Wednesday, July 21, 2010

"El respeto al derecho ajeno es la paz"

Hace unos días tocaron a la puerta dos señoras mayores, traían en una mano una sombrilla y en la otra una bolsa, al abrir la puerta de inmediato una de ellas comenzó con una serie de preguntas, que si alguna vez había rezado el “padre nuestro” y si había puesto atención en lo que decía, le respondí que sí, inclusive le comenté que había sido seminarista por unos años, ella abrevió y me regaló una revista titulada “El gobierno que nos traerá el paraíso”. Luego de asegurarles que leería la revista se despidieron.

Antes de comentarles algunas de las notas importantes que encontré en dicha revista, me permito compartirles que respeto mucho a las personas que dedican un buen tiempo para invitar a los demás a vivir de acuerdo con una filosofía en la cual ellas creen.

Aunque respeto, no necesariamente comparto todas las cosas que dicen y publican, creo que así como yo manifiesto que soy respetuoso, también exijo ser respetado y lo digo porque considero una falta de respeto, el que en la revista que me regalaron publican varias cosas que son un atentado a la inteligencia del ser humano promedio.

“En el principio de la historia humana, Dios hizo perfecto al hombre y lo puso en un paraíso. En aquel tiempo no se necesitaba el Reino”

Al respecto, me pregunto ¿Cuál sería entonces la misión del hombre en la tierra?

Continuando, el texto dice: “Sin embargo Adán y Eva, nuestros primeros padres, escucharon a Satanás, un ángel rebelde. Él les contó mentiras acerca de Dios e hizo que se rebelaran contra Dios. Así ellos merecieron morir, porque “el salario que el pecado paga es muerte””.

Con relación a lo anterior tengo a bien cuestionar: ¿Que tipo de mentiras les contó Satanás? : a) Que él era mejor que Dios b) Que no comieran del árbol de manzanas c) Que no tuvieran sexo. Cualquiera que sea la respuesta, si el hombre en principio se dice era perfecto, ¿como podría Dios hacer un ser tan ingenuo para ser engañado tan fácilmente? por otra parte, si el engaño se refiere a tener relaciones sexuales, seguramente se debió a que estaban hechos para sentir deseos entre sí.

“Un hombre imperfecto, pecador, no puede tener hijos perfectos. Por eso todos los hijos de Adán nacieron imperfectos, pecaminosos, moribundos.”

El concepto de justicia que el ser humano comprende, dada la capacidad que Dios le dio, es que no puede ser castigado(a) una persona por delitos o acciones cometidas por otra persona, si realmente existió una desobediencia, considerando que era un ser perfecto, entonces el error en principio fue de quien lo hizo, ya que no estaba a prueba del engaño del tal Satanás, obviamente conocido previamente por Dios, y tampoco de la consecuente desobediencia.
Finalmente me llama mucho la atención el párrafo siguiente:

“Jesús también reveló que él no estaría solo en gobernar su Reino. Se escogería a algunos humanos para que fueran al cielo y gobernaran allí con él ¿Cuántos habría? Revelación 14:1 responde: 144,000.”

Tomando como base la cifra anterior, dividida entre el número actual de seres humanos en el mundo, el porcentaje se me hace muy poco y si lo creyera me parecería muy injusto.

Sí mis razonamientos están fuera de lugar o los lectores cuentan con información adicional que me ayude a entender lo que aquí cuestiono, los invito a hacer sus comentarios.

Tuesday, July 13, 2010

El amor

El amor

Cuatro letras tan poderosas que encierran el motivo y la razón de seguir viviendo, que darían la solución a muchos problemas que aquejan a la humanidad.

