad de Oxford, en consecuencia le hizo extensiva la invitación a Héctor y llegó a la famosa universidad para continuar estudiando. ¡Otro motivo de alegría!
Otra noticia nos impactó, 'Ya tengo novia, se llama Cristina y es muy bonita...' Por la forma en que nos platicaba, de inmediato nos dimos cuenta que estaba enamorado. Unos meses después tuvimos el honor de conocerla y además de darnos cuenta del por qué nuestro hijo se había cautivado: no sólo es bonita físicamente sino una persona bella en su interior.
La meta ya se veía cerca, todos los familiares y amigos permanecíamos pendientes y la explosión llegó, finalmente había llegado nuestro hijo ¡el Doctor Héctor Manuel Pérez Urbina! Egresado de la universidad de Oxford.
Mi hijo desde hacía tiempo nos dijo a mi esposa y a mí, 'ustedes estarán en mi graduación.' En principio le dije que si por alguna razón no fuera posible estar físicamente estábamos muy orgullosos de sus logros, pero insistió, 'No papá, es un evento muy importante en mi vida y quiero que estén presentes, yo me voy a encargar de eso.'
Poco antes de terminar, él se fue a un intercambio por unos meses a Japón. Muchas personas le habían dado seguimiento a sus conferencias y publicaciones, en el inter viajó a Washington DC para entrevista de trabajo con dos diferentes empresas. El sueño continuaba, antes de terminar ya había trabajo y además se encontraba en posición de prácticamente escoger.
Regresó de Japón a terminar su tesis, con la “preocupación enorme” de decidir en donde trabajaría. Dada la evaluación de las propuestas se decidió por la empresa donde a la fecha trabaja.
La ceremonia de graduación se pospuso por más de un año, pero las sorpresas
continuaron: '¡Cristina y yo nos vamos a casar!'
Me encuentro escribiendo esta memoria a unos días de haber regresado de Inglaterra con motivo de su graduación y a tres semanas de asistir a la boda en Canadá. Lo había dicho mi “pollito”, 'estarán en mi graduación, yo me encargaré' y efectivamente él con el apoyo de su prometida Cristina, hicieron posible algo que jamás soñamos mi esposa y yo: viajar a Inglaterra a todo lujo, pasando unas vacaciones inolvidables.
Es cierto, la vida me ha cobrado las facturas firmadas en el camino, pero no existe comparación al ver a tus hijos realizados, con las herramientas para luchar y triunfar en la vida.
Gracias hijo por tanto cariño, satisfacciones y apoyos brindados; gracias por haber hecho posible algo que ni en mis fantasías más extremas alguna vez imaginé: ¡de la calle a Oxford en una generación!
Sunday, March 13, 2011
Dios se toma la siesta?
Seguramente muchos se preguntan: Dios consciente que pasen, está castigando a la humanidad por los pecados cometidos, o tal vez se tomó una siesta.
2.- Si está castigando a la humanidad, porqué “agarra parejo”?, afectando, infringiendo dolor, sin hacer una selección previa, creo que hasta por convenir a “sus fines” debería hacerlo, ya que si tenemos una canasta con 10 manzanas y vemos que dos están pudriéndose, únicamente quitamos las últimas dos, no tiramos todas a la basura. Nuevamente los conceptos de devaluación citados en el primer punto se presentan.
3.- Sí Dios creo al hombre con inteligencia y capaz de estar consciente de su existencia, entonces dado que uno los atributos de Dios es la omnisciencia –Conoce del pasado, presente y el futuro- Al crearlo sabía que el hombre sería capaz de desarrollarse como lo ha venido haciendo hasta ahora, conociendo también las consecuencias. Este punto incluye al proyecto HAARP de los EEUU.
4.- Si al hombre se le dejó libre para que tomara sus propias decisiones- libre albedrío- con una lista de normas y preceptos, pero también con sentimientos de toda clase –“buenos y malos”- para Dios no sería fácil deducir lo que pasaría?, sobre todo asumiendo su omnisciencia.
Como simple mortales podemos deducir, causa y efecto, si sembramos maíz sabemos que no cosecharemos calabazas. Si fueron “sembrados” diferentes tipos de sentimientos, el resultado como consecuencia es que la cosecha será en función de lo sembrado.
Pero resulta todavía más complicado cuando pensamos en la individualidad del ser humano con sus múltiples combinaciones y más aún pensar que pertenecemos al conjunto universal Dios y que al castigar a los hombres -incluye víctimas inocentes, al menos bajo nuestra óptica- él se auto flagela.
5.- Finalmente, como cuesta mucho trabajo erradicar la cultura y creencias recibidas, tal vez es preferible concebir a Dios como un ser que de pronto se toma una siesta, y que las placas tectónicas se le movieron sin darse cuenta.
Monday, September 27, 2010
Bicentenario y Centenario
Sí, ¡Que viva México!, hace unos días con la “Celebración” rimbómbate, muy pero muy costosa y desde luego muy emotiva, se gritó muy fuerte alucinados con juegos artificiales en la Ciudad de México, las capitales y la mayoría de los municipios del país.
Muchos con miedo de que la delincuencia organizada hiciera una tontería, pues se le anda "jalando la cola al gato" se les olvidó que tiene uñas y ¡además que muerde!, otros con hambre, no, no solo porqué estuvieron haciendo fila para poder estar en la plaza de la constitución durante varias horas, su hambre es cosa rezagada, hambre de justicia social, de trabajo, de escuchar la verdad en los políticos, ya asqueados de mentiras para unificar partidos políticos a fin de lograr conservar el poder unos cuantos. Frenando iniciativas de ley que permitirían lograr una mayor productividad en diferentes ámbitos.
Muchos coreando el “Viva México” desgarrando su garganta, pero iba más allá, parecía más un grito de esperanza, desesperado en la impotencia.
Otros más, disfrutando el largo “puente”, sin pensar más allá, fundiéndose en las tradiciones y costumbres, cual borreguitos bien educados. ¡Claro!, “¿porqué no gastar el gobierno una millonada?, si cuando hacemos la fiesta del pueblo, sea como sea, nos endrogamos pero se hace” aunque cuando ya se termina el recalentado, se tenga que empeñar hasta el alma.
El país tiene muchas cosas que resolver y eso requiere mucho dinero, creo que se deben establecer prioridades, que desde luego el dinero no es del “gobierno”, sino de los mexicanos.
No quiero decir que no haya una Conmemoración un evento de tal importancia merece que se recuerde, pero más allá de la parte de la fiesta, debe reflexionarse sobre los ideales que motivaron a aquellos grandes hombres a construir este gran país y medir la distancia que ahora existe, creo que estamos muy lejos de Celebrar. Por eso digo conmemorar.
Pero también pienso que ya basta de rasgarnos las vestiduras levantando difuntos, viendo demasiado hacia atrás, en lugar de aprender de la historia y ver al futuro. Poniendo mayor entusiasmo para lograr una mejor educación, perdón, pero como no les reditúa en corto plazo, no les interesa, la gran mayoría de los políticos están pensando en sus 3 o máximo 6 años.
Las obras que les gusta “hacer” son las vistosas las populares, las que muchos, no se imaginan cuantos mexicanos “balan”, digo aplauden y ven con buenos ojos, nublándoles la mirada para ver a mediano y largo plazos.
Wednesday, July 21, 2010
"El respeto al derecho ajeno es la paz"
Antes de comentarles algunas de las notas importantes que encontré en dicha revista, me permito compartirles que respeto mucho a las personas que dedican un buen tiempo para invitar a los demás a vivir de acuerdo con una filosofía en la cual ellas creen.