Buscaba un tema interesante para desarrollar y publicar, luego de darle vueltas, me surgió una pregunta, ¿Qué me gustaría hacer?, de inmediato “escuché” la respuesta, una voz en mi interior me dijo platicar con mis “pollitos” como en los viejos tiempos, quiero tocar un tema que siempre a estado entorno a la familia pero tomando en cuenta la decisión que recientemente han tomado de iniciar una vida en pareja, considero muy importante tenerlo presente.
Sin embargo, dado lo extenso y complejidad del tema, he preferido extraer de algunos conceptos de Wikipedia, donde encontré lo siguiente:
Perspectivas sobre el amor
Perspectiva popular
El amor suele representarse frecuentemente con un conocido y peculiar corazón rojo.
Habitualmente se asocia el término con el amor romántico, una relación pasional entre dos personas con una influencia muy importante en sus relaciones interpersonales y sexuales mutuas. Sin embargo, se aplica también a otras relaciones diferentes, tales como el amor platónico o el amor familiar, y, en un sentido más amplio, se habla de amor hacia Dios, la humanidad, la naturaleza, el arte o la belleza, lo que suele asociarse con la empatía y otras capacidades. En la mayoría de los casos significa un gran afecto por algo que ocasiona felicidad o placer al que ama. Sobre todo en el mundo occidental, suele ser contrastado, evitado o contrarrestado por el odio, desprecio o egoísmo.
Popularmente, el amor se considera un sentimiento real. En los casos más comunes es el origen de una emoción basada en la atracción y la admiración de un sujeto hacia otro, que puede ser o no ser correspondido. Ello intensifica las relaciones interpersonales entre ambos sujetos que, partiendo de su propia insuficiencia, desean el encuentro y unión con aquél que han juzgado ser su complemento para su existencia.
Las personas aplican el concepto del amor de un modo intuitivo desde y hacia otros animales (normalmente próximos en la escala evolutiva o que muestran signos interpretables como inteligencia) y hacia otros seres vivos como las plantas.
Perspectiva filosófica
Si la actitud del amor ha de formar parte, en algún momento, de las descripciones que siguen las tendencias de la ciencia experimental, deberá definirse de manera tal que pueda ser observada y cuantificada con cierta precisión. Baruch de Spinoza estableció una definición que puede cuadrar con los requerimientos de las ciencias humanas y sociales. Escribió al respecto: «El que imagina aquello que ama afectado de alegría o tristeza, también será afectado de alegría o tristeza; y uno y otro de estos afectos será mayor o menor en el amante, según uno y otro sea mayor o menor en la cosa amada».[19]
La definición de Spinoza, en la que la actitud del amor implica compartir alegrías y tristezas de otras personas, no difiere esencialmente de la definición bíblica del amor, ya que el mandamiento sugiere «compartir las alegrías y tristezas de los demás como si fuesen propias», tal el «amarás a tu prójimo como a ti mismo».
No sólo esta definición se refiere a aspectos observables y contrastables con la realidad, sino que también presenta aspectos cuantificables, ya que indica que en mayor o menor medida serán compartidos los afectos, mientras mayor o menor sean la alegría o la tristeza asociada a la persona amada.
De la definición mencionada Spinoza extrae algunas conclusiones inmediatas, tales como los sentimientos que surgen hacia un tercero. Según sus propias palabras: «Si imaginamos que alguien afecta de alegría a la cosa que amamos, seremos afectados de amor hacia él. Si imaginamos, por el contrario, que la afecta de tristeza, seremos, por el contrario, afectados también de odio contra él».[20]
Observamos, en esta expresión, que el odio aparece como una actitud opuesta al amor, como una tendencia a intercambiar (respecto del tercero mencionado) los papeles de tristeza y alegría como afectos compartidos.
Para Leibniz, la felicidad es al hombre lo que la perfección es a los entes, y esa felicidad radica fundamentalmente en el amor. El amor a Dios, según el filósofo, debe ser con ternura, y debe tener el ardor combinado con la luz. Así pues, la perfección humana consiste en amor luminoso, un amor en el que se combina la ternura con la razón.[21
Perspectiva psicológica
Para presentar el punto de vista de la psicología sería preciso presentarlo de cada uno de sus enfoques/escuelas.
Desde un punto de vista de la terapia cognitivo-conductual, el amor es un estado mental orgánico que crece o decrece dependiendo de cómo se retroalimente ese sentimiento en la relación de los que componen el núcleo amoroso. La retroalimentación depende de factores tales como el comportamiento de la persona amada, sus atributos involuntarios o las necesidades particulares de la persona que ama (deseo sexual, necesidad de compañía, voluntad inconsciente de ascensión social, aspiración constante de completitud, etc.).
Desde la psicología cognitiva y psicología social, destacan las investigaciones efectuadas acerca del amor de Robert J. Sternberg, quien propuso la existencia de 3 componentes en su Teoría triangular del amor:
La intimidad, entendida como aquellos sentimientos dentro de una relación que promueven el acercamiento, el vínculo y la conexión.
La pasión, como estado de intenso deseo de unión con el otro, como expresión de deseos y necesidades.
La decisión o compromiso, la decisión de amar a otra persona y el compromiso por mantener ese amor.
Estos tres componentes pueden relacionarse entre sí formando diferentes formas de amor: intimidad y pasión, pasión y compromiso, intimidad y compromiso, etc.
Dentro de la psicología social, algunos autores proponen una serie de arquetipos amatorios, como por ejemplo John Lee: ludus, storge, eros, ágape, manía y pragma
Perspectiva biologicista
Enfoque propio de disciplinas tales como biología y psicobiología, llamadas en su conjunto neurociencias.
El concepto de amor no es una noción técnica en biología sino un concepto del lenguaje ordinario que es polisémico (tiene muchos significados), por lo cual resulta difícil explicarlo en términos biológicos. Sin embargo, desde el punto de vista de la biología, lo que a veces se llama amor parece ser un medio para la supervivencia de los individuos y de la especie. Si la supervivencia es el fin biológico más importante, es lógico que la especie humana le confiera al amor un sentido muy elevado y trascendente (lo cual contribuye a la supervivencia). Desde la psicobiología sí tiene sentido encontrar las bases orgánicas de estados mentales concretos (como la sensación subjetiva de amor).
Sin embargo, en la mayoría de las especies animales parecen existir expresiones de lo que se llama «amor» que no están directamente relacionadas con la supervivencia. Las relaciones físicas con individuos del mismo sexo (equivalentes a la homosexualidad en el ser humano) y las relaciones sexuales por placer, por ejemplo, no son exclusivas de la especie humana, y también se observan comportamientos altruistas por parte de individuos de una especie hacia los de otras especies (las relaciones milenarias entre el ser humano y el perro son un ejemplo). Algunos biólogos tratan de explicar dichos comportamientos en términos de cooperación para la supervivencia o de conductas excepcionales poco significativas. A partir de los años 1990 psiquiatras, antropólogos y biólogos (como Donatella Marazziti o Helen Fisher) han encontrado correlaciones importantes entre los niveles de hormonas como la serotonina, la dopamina y la oxitocina y los estados amorosos (atracción sexual, enamoramiento y amor estable).
La neurobiología está avanzando una definición tripartita del amor, en que se diferenciarían tres procesos cerebrales distintos, pero interconectados, y cada uno de ellos regulado hormonalmente:
El impulso sexual indiscriminado o grado de excitación sexual para la búsqueda de pareja, regulado por la testosterona y detectable neurológicamente en el córtex cingulado anterior; de breve duración.
La atracción sexual selectiva, pasión amorosa o enamoramiento; regulada por la dopamina en los circuitos cerebrales del placer; inusualmente prolongado frente a otras especies (hasta 18 meses).
El cariño o apego, lazo afectivo de larga duración que permite la continuidad del vínculo entre la pareja, regulado por la oxitocina y la vasopresina, que también afectan al circuito cerebral del placer; su duración es indeterminada (puede prolongarse toda la vida).
Aparte de la serotonina y la oxitocina, el cerebro libera otra sustancia en estado de enamoramiento, la feniletilamina que actúa sobre el sistema límbico y provoca las sensaciones y sentimientos comunes en el enamoramiento, además de que es un precursor de la dopamina, de ahí que también se encuentre en grandes cantidades. Se puede encontrar en alimentos como el chocolate y quesos fermentados. Una pequeña modificación química puede hacer que se transforme en un estimulante (anfetamina y metilfenidato) o un antidepresivo (bupropión y la venlafaxina).