Aunque respeto, no necesariamente comparto todas las cosas que dicen y publican, creo que así como yo manifiesto que soy respetuoso, también exijo ser respetado y lo digo porque considero una falta de respeto, el que en la revista que me regalaron publican varias cosas que son un atentado a la inteligencia del ser humano promedio.
“En el principio de la historia humana, Dios hizo perfecto al hombre y lo puso en un paraíso. En aquel tiempo no se necesitaba el Reino”
Al respecto, me pregunto ¿Cuál sería entonces la misión del hombre en la tierra?
Continuando, el texto dice: “Sin embargo Adán y Eva, nuestros primeros padres, escucharon a Satanás, un ángel rebelde. Él les contó mentiras acerca de Dios e hizo que se rebelaran contra Dios. Así ellos merecieron morir, porque “el salario que el pecado paga es muerte””.
Con relación a lo anterior tengo a bien cuestionar: ¿Que tipo de mentiras les contó Satanás? : a) Que él era mejor que Dios b) Que no comieran del árbol de manzanas c) Que no tuvieran sexo. Cualquiera que sea la respuesta, si el hombre en principio se dice era perfecto, ¿como podría Dios hacer un ser tan ingenuo para ser engañado tan fácilmente? por otra parte, si el engaño se refiere a tener relaciones sexuales, seguramente se debió a que estaban hechos para sentir deseos entre sí.
“Un hombre imperfecto, pecador, no puede tener hijos perfectos. Por eso todos los hijos de Adán nacieron imperfectos, pecaminosos, moribundos.”
El concepto de justicia que el ser humano comprende, dada la capacidad que Dios le dio, es que no puede ser castigado(a) una persona por delitos o acciones cometidas por otra persona, si realmente existió una desobediencia, considerando que era un ser perfecto, entonces el error en principio fue de quien lo hizo, ya que no estaba a prueba del engaño del tal Satanás, obviamente conocido previamente por Dios, y tampoco de la consecuente desobediencia.
Finalmente me llama mucho la atención el párrafo siguiente:
“Jesús también reveló que él no estaría solo en gobernar su Reino. Se escogería a algunos humanos para que fueran al cielo y gobernaran allí con él ¿Cuántos habría? Revelación 14:1 responde: 144,000.”
Tomando como base la cifra anterior, dividida entre el número actual de seres humanos en el mundo, el porcentaje se me hace muy poco y si lo creyera me parecería muy injusto.
Sí mis razonamientos están fuera de lugar o los lectores cuentan con información adicional que me ayude a entender lo que aquí cuestiono, los invito a hacer sus comentarios.
Tuesday, July 13, 2010
El amor
Cuatro letras tan poderosas que encierran el motivo y la razón de seguir viviendo, que darían la solución a muchos problemas que aquejan a la humanidad.
Buscaba un tema interesante para desarrollar y publicar, luego de darle vueltas, me surgió una pregunta, ¿Qué me gustaría hacer?, de inmediato “escuché” la respuesta, una voz en mi interior me dijo platicar con mis “pollitos” como en los viejos tiempos, quiero tocar un tema que siempre a estado entorno a la familia pero tomando en cuenta la decisión que recientemente han tomado de iniciar una vida en pareja, considero muy importante tenerlo presente.
Sin embargo, dado lo extenso y complejidad del tema, he preferido extraer de algunos conceptos de Wikipedia, donde encontré lo siguiente:
Perspectivas sobre el amor
Perspectiva popular
El amor suele representarse frecuentemente con un conocido y peculiar corazón rojo.
Habitualmente se asocia el término con el amor romántico, una relación pasional entre dos personas con una influencia muy importante en sus relaciones interpersonales y sexuales mutuas. Sin embargo, se aplica también a otras relaciones diferentes, tales como el amor platónico o el amor familiar, y, en un sentido más amplio, se habla de amor hacia Dios, la humanidad, la naturaleza, el arte o la belleza, lo que suele asociarse con la empatía y otras capacidades. En la mayoría de los casos significa un gran afecto por algo que ocasiona felicidad o placer al que ama. Sobre todo en el mundo occidental, suele ser contrastado, evitado o contrarrestado por el odio, desprecio o egoísmo.
Popularmente, el amor se considera un sentimiento real. En los casos más comunes es el origen de una emoción basada en la atracción y la admiración de un sujeto hacia otro, que puede ser o no ser correspondido. Ello intensifica las relaciones interpersonales entre ambos sujetos que, partiendo de su propia insuficiencia, desean el encuentro y unión con aquél que han juzgado ser su complemento para su existencia.
Las personas aplican el concepto del amor de un modo intuitivo desde y hacia otros animales (normalmente próximos en la escala evolutiva o que muestran signos interpretables como inteligencia) y hacia otros seres vivos como las plantas.
Perspectiva filosófica
Si la actitud del amor ha de formar parte, en algún momento, de las descripciones que siguen las tendencias de la ciencia experimental, deberá definirse de manera tal que pueda ser observada y cuantificada con cierta precisión. Baruch de Spinoza estableció una definición que puede cuadrar con los requerimientos de las ciencias humanas y sociales. Escribió al respecto: «El que imagina aquello que ama afectado de alegría o tristeza, también será afectado de alegría o tristeza; y uno y otro de estos afectos será mayor o menor en el amante, según uno y otro sea mayor o menor en la cosa amada».[19]
La definición de Spinoza, en la que la actitud del amor implica compartir alegrías y tristezas de otras personas, no difiere esencialmente de la definición bíblica del amor, ya que el mandamiento sugiere «compartir las alegrías y tristezas de los demás como si fuesen propias», tal el «amarás a tu prójimo como a ti mismo».
No sólo esta definición se refiere a aspectos observables y contrastables con la realidad, sino que también presenta aspectos cuantificables, ya que indica que en mayor o menor medida serán compartidos los afectos, mientras mayor o menor sean la alegría o la tristeza asociada a la persona amada.
De la definición mencionada Spinoza extrae algunas conclusiones inmediatas, tales como los sentimientos que surgen hacia un tercero. Según sus propias palabras: «Si imaginamos que alguien afecta de alegría a la cosa que amamos, seremos afectados de amor hacia él. Si imaginamos, por el contrario, que la afecta de tristeza, seremos, por el contrario, afectados también de odio contra él».[20]
Observamos, en esta expresión, que el odio aparece como una actitud opuesta al amor, como una tendencia a intercambiar (respecto del tercero mencionado) los papeles de tristeza y alegría como afectos compartidos.
Para Leibniz, la felicidad es al hombre lo que la perfección es a los entes, y esa felicidad radica fundamentalmente en el amor. El amor a Dios, según el filósofo, debe ser con ternura, y debe tener el ardor combinado con la luz. Así pues, la perfección humana consiste en amor luminoso, un amor en el que se combina la ternura con la razón.[21
Perspectiva psicológica
Para presentar el punto de vista de la psicología sería preciso presentarlo de cada uno de sus enfoques/escuelas.
Desde un punto de vista de la terapia cognitivo-conductual, el amor es un estado mental orgánico que crece o decrece dependiendo de cómo se retroalimente ese sentimiento en la relación de los que componen el núcleo amoroso. La retroalimentación depende de factores tales como el comportamiento de la persona amada, sus atributos involuntarios o las necesidades particulares de la persona que ama (deseo sexual, necesidad de compañía, voluntad inconsciente de ascensión social, aspiración constante de completitud, etc.).
Desde la psicología cognitiva y psicología social, destacan las investigaciones efectuadas acerca del amor de Robert J. Sternberg, quien propuso la existencia de 3 componentes en su Teoría triangular del amor:
La intimidad, entendida como aquellos sentimientos dentro de una relación que promueven el acercamiento, el vínculo y la conexión.
La pasión, como estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión de deseos y necesidades.