El equilibrio de los tres procesos controla la biología reproductiva de muchas otras especies, por lo que se cree que su origen evolutivo es común. La etología interpreta que el amor humano evolucionó a partir del ritual de apareamiento, o cortejo de los mamíferos (despliegue de energía, persecución obsesiva y protección posesiva de la pareja y agresividad hacia los potenciales rivales).[22]
Los modelos biológicos del sexo tienden a ver el amor como un impulso de los mamíferos, tal como el hambre o la sed.[23] Helen Fisher, una experta mundial en este tema, divide la experiencia del amor en tres etapas parcialmente superpuestas: lujuria, atracción, y apego. La lujuria expone a las personas hacia el resto; la atracción romántica anima a las personas a enfocar su energía en el apareamiento; y el apego implica la tolerancia de la pareja (o de los hijos) durante un tiempo suficiente como para criar a la prole hasta que ésta pueda valerse por sí misma.
La lujuria es el deseo sexual pasional inicial que promueve el apareamiento, e implica un aumento en la liberación de sustancias químicas tales como la testosterona y el estrógeno. Estos efectos raramente duran más de unas pocas semanas o meses. La atracción interpersonal es un deseo más individualizado y romántico por un candidato específico para el apareamiento, que se desarrolla de forma independiente a la lujuria como un sentimiento de responsabilidad hacia la pareja. Recientes estudios en neurociencia han indicado que, a medida que las personas se enamoran, el cerebro secreta en crecientes cantidades una serie de sustancias químicas, incluyendo feromonas, dopamina, norepinefrina y serotonina, que actúan de forma similar a las anfetaminas, estimulando el centro del placer del cerebro y llevando a efectos colaterales tales como aumento del ritmo cardíaco, pérdida de apetito y sueño, y una intensa sensación de excitación. Las investigaciones han indicado que esta etapa generalmente termina al cabo de un año y medio a tres años.[24]
Ya que las etapas de lujuria y atracción se consideran ambas temporales, es necesaria una tercera etapa para establecer relaciones a largo plazo. El apego es el vínculo que promueve relaciones que duran muchos años o incluso décadas. Se basa generalmente en responsabilidades tales como el matrimonio y los hijos, o en amistad mutua basada en aspectos como los intereses compartidos. Se ha relacionado con niveles de las sustancias químicas oxitocina y vasopresina a un nivel mayor del que se presenta en relaciones a corto plazo.[24]
La molécula proteínica conocida como factor de crecimiento nervioso (NGF) presenta niveles elevados cuando las personas se enamoran por primera vez, aunque ésta vuelve a sus niveles previos al cabo de un año.[25]
La lujuria es el deseo sexual pasional inicial que promueve el apareamiento, e implica un aumento en la liberación de sustancias químicas tales como la testosterona y el estrógeno. Estos efectos raramente duran más de unas pocas semanas o meses. La atracción interpersonal es un deseo más individualizado y romántico por un candidato específico para el apareamiento, que se desarrolla de forma independiente a la lujuria como un sentimiento de responsabilidad hacia la pareja. Recientes estudios en neurociencia han indicado que, a medida que las personas se enamoran, el cerebro secreta en crecientes cantidades una serie de sustancias químicas, incluyendo feromonas, dopamina, norepinefrina y serotonina, que actúan de forma similar a las anfetaminas, estimulando el centro del placer del cerebro y llevando a efectos colaterales tales como aumento del ritmo cardíaco, pérdida de apetito y sueño, y una intensa sensación de excitación. Las investigaciones han indicado que esta etapa generalmente termina al cabo de un año y medio a tres años.[24]
Ya que las etapas de lujuria y atracción se consideran ambas temporales, es necesaria una tercera etapa para establecer relaciones a largo plazo. El apego es el vínculo que promueve relaciones que duran muchos años o incluso décadas. Se basa generalmente en responsabilidades tales como el matrimonio y los hijos, o en amistad mutua basada en aspectos como los intereses compartidos. Se ha relacionado con niveles de las sustancias químicas oxitocina y vasopresina a un nivel mayor del que se presenta en relaciones a corto plazo.[24]
La molécula proteínica conocida como factor de crecimiento nervioso (NGF) presenta niveles elevados cuando las personas se enamoran por primera vez, aunque ésta vuelve a sus niveles previos al cabo de un año.[25