La decisión o compromiso, la decisión de amar a otra persona y el compromiso por mantener ese amor.
Estos tres componentes pueden relacionarse entre sí formando diferentes formas de amor: intimidad y pasión, pasión y compromiso, intimidad y compromiso, etc.
Dentro de la psicología social, algunos autores proponen una serie de arquetipos amatorios, como por ejemplo John Lee: ludus, storge, eros, ágape, manía y pragma
Perspectiva biologicista
Enfoque propio de disciplinas tales como biología y psicobiología, llamadas en su conjunto neurociencias.
El concepto de amor no es una noción técnica en biología sino un concepto del lenguaje ordinario que es polisémico (tiene muchos significados), por lo cual resulta difícil explicarlo en términos biológicos. Sin embargo, desde el punto de vista de la biología, lo que a veces se llama amor parece ser un medio para la supervivencia de los individuos y de la especie. Si la supervivencia es el fin biológico más importante, es lógico que la especie humana le confiera al amor un sentido muy elevado y trascendente (lo cual contribuye a la supervivencia). Desde la psicobiología sí tiene sentido encontrar las bases orgánicas de estados mentales concretos (como la sensación subjetiva de amor).
Sin embargo, en la mayoría de las especies animales parecen existir expresiones de lo que se llama «amor» que no están directamente relacionadas con la supervivencia. Las relaciones físicas con individuos del mismo sexo (equivalentes a la homosexualidad en el ser humano) y las relaciones sexuales por placer, por ejemplo, no son exclusivas de la especie humana, y también se observan comportamientos altruistas por parte de individuos de una especie hacia los de otras especies (las relaciones milenarias entre el ser humano y el perro son un ejemplo). Algunos biólogos tratan de explicar dichos comportamientos en términos de cooperación para la supervivencia o de conductas excepcionales poco significativas. A partir de los años 1990 psiquiatras, antropólogos y biólogos (como Donatella Marazziti o Helen Fisher) han encontrado correlaciones importantes entre los niveles de hormonas como la serotonina, la dopamina y la oxitocina y los estados amorosos (atracción sexual, enamoramiento y amor estable).
La neurobiología está avanzando una definición tripartita del amor, en que se diferenciarían tres procesos cerebrales distintos, pero interconectados, y cada uno de ellos regulado hormonalmente:
El impulso sexual indiscriminado o grado de excitación sexual para la búsqueda de pareja, regulado por la testosterona y detectable neurológicamente en el córtex cingulado anterior; de breve duración.
La atracción sexual selectiva, pasión amorosa o enamoramiento; regulada por la dopamina en los circuitos cerebrales del placer; inusualmente prolongado frente a otras especies (hasta 18 meses).
El cariño o apego, lazo afectivo de larga duración que permite la continuidad del vínculo entre la pareja, regulado por la oxitocina y la vasopresina, que también afectan al circuito cerebral del placer; su duración es indeterminada (puede prolongarse toda la vida).
Aparte de la serotonina y la oxitocina, el cerebro libera otra sustancia en estado de enamoramiento, la feniletilamina que actúa sobre el sistema límbico y provoca las sensaciones y sentimientos comunes en el enamoramiento, además de que es un precursor de la dopamina, de ahí que también se encuentre en grandes cantidades. Se puede encontrar en alimentos como el chocolate y quesos fermentados. Una pequeña modificación química puede hacer que se transforme en un estimulante (anfetamina y metilfenidato) o un antidepresivo (bupropión y la venlafaxina).
El equilibrio de los tres procesos controla la biología reproductiva de muchas otras especies, por lo que se cree que su origen evolutivo es común. La etología interpreta que el amor humano evolucionó a partir del ritual de apareamiento, o cortejo de los mamíferos (despliegue de energía, persecución obsesiva y protección posesiva de la pareja y agresividad hacia los potenciales rivales).[22]
Los modelos biológicos del sexo tienden a ver el amor como un impulso de los mamíferos, tal como el hambre o la sed.[23] Helen Fisher, una experta mundial en este tema, divide la experiencia del amor en tres etapas parcialmente superpuestas: lujuria, atracción, y apego. La lujuria expone a las personas hacia el resto; la atracción romántica anima a las personas a enfocar su energía en el apareamiento; y el apego implica la tolerancia de la pareja (o de los hijos) durante un tiempo suficiente como para criar a la prole hasta que ésta pueda valerse por sí misma.
La lujuria es el deseo sexual pasional inicial que promueve el apareamiento, e implica un aumento en la liberación de sustancias químicas tales como la testosterona y el estrógeno. Estos efectos raramente duran más de unas pocas semanas o meses. La atracción interpersonal es un deseo más individualizado y romántico por un candidato específico para el apareamiento, que se desarrolla de forma independiente a la lujuria como un sentimiento de responsabilidad hacia la pareja. Recientes estudios en neurociencia han indicado que, a medida que las personas se enamoran, el cerebro secreta en crecientes cantidades una serie de sustancias químicas, incluyendo feromonas, dopamina, norepinefrina y serotonina, que actúan de forma similar a las anfetaminas, estimulando el centro del placer del cerebro y llevando a efectos colaterales tales como aumento del ritmo cardíaco, pérdida de apetito y sueño, y una intensa sensación de excitación. Las investigaciones han indicado que esta etapa generalmente termina al cabo de un año y medio a tres años.[24]
Ya que las etapas de lujuria y atracción se consideran ambas temporales, es necesaria una tercera etapa para establecer relaciones a largo plazo. El apego es el vínculo que promueve relaciones que duran muchos años o incluso décadas. Se basa generalmente en responsabilidades tales como el matrimonio y los hijos, o en amistad mutua basada en aspectos como los intereses compartidos. Se ha relacionado con niveles de las sustancias químicas oxitocina y vasopresina a un nivel mayor del que se presenta en relaciones a corto plazo.[24]
La molécula proteínica conocida como factor de crecimiento nervioso (NGF) presenta niveles elevados cuando las personas se enamoran por primera vez, aunque ésta vuelve a sus niveles previos al cabo de un año.[25]
La lujuria es el deseo sexual pasional inicial que promueve el apareamiento, e implica un aumento en la liberación de sustancias químicas tales como la testosterona y el estrógeno. Estos efectos raramente duran más de unas pocas semanas o meses. La atracción interpersonal es un deseo más individualizado y romántico por un candidato específico para el apareamiento, que se desarrolla de forma independiente a la lujuria como un sentimiento de responsabilidad hacia la pareja. Recientes estudios en neurociencia han indicado que, a medida que las personas se enamoran, el cerebro secreta en crecientes cantidades una serie de sustancias químicas, incluyendo feromonas, dopamina, norepinefrina y serotonina, que actúan de forma similar a las anfetaminas, estimulando el centro del placer del cerebro y llevando a efectos colaterales tales como aumento del ritmo cardíaco, pérdida de apetito y sueño, y una intensa sensación de excitación. Las investigaciones han indicado que esta etapa generalmente termina al cabo de un año y medio a tres años.[24]
Ya que las etapas de lujuria y atracción se consideran ambas temporales, es necesaria una tercera etapa para establecer relaciones a largo plazo. El apego es el vínculo que promueve relaciones que duran muchos años o incluso décadas. Se basa generalmente en responsabilidades tales como el matrimonio y los hijos, o en amistad mutua basada en aspectos como los intereses compartidos. Se ha relacionado con niveles de las sustancias químicas oxitocina y vasopresina a un nivel mayor del que se presenta en relaciones a corto plazo.[24]
La molécula proteínica conocida como factor de crecimiento nervioso (NGF) presenta niveles elevados cuando las personas se enamoran por primera vez, aunque ésta vuelve a sus niveles previos al cabo de un año.[